Marco Antonio Vázquez Villanueva
En una serie de rumores, aderezados con muchas realidades, se filtró la versión sobre el presunto nerviosismo del exalcalde de Matamoros y ahora diputado federal, Mario López, quien se autonombra La Borrega y del que sus amigos platican comienza a sentir temor de verse involucrado en problemas legales originados por su mala administración del dinero de los matamorenses, por muchos indicios sobre una red de corrupción que le permitió aumentar su patrimonio groseramente.
Los rumores van en todos los sentidos, desde que a La Borrega le obligaron al cierre de sus negocios (que es real tienen las puertas cerradas, aunque no se sepa el motivo) hasta el presunto avivamiento de denuncias que le hicieron por enriquecimiento ilícito, acuérdese que ya le achacaron 20 propiedades y hasta una cuadra de caballos allá en Texas, valuados en 800 mil dólares.
Las versiones son muy creíbles, usted sabe, con estos hombres de nuestra política todo puede cierto, ya ve que apenas están administrando poder y dinero público les brotan sus dotes de magos o Rey Midas y se enriquecen como locos, lo hacen al ritmo que desaparece dinero o los auditores de las dependencias obligadas a la fiscalización de recursos no encuentran formas de justificar el gasto de los presupuestos de los municipios, del que por cierto, ahí en Matamoros, no se encuentran 120 millones de pesos para aprobarle cuentas públicas en este momento, o eso también dicen.
Y no crea que la preocupación de Mario López sea caer a la cárcel, él se sabe con poder, con fuero y considera que eso es suficiente para tener impunidad por tres años, quien lo sabe, pero si le da miedo al ahora diputado que le congelen cuentas, más que le hagan vomitar “lo caído” o por lo menos le bloqueen con inhabilitaciones para que nunca regrese a los presupuestos, lo que le sería un gran castigo.
Le reitero, de lo que se dice en Matamoros no todos son rumores, real es que tiene cerrados loa negocios y que no ha emitido comunicados al respecto el exalcalde, más real es que si tiene viva una denuncia por enriquecimiento, porque desde la Unidad de inteligencia Financiera le detectaron 20 propiedades de las cuales es difícil que pueda justificar su origen.
Bueno, del tema del exalcalde de Matamoros ya se encargará él de informar o lo harán las autoridades correspondientes en su momento, lo bueno apenas comienza, a lo que vamos es a que eso que ocurre con La Borrega en Matamoros es muy parecido a lo que sufren muchos alcaldes y exalcaldes, funcionarios públicos de todos los niveles porque el rechazo de cuentas públicas en el Congreso del Estado se está convirtiendo en un deporte, todavía peor para ellos, porque la Contraloría Estatal al mando de Adriana Pedraza Melo comenzó una evaluación del patrimonio de todos ellos, buscan indicios de enriquecimiento ilícito, de mal manejo de recursos públicos, también prevenir posibles malos comportamientos.
He ahí la razón del nerviosismo de muchos, no podrán justificar propiedades ni ingresos de dinero a sus cuentas bancarias, ellos saben que es ilícito, aunque muchas veces lo hayan querido disfrazar de decente, de negocios.
Allá mismo en Matamoros, el ahora alcalde, Alberto Granados tiene que controlar a sus amigos que trae desde su juventud, desde que era estudiante y colocó en diversas dependencias municipales, son muy conocidos como para no detectarles cambios, pero es igual en todos los municipios, lo mismo en algunas dependencias en las que ya se hicieron purgas para ir limpiándolas.
Obvio, si los emproblemados de hoy y mañana los tienen quienes un día dijeron ser afines políticamente al poder (solo dijeron, en la realidad traicionaban el movimiento), ya podrá imaginar como andarán los cabecistas que con pavor observan que les están rechazando amparos y otras argucias legales para que no los sometan a juicio.
Conclusión, una verdad irrefutable es que muchos funcionarios y exfuncionarios sienten frío, saben que no podrán librar tan fácilmente las consecuencias de los malos comportamientos, su miedo es verse en problemas legales si les rechazan cuentas públicas o les detectan propiedades injustificables de acuerdo a los ingresos que tuvieron o tienen, aunque más pavor les provoca la sola idea de verse obligados a regresar recursos que ya tienen en la bola o se los gastaron viviendo la vida loca…