Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, declaró que una de sus primeras reformas a la Constitución será darle para atrás a la reelección de legisladores y ediles, argumenta que al pueblo no le gusta, que fue uno de los postulados de la Revolución Mexicana y revertirla ayudará a eliminar cacicazgos, muchos vicios que se fomentan a la sombra del poder y dinero público.
Por supuesto que a raíz de los resultados que ha dado la elección consecutiva, así se le llama pomposamente a la reelección, no hay mucho para donde hacerse, la futura presidenta tiene toda la razón, hasta hoy, seis años después de que comenzó a ser utilizada en Tamaulipas, poquito más en México, está comprobado que no dio los frutos que de ella se esperaban.
Tenía la reelección, quizá ya haya necesidad de hablar en pasado, sus puntos positivos, fue la oportunidad del pueblo para vengarse de políticos que no hacían otra cosa que olvidarse de sus electores o robar mientras podían para luego pretender permanecer en sus cargos, fue bonito observar como a través del voto se mandó al diablo, se castigó, a muchos alcaldes, diputados y senadores que pretendieron reelegirse en estos años.
En esa tesitura, la elección del 2018 fue de las más interesantes, fue cuando por primera vez tuvimos la oportunidad de restregarle en su cara la ineptitud, estupidez o mediocridad a una gran cantidad de alcaldes y alcaldesas que pretenderán reelegirse y, si, por primera vez se pudo premiar a dos o tres que cumplían en sus funciones, para hablar de esta figura.
La realidad de esa elección es que también hubo precavidos que no fueron capaces ni de respirar por temor a que les reclamaran tanta indolencia e incluso ratería por lo que no buscaron sus puestos nuevamente, algunos cínicos que creyeron podían engañar al pueblo buscaron reelegirse pero no lo lograron, más otros que con el mismo dinero público de parapeto lo consiguieron.
En aquella fecha por primera vez nos preguntamos, ¿quién merece nuevamente un voto?, la pregunta fue bastante fácil de responder al observar las calles de nuestras colonias, la limpieza o suciedad de estas, el acercamiento que tuvieron las autoridades con la gente, por eso la gran mayoría no logró su objetivo, ahí se enteraron los ediles y legisladores que simular chamba no era lo mismo que dar resultados y la ciudadanía se los demostró en las urnas, funcionaba a medias la intención de quienes fomentaron la elección consecutiva.
Por ello le decía, de la reelección hay que decir que por fin el pueblo parecía tener una ventaja, quien pretendía permanecer en su cargo tenía que dejar sus ambiciones y apetitos por el presupuesto para mejores tiempos y ponerse a trabajar, dar resultados tangibles.
Ahora viene una pregunta más respecto de la propuesta de Claudia Sheinbaum de eliminar la reelección, ¿el Congreso, sus Diputados y Senadores, aprobarán la reforma que les impida permanecer en sus cargos por varios periodos y gozar de poder con sus presupuestos a la mano?, habrá que verlo.
En lo personal, estoy convencido que a este país se le hace necesario la reelección para tener funcionarios de elección popular comprometidos, que puedan actuar para beneficiar a las mayorías, que no se permitan fallarle al pueblo, sin embargo, antes de seguir discutiendo este tema, también insisto, se requiere asegurar que van a llegar o permanecer en los puestos de elección popular hombres y mujeres decentes, entonces, se necesita inscribir también en la reforma que se pretende la obligatoriedad de someter a exámenes de control y confianza a todos los que quieran ser candidatos, desde los que aspiran a ser Regidores hasta al Presidente de la República, necesitamos saber que no son drogadictos, que son probos, que no han robado ni pretenden hacerlo, para eso nomás se necesita el antidoping, exámenes psicológicos y psicométricos, concretando, aplicar las herramientas que los científicos saben son útiles en estos casos porque la única certeza de que tendremos un gobierno decente es tener funcionarios públicos decentes aunque para desgracia nuestra de eso no se habla en los gobernistas ni opositores, a ellos no les conviene garantizar decencia y capacidad para ejercer los cargos de elección popular, a ellos les interesa el negocio de estar o no estar y de lo que se deriva del mismo.
En concreto, la reelección seis años después ha demostrado que no fue mucho avance, vimos municipios ser gobernados por una familia sin que se noten los resultados en las calles, otros en los que la ciudadanía ganó la lucha tumbando malos gobiernos, pero al final ha sido lo mismo, fue quitar a unos para poner a otros, no logramos el propósito de tener mejores políticos, con todo y eso habrá que ver si lo ideal es quitar la posibilidad de reelección como lo pretende la presidenta electa, la doctora Claudia, o, de plano, dejarla para aprovechar la experiencia que adquieren los políticos en los cargos, obvio, siempre y cuando se les impongan candados y obligaciones para garantizar que quienes pretendan ser candidatos o reelegirse prueben primero su honradez…
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