Francisco Ramos Aguirre
Ana María Charles Sánchez fue una de las mejores pianistas mexicanas de principios del siglo XX quien, gracias a su talento trascendió las fronteras del país. Desde temprana edad se le consideró una niña prodigio de la música clásica, en opinión de los críticos de aquella época. Entre 1906 y 1925, ofreció numerosos conciertos en los mejores teatros de la capital del país y de otras ciudades del interior de la República Mexicana, donde mereció los aplausos del público.
Originaria de Parras de la Fuente, Coahuila (1888) fue hija del ex gobernador General Hipólito Charles, quien participó en la Guerra de Intervención Francesa. En aquel lugar de viñedos, radicó una pianista de apellido Prince quien probablemente compartió su afición por la música. Luego de concluir sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música, hacia 1906 actuó en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México donde interpretó La Polonesa y Nocturno a Chopin. Al año siguiente, fue ovacionada con entusiasmo en el gran Circo Orrín. Desde entonces fue admirada por la manera magistral de ejecutar estas piezas y otras composiciones famosas, bajo las enseñanzas del maestro Luis Moctezuma. En enero de 1908 presentó varios recitales en el Teatro Degollado de la ciudad de
Guadalajara. De igual manera, ese año actuó en el Teatro Casino de la Villa de Guadalupe, Hidalgo.
Charles recibió cátedra de los célebres compositores mexicanos Julián Carrillo, autor del Sonido 13, Carlos J. Meneses y Gustavo E. Campa. Gracias a ellos, destacó como toda una celebridad en el ámbito de la música de salón durante los últimos años del porfiriato. Cuando se presentaba en sus conciertos, lo hacía elegantemente ataviada con ropajes de la época y un sombrero emplumado estilo francés.
Siempre se mantuvo a la altura de las mejores pianistas del país y se relacionó con cantantes de la talla de Fanny Anitúa. En abril y mayo de 1908 alternó con el pianista Pedro L. Ogazón y la mencionada soprano nacida en Durango y recién llegada de Europa donde estudió canto, gracias a una beca que el gobierno mexicano le otorgó para perfeccionar su carrera.
De espíritu filantrópico, intervino en veladas literarias acompañada del barítono Rafael López y el poeta veracruzano José Peón del Valle en favor de los damnificados de un temblor en el Estado de Guerrero (1907) y los afectados del ciclón que azotó Monterrey en 1909. Además, tuvo importantes actuaciones alternando con la Orquesta del Conservatorio Nacional. Su nombre, era uno de los más mencionados por los periódicos y revistas capitalinas.
En 1911, anunció una gira artística con el acompañamiento del declamador Carlos S. Solórzano. Esta velada y espectáculo literario muy propia de la época, incluyó temas de literatura y piezas musicales. Es decir, dentro del repertorio se interpretaron piezas de los principales compositores de la época y poesías de Juan de Dios Peza y Manuel José Othón, Salvador Díaz Mirón, sin faltar los versos de Sor Juana Inés de la Cruz.
Esa ocasión estuvo presente José Fernández Rojas, encargado de ilustrar a los asistentes sobre la vida, obra y anécdotas de los intérpretes y autores mencionados. “Idea feliz y bella -dice el cronista- ha sido la idea de estos tres intelectuales, de unirse para ofrecer música y literatura escogida a gentes que por vivir lejos de esta metrópoli ayuna de arte casi siempre, están más ansiosos aun de deleitarse en inspirados versos y en inspiradas melodías.”

La Pianista que hubiera sido abrazada por Beethoven
Definitivamente la carrera de Ana María Charles “La pianista que hubiera sido abrazada por Beethoven”, se consolidó gracias a sus enormes ascensos artísticos entre 1908 y 1911. Sus actuaciones en escenarios mexicanos crecieron como la espuma, lo mismo su relación con diversos artistas que la acompañaron en Toluca, Puebla, Saltillo, Guadalajara y otras ciudades. En reconocimiento a su trayectoria, perteneció a la Sociedad Literaria y Artística Manuel Gutiérrez Nájera y cuando tenía 18 años de edad, inició su carrera de maestra del Conservatorio Nacional de Música.
