Por Alejandro de Anda
LO OSCURO. Una cadena de restaurantes ‘de postín’ se inauguraba en la
ciudad. Al consultar al inversionista –y por supuesto visionario emprendedor- la
razón del nombre “A&G Grill House” (el nombre es sustantivo, para evitar
publicidades insertas). El dueño del capital mencionaba que, de acuerdo a la
empresa publicitaria que le ordenaba el marketing de su cadena, el nombre
derivaría sólo de breves palabras que pueden anclarse en la mente del público
y garantizar un seguro éxito en el mercado al que dirige su producto.
En otras palabras, no era ningún acrónimo ni otra cosa en específico.
Mercadotecnia simple y pura.
HEB es la abreviatura de Howard Edward Butt, nombre propio del hijo del
fundador de la cadena de supermercados norteamericana H.E.B. y que el
próximo 2024 ajusta su primer centenar de ‘invadir’ nuestras ciudades.
Wal-Mart, de manera similar tiene su origen en la abreviatura del nombre de
Sam-Walton. Con inicios en 1962. Sí, Sam’s es la edición exclusiva de la
misma firma.
El uso de siglas para fijar en la mente del consumidor el nombre comercial, es
tan antiguo como el comercio mismo.
No limitativo al aspecto comercial, otras áreas de promoción utilizan la misma
estrategia. Incluso gubernamental.
No habría nada que los norteamericanos teman más en el mundo que la
pronunciación de IRS (el departamento de recaudación de impuestos del tesoro
‘gringo’).
Sólo colocar en cualquier escrito la abreviatura FBI, CIA o DEA, hace temblar a
más de uno… inclusive pasando los límites de sus fronteras.
En México, las marcas principales utilizan la misma ideología. Bimbo, en su
creación (1943) sugería la complexión de las palabras ‘Bingo’ (juego de azar) y
“Bambi” (una de las animaciones de Disney. La aceptación y permanencia del
nombre se hilaría a que la misma palabra en italiano, atiende a la traducción de
‘niño’.
Don Pedro Marcos Noriega y su esposa Guadalupe, en 1943 iniciaban un
proyecto que trasciende fronteras. Las ‘Sabrosas y fritas’ botanas que
preparaban en su pequeño establecimiento, al cabo del tiempo ocuparon el
paladar mundial con el nombre de Sabritas.
De ahí la gran importancia de utilizar las herramientas que los mercadólogos
llaman ‘marketing’. Ver las alternativas y ‘pegajosidad’ del logo y nombre que
garantice el crecimiento y la devolución de su inversión en el corto plazo.
Sin embargo, en el breve espacio los mexicanos nos inundaremos los sentidos
de nueva cuenta con siglas y nombres de productos gastados, que cansan a
los oídos pero que cuentan con potencial –capital suficiente- para ser
escuchados y vistos durante meses –o años, como es el caso- y que finalmente
deberá usted escoger su color y sabor favorito.
No se desanime. Escuchará y paladeará sólo historias maravillosas de razones
para comprar sus productos. Es más, incluso más allá de parecer productos
milagro, serán en realidad la solución a la vida de usted y de su familia.
¿Sus nombres? Ya los conoce, desgastados, viejos, obsoletos; pero listos para
la competencia. PAN, PRI, PRD, MORENA, PVEM, PT, MC…
Los mismos de siempre, con mayor capital para ocupar los espacios de
promoción.
Para algo debe servir la publicidad.
COLOFÓN: Y encima dicen “Recuérdame…” para la siguiente elección.