(Versión corregida y aumentada)*
Por Francisco Ramos Aguirre
Durante 1937, Carlos Gómez Don Chema recorría el país con gran éxito
acompañado por su propia empresa de espectáculos. Para entonces, dicho artista cómico era
uno de los personajes predilectos de la farándula en Ciudad Victoria. Mientras tanto en esa
misma época, la actriz Lupe Vélez (1908-1944) se convirtió en una de las figuras
destacadas de culto cinematográfico de Hollywood. Por tal motivo, en noviembre de ese
año, fue recibida apoteóticamente en Guadalajara.
En cambio, por esos años su hermana la actriz Reyna Vélez con menor éxito en el
medio histriónico, explotaba su apellido y lazos familiares con la gran diva del cine
norteamericano en sus actuaciones en diferentes escenarios del interior del país. Desde
luego sin los alcances de la actriz discípula de María Conesa La Gatita Blanca, quien para
entonces estaba casada con los famosos actores Gary Cooper y Johnny Wissmüller,
protagonista de las primeras películas de Tarzán.
Como parte de sus giras de promoción en noviembre de 1937, Reyna actuó en el
Gran Teatro Juárez de Ciudad Victoria dentro del elenco de la Compañía de Comedias,
Revistas y Variedades Don Chema bajo el lema “El Hombre que Tiene Eso y que por Eso…
Siempre Está Dispuesto a Darle Alegría a los Vivos” Dice El Gallito del día 14 de aquel
mes y año: “En esta Cd. Su hermana Reyna Vélez que viene con la Cía. de Don Chema,
Festejó la Llegada de la Inquietante Lupe. Ha obtenido un clamoroso éxito pues es
numerosísimo el público que concurre cada noche a nuestro Coliseo, que va admirar a tan
simpática Compañía.”
Con el popular Don Chema, venían las guapas y gentiles vedettes Margarita del
Castillo “Desenvuelta, graciosa y coqueta. Una vedette en todo el significado de la
palabra”, Reyna Vélez “Digna hermana de la Inquieta Lupe”, Adelina Padilla “La Flama
Viviente”, Las Mascotitas “Las más Hermosas Tiplecitas de México y Doña Chema “Actriz
Cómica de Carácter”, Natalia Velázquez y otras simpáticas segundas tiples.” Por muchos
años Carlos Gómez Don Chema actuó en diversos escenarios teatrales de toda la República,
por tal motivo se le recuerda como uno de los protagonistas de la historia de espectáculo en
México. Incuso intervino como uno de los principales bailarines en la película
norteamericana Navajo y en 1938 fue coproductor y guionista de Juan Soldado con
actuaciones de Emilio Tuero y María Luisa Zea.
Años más tarde, en junio de 1941 la Carpa-Teatro Landeros propiedad de la
actriz Teresa Landeros y su esposo Roberto Zenteno, quienes gozaban de enorme prestigio
nacional ofreció varias funciones en la Plaza Morelos de Victoria acompañados: » … de un
completo cuadro de artistas venidos unos de la Capital de la República y otros de
Monterrey». Entre las figuras más importantes estaba don Canuto y su Escuadrón de
Estrellas: «…que lo constituyen seis hermosas Girls, como bailarinas, tanguistas,
coupletistas, etc…que harán la mejor diversión para los habitantes de esta Capital, siendo el
espectáculo completamente para familia».
En 1949 los Landeros realizaron una extensa temporada en la ciudad
Matamoros, Tamaulipas, donde dos años antes murió trágicamente la actriz Gloria Elvira
Landeros. El mismo año participaron en la Cancha Municipal de Victoria ofreciendo varias
funciones especiales en beneficio del Asilo Vicentino y Cruz Roja, obras promovidas por la
señora Herlinda Caballero esposa del gobernador Raúl Gárate Leglú. Con esa muestra de
filantropía, Carlos despertó más simpatías a su favor. Al transcurrir el tiempo, el 4 de abril
1952 instaló la Carpa Gloria -18 Morelos- llamada así en honor a su hija. En la cartelera se
ofrecía la promoción de dos personas por un boleto, incluyendo extensa una variedad de
artistas que actuaban en las obras: Los Candidatos son Quíntuples y Los Campesinos.
La carpa ambulante se instaló en diferentes sectores de la capital
tamaulipeca, entre ellos en una esquina de calle Morelos y trece, donde actualmente se
localiza el edificio de Teléfonos de México. Su forma era rectangular, techo de lona y
telones de boca. Las sillas eran de tijera y la gradería de madera. De aquellas giras se
recuerda una anécdota protagonizada por el famoso cómico de la compañía, quien
mencionaba en un sketch que los árabes de Victoria eran más bien turcos otomanos. Cierta
noche, un libanés que no simpatizaba con ese tipo de bromas se sintió ofendido y agredió a
golpes al comediante.
Don Carlos Landeros sugirió al artista que fuera prudente, dejar de repetir el
chiste y olvidarse el asunto. Sin embargo, el guasón continuó repitiendo el chascarrillo en
las siguientes funciones. Por su parte el corpulento árabe, siempre lo esperaba a la salida de
la carpa; mientras el cómico de marras, abandonaba rápidamente el lugar por la puerta
trasera y corría a refugiarse al Hotel Las Palmas donde se hospedaba la compañía de
artistas.
Vale recordar que una de las célebres divas, pionera de las carpas mexicanas de
aquella época fue comediante y vedette Lupe Rivas Cacho (1897-1975). En 1921 trabajó
con su compañía de Comedias Teatro y Zarzuelas en Tampico, Tamaulipas en los
principales espacios de la ciudad entre ellos el Teatro Variedades. Lejos del escenario, en
los inicios de su carrera la artista considerada “el alma nacional” por su atuendo de China
Poblana, sostuvo un romance y fue modelo del pintor y muralista Diego Rivera. Por sus
aportaciones, se considera uno de los personajes que enriqueció sustancialmente la cultura
popular. A principios de la década de los cincuenta actuó en Ciudad Victoria, encabezando
su propia compañía teatral de carpa instalada en un terreno de calle Hidalgo 18 y 19 a un
costado de la casa de la familia de la Lastra.
En cierto sentido de acuerdo al contexto citado, durante la primera mitad del siglo
XX la capital tamaulipeca se convirtió en uno de los destinos de las principales compañías
de espectáculos de aquella época. Definitivamente para que esto sucediera influyó no
solamente el buen gusto por la cultura y el teatro de los victorenses ávidos de diversión y
entretenimiento, sino también la disposición de escenarios como el Gran Teatro Juárez y el
apoyo de las autoridades locales.
De igual manera la presencia del ferrocarril y la Carretera Nacional que
definitivamente facilitaban el tránsito de las compañías artísticas, en este caso del noreste
mexicano que entre otras ciudades abarcaba San Luis Potosí, Tampico, Ciudad Valles,
Mante, Ciudad Victoria, Linares, Matamoros, Nuevo Laredo, Monterrey y Saltillo .