El antecedente de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones, organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, “para promover la cooperación internacional y conseguir la paz y la seguridad”. También en el marco del Tratado de Versalles se creó la Organización Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones. La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la segunda guerra mundial.
La Carta de la ONU se firmó el 26 de junio de 1945 por los representantes de 50 países; Polonia la firmó más tarde, el 15 de octubre de 1945 y así se convirtieron en 51 Estados Miembros fundadores. Actualmente, la organización está compuesta por todos los países oficiales e independientes del mundo, (193), a excepción de la Ciudad del Vaticano, que posee el rol de estado observador. Quedando establecido por la organización que, el 24 de octubre de 1945, empezaría a existir como organización oficialmente.
Ante el genocidio perpetrado a la humanidad por los participantes en las Guerras Mundiales, fue necesario un acuerdo internacional permanente que regulara las relaciones entre los países y evitara hasta donde es posible, las felonías perpetradas impunemente por los países poderosos en su afán de dominio a las poblaciones más vulnerables. Mencionar los organismos que integran esta importante organización, y la función específica de cada uno de ellos, sonaría como a un ensayo de escuela repetido infinitamente. Cuando se fundó fue un paso importante y necesario para buscar la pacificación del planeta. La formación de comisiones que específicamente se han dedicado a la salud, la cultura, la educación, la alimentación y el entretejido político que pretende mantener el equilibrio y la justicia, en un principio fueron determinantes para establecer normas diplomáticas que generaran una sana convivencia, la sede de este organismo radica en la Cd. de Nueva York, donde se ventilan los asuntos que afectan a la comunidad internacional. Recordemos el eterno duelo que Rusia y EEUU sostenían a mediados del siglo pasado y le llamaron “la guerra fría”; que consistía en amenazas y negociaciones para evitar una catástrofe mundial. Ambas potencias poseían infinidad de bases militares que mantenían amenazadas las principales ciudades del mundo; el poseer conocimiento sobre la energía nuclear, los hacía peligrosos, porque el uso de armas con dicha energía, destruiría el planeta en cuestión de horas. Estas dos potencias peleaban la hegemonía del poder, así como el control del petróleo en el mundo. Hoy en día, por desgracia, son muchos los países que utilizan la energía nuclear para fines benéficos. Gracias a la ONU se reguló el uso del armamento para que no representara una amenaza a la paz.
Los tiempos cambian, los países evolucionan y las funciones de la ONU y sus distintos organismos, han sido rebasados poco a poco por la violencia, la inequidad, los subterráneos intereses de los grandes monstruos de la economía, porque el hambre, la violencia y los genocidios contra distintos grupos étnicos, religiosos y las corrientes políticas opuestas, siguen dándose con el disimulo de quienes debían intervenir para darles solución.
La mayor amenaza que nos acecha no es una guerra mundial con armas de fuego, aviones e invasiones masivas. Existe la llamada Guerra biológica; una amenaza real y silenciosa, letal, que mata miles o millones de personas, sin poder determinar de dónde procede el virus o microbio que la causa, estamos más vulnerables que nunca ante ese tipo de amenazas cuyo control es difícil.
Por otra parte, la evolución natural de la humanidad, nos ha llevado a enfrentar problemas mayores: la delincuencia organizada que se mueve en altas esferas, internacionales, la violación constante a los derechos humanos, la baja calidad de la educación en los países subdesarrollados, dentro de los cuales nos encontramos, el mal uso de la democracia cuando no se tiene conciencia real del valor del voto ciudadano, nuestro país es un claro ejemplo de este último mal…
La ONU requiere una reestructuración con base en problemáticas actuales, las dependencias de ese importante organismo mundial, se ha politizado y burocratizado, además, está en manos de los países más poderosos militar y económicamente, razón por la cual las decisiones que ahí se toman, aunque se pongan a votación, no dejan de tener una cierta parcialidad. La economía es otra de las armas que se maneja con maestría para ejercer control de los pueblos…
Es necesario hacer un análisis detallado de las problemáticas más graves que aquejan al planeta; en un gran número de países, debe cuidarse la integridad de la mujer, los niños y los jóvenes que, por desgracia, en sociedades machistas se consideran “propiedad de los varones adultos. Debieran acatarse bajo amenaza de penalización, los abusos cometidos en contra de grupos raciales, religiosos o políticos provocados por el fanatismo de los grupos dominantes.
Es tiempo de renovarse para que la ONU sea un eficaz regulador