Por Francisco Ramos Aguirre
Hijo de Julián Turrubiates Hernández y Leandra Narváez. Nació en la Hacienda “La
Biznaga, municipio de Cerritos, San Luis Potosí y falleció en Ciudad Victoria, Tamaulipas
(20 de agosto de 1900- 11 de febrero de 1982). En 1904, derivado de algunos conflictos
políticos, protagonizados por precursores de la Revolución Mexicana, don Julián y su
familia se trasladaron a La Hacienda La Presa de Ciudad Victoria, propiedad de los
hermanos Ramón y Manuel Sámano, quienes lo contrataron para realizar actividades
agropecuarias.
Ahí conoció al joven Magdaleno Aguilar Castillo, quien a principios de la década de
los veinte lo invitó a fundar la Sociedad Mutualista de Campesinos. En 1924, con motivo
de la Reforma Agraria, realizaron los trámites para el reparto del mencionado latifundio del
cual surgieron diez ejidos. Por esos años con motivo de la Rebelión Delahuertista, don
Julián y Magdaleno acaudillaron un grupo de campesinos, quienes tomaron las armas en
defensa del gobierno obregonista.
Sofocada dicha rebelión, el diez de diciembre de 1925 el gobierno federal de
Plutarco Elías Calles emitió una resolución donde se autorizaba el reparto de 508 hectáreas
a 66 padres de familia; aún cuando en octubre del año anterior el periódico oficial de
Tamaulipas, publicó un decreto donde se menciona la dotación de poco más de setecientas
hectáreas, firmado por el profesor Candelario Garza.
Años más tarde, el 10 de octubre de 1939 durante el gobierno del general Lázaro
Cárdenas del Río se logró la ampliación a 3 mil 27 hectáreas en beneficio de 88 familias
campesinas congregadas en el Ejido La Libertad y Misión Unidas, considerado en ese
momento uno de los más grandes del país.
Todo esto se logró gracias a los buenos oficios políticos y relaciones del joven
Bernardo Turrubiates, quien se convertiría rápidamente en uno de los principales
fundadores y líderes de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de
Tamaulipas, al lado de Magdaleno Aguilar, Miguel Martínez Rojo y Martín Martínez
Tovías.
Desde entonces se afilió políticamente al grupo acaudillado por Emilio Portes Gil,
convirtiéndose en uno de los dirigentes agrarios más importantes de Tamaulipas,
reconocido por su honestidad, trabajo, calidad moral y lealtad en todos los momentos de su
liderazgo. Fue representante de la Liga Nacional Agraria y en 1938 fundador de la
Confederación Nacional Campesina al lado del potosino Graciano Sánchez.
Presidente Municipal
En 1938 el licenciado Emilio Portes Gil, mantenía el control político de Tamaulipas.
Por tal motivo, en esa época los campesinos pertenecientes a la Liga de Comunidades
Agrarias y Sindicatos Campesinos tuvieron una marcada presencia en los procesos
electorales. Por ejemplo a principios de diciembre del mencionado año, se realizaron las
elecciones para elegir al nuevo presidente municipal de Victoria.
En este caso la contienda fue protagonizada por Bernardo Turrubiates, postulado
por la Planilla Popular ante el Partido de la Revolución Mexicana. Su contrincante a quien
venció abrumadoramente era Alfredo Bernal del Castillo quien contó con el apoyo del
grupo político de José E. Castro. Durante el primer cómputo, la votación arrojó 1943 votos
a favor de Turrubiates y 183 a favor de Bernal del Castillo: “Faltando de computarse la
votación de las casillas correspondientes a las Secciones 21, 23, 24, 25, 26, 29 y 33 que aún
no se han recibido.”
De esta manera asumió el cargo de presidente municipal de Victoria (1939-1940),
en sustitución de Bernardino Rodríguez. Los ediles que formaron parte de su
administración fueron Arnulfo Martínez -Presidente Suplente-; Regidores Nieves Eguía,
José Nieves González, Florentino Aguilar, Felipe Charles, Juan Moreno y Juan Mascorro y
Síndicos Gilberto Terán y profesor Ignacio Ramírez.
Alternó su administración en la fase final del gobernador ingeniero Marte R.
Gómez. Fue Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos
Campesinos y Diputado Local del Congreso de Tamaulipas por el 3er. Distrito (1941-
1943); Diputado Federal (1953-1955) y nuevamente Secretario General de la Liga de
Comunidades Agrarias. Secretario de Organización y Propaganda de la Confederación
Nacional Campesina (1940-1943) durante el período del General Gabriel Leyva Velázquez
nacido en Sinaloa.
Gracias al reconocimiento político al liderazgo campesino, tuvo la oportunidad de
relacionarse con gobernadores y presidentes de México entre ellos Lázaro Cárdenas a quien
a finales de la década de los treinta, el Departamento Agrario mostraba su lealtad bajo el
lema “Con Cárdenas al Triunfo o a la Muerte.” Tuvo una relación estrecha con los
presidentes Emilio Portes Gil, Maximino Ávila Camacho y Luis Echeverría Álvarez. En
cuanto a los gobernadores destacan Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar, Manuel A.
Ravizé y Enrique Cárdenas González.
Elogios del profesor José Santos Valdez
En 1962 el profesor y reconocido activista lagunero José Santos Valdez de ideas
progresistas, lo describe como uno de los maestros rurales que conoció en las primeras
décadas del siglo XX “… delgado, más bien seco, un poco encorvado con espejuelos que
acentúan el parecido con un pedagogo campesino. Los cargos públicos que desempeñó le
permitieron ligarse con los agraristas de todo el Estado, situación que hasta los últimos días
de su vida conservó y que hacía que, en vísperas de elecciones su modestísimo rancho,
fuera tan visitado como el mismo PRI.”
En cada puesto público que ocupó don Bernardo jamás lucró, no robó, ni traicionó y
no claudicó. Por eso el profesor lagunero de filiación de izquierda, sugirió que a su rancho
de 18 hectáreas que tenía en el Ejido La Misión le llamara La Lealtad. Todo esto porque
durante la etapa de crisis política del portesgilismo a principios de la década de los treinta,
se mantuvo leal al grupo, donde también militaba Magdaleno Aguilar.
Bernardo Turrubiates, menciona uno de los tomos de la Convención de la Liga de
Comunidades Agrarias de Tamaulipas, junto a Conrado Castillo, Juan Báez Guerra y
Miguel Martínez, “fueron acción heroica, inspiración permanente… que dieron cause y
causa al movimiento agrario en la entidad.”
Así se le recuerda a este líder campesino, quien se conservó fiel a sus hermanos de
clase sin que “… el poder, ni el fuero, ni el dinero lo marcaran.” Como después sucedió con
otros líderes agrarios. Para algunos gobernadores como Emilio Portes Gil, Marte R. Gómez
Emilio Martínez Manautou y Enrique Cárdenas González se convirtió en un asesor y guía,
gracias a sus conocimientos empíricos sobre la práctica política.
Fuentes: (Periódico El Gallito/5 de diciembre de 1938; El Gallito/1º de enero de 1939).