El diputado Gerardo Peña Flores, tenido como algo de lo poco decente que había en el cabecismo, ha trocado la tribuna parlamentaria en una verdulería; pero, no el lugar que ofrece alimento para la mesa familiar; sino, como lo marca la Real Academia de la Lengua Española, en un espacio de gente vulgar y ordinaria, muypropio a su nueva imagen de sirviente de los Cabeza de Vaca, cuyas bribonadas ha denunciado con enjundia la congresista Magaly Deándar Robinson.
Viene a resultar que la Verdulera, como ya se le conoce, tuvo la ocurrencia de asegurar en la Cámara de Diputados de Tamaulipas, que los señalamientos que ha hecho la diputada Deándar, todos debidamente avalados con pruebas fehacientes, se deben a un «crush» que le aqueja. Esta agresión misógina en contra de la parlamentaria que ha presentado un intenso trabajo en favor de los reynosenses y de los tamaulipecos en general, es inadmisible y propia de un canalla y un cobarde.
Los diputados Magaly Deándar Robinson y Armando Zertuche Zuani, presentaron al Congreso local un acuerdo para solicitar la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a fin de conocer las irregularidades que se están dando en el Primer Tribunal Colegiado, del cual la esposa del exjuez Faustino Gutiérrez Pérez, Piedad del Carmen Hernández Avila, ambos al servicio de los CdeV, es ahora magistrada en funciones.
Recordaron los ponentes que en el 2023, en un comunicado de prensa, la Fiscalía General de la República acusó al Juez Octavo de Distrito del Estado de Tamaulipas, Faustino Gutiérrez Pérez, de actuar como abogado defensor del imputado y de justificar las operaciones financieras de Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Que el amparo que otorgó al panista está “notoriamente alejado del derecho y del más elemental sentido de justicia”.
Ahora, Faustino, ya retirado del Poder Judicial, es litigante defensor de Francisco García y su esposa magistrada de circuito, lo que a todas luces tipifica el conflicto de intereses y requiere la intervención de la más alta magistratura para evitar que los Cabeza de Vaca sigan siendo protegidos por las autoridades regionales. Eso enfureció a Gerardo la Verdulera Peña Flores, al grado de insultar con todas las agravantes a la diputada, misma que ya presentó denuncia por violencia de género y lo que resulte.
Desde lo más profundo de la historia nos llega un axioma que asegura que la guerra corrompe al ser humano, porque saca lo peor de cada uno. En el caso, no existe una guerra convencional; pero, sí es evidente que los Cabeza de Vaca y su pandilla están atrincherados y pugnan por recobrar el poder que los hizo inmensamente ricos, al grado de que el cabecilla aspiraba a llegar a la Presidencia de la República, sin poder pisar territorio nacional y amparado por su nacionalidad gringa.