En agosto de 1910 en los albores de la Revolución Mexicana y con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia, participó en el Teatro Lírico durante un concierto en honor a Doña Carmen Romero Rubio de Díaz, originaria de Tula, Tamaulipas y esposa del presidente don Porfirio. Por esos años, Charles fue nombrada maestra de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Contrajo Matrimonio con un Matamorense
El 28 de octubre de 1911 la joven pianista contrajo matrimonio con Pedro Lázaro Montemayor, originario de Matamoros, Tamaulipas, en ese tiempo radicado en Ciudad Victoria. La ceremonia religiosa se celebró en el templo de Santa Brígida de la Ciudad de México. En 1912 nació su hijo Pedro Montemayor Charles, quien contrajo matrimonio en la capital tamaulipeca en 1940. Por tal motivo, la pianista decidió retirase temporalmente del medio artístico, pero en marzo de 1914 regresó a sus actuaciones en la Sala Wagner.
En cierta medida, su actividad musical continuó después de casarse. En noviembre de ese mismo año participó en la inauguración de la Academia de Música Juan Sebastián Bach de la capital del país. También en una función a beneficio de Josefa Jiménez y Muro, viuda del poeta Manuel José Othón a quien le unía una estrecha amistad. En esa época presentó un concierto en el Museo Nacional de Antropología y una de tantas tertulias, conoció al intelectual Pedro Enríquez Ureña. Como parte de las actividades culturales de la Brigada Belisario Domínguez, alrededor de 1915 se anunció su presencia en el Teatro Arbeu y Casa del Obrero Mundial. El presidente Venustiano Carranza, asistió a una función en el Teatro Ideal y sostuvo correspondencia con su paisana.
Lo mismo fue admirada por Manuel M. Ponce, Ricardo Castro, Manuel Elorduy y otros. En 1923 la encontramos muy activa en varios conciertos en la Escuela Nacional Preparatoria, acompañada de la Orquesta Mexicana de Señoritas donde también se presentó el pianista victorense Juan Diego Tercero, colaborador del grupo orquestal mencionado.

Vivió en Ciudad Victoria
A partir de entonces, Ana María Charles pasaba cortas temporadas en Victoria y Matamoros, acompañando a su esposo, cuñado Gastón Montemayor y su hijo Pedro. En ocasiones doña Aminta Blanco viuda del gobernador Guadalupe Mainero, organizaba veladas literarias en su residencia -17 Morelos-, con asistencia de amigos y familiares entre ellas sus hijas Aminta, Laura y Lety. A estas tertulias acudía don Pedro L. Montemayor dedicado a la agricultura, -diputado local en 1934- y su esposa la pianista Ana María, quien interpretaba melodías al piano entre ellas el vals Piedad de su autoría. Para la gente que transitaba por la frondosa avenida, era un deleite escuchar los acordes del piano a través de los grandes ventanales de aquel lugar, hoy convertido en estacionamiento.
Ana María era una mujer muy atractiva, que llamó la atención de quienes la conocieron. De piel muy blanca, cabello rubio con diversos peinados, mirada expresiva y soñadora, tranquila y melancólica. Durante los conciertos usaba vestuario confeccionado por reconocidas modistas, con telas finas importadas y diseños de adornos, olánes y encajes.
Finalmente, aquellas visitas a Victoria fueron menos frecuentes, debido a sus compromisos artísticos en la Ciudad de México. Derivado de estas ausencias, su relación matrimonial terminó cuando se relaciona con el ingeniero militar, arquitecto y político revolucionario Alfredo Robles Domínguez con quien procreó tres hijos en la capital del país, donde falleció en 1947.
(Fuentes: Periódico La Voz de México/junio 24/1906; Periódico La Voz de México/México D.F./22 de enero/1908; Periódico El Diario/México D.F.,/8 de enero de 1911; Periódico El Tiempo Ilustrado/junio 6/1906; Periódico El Tiempo Ilustrado/octubre/11/1911; Periódico El Tiempo/agosto 9/1910; Periódico El Pueblo/1914/noviembre/7; Infierno y Paraíso de las Islas. Memorias de Mar y Mujer. Miguel Ángel Moreta Lara/2023; entrevista a la profesora Dinorah Higuera Acevedo; A Tiempo de Vals/Samuel Maynes Champion/Proceso/enero 10/2010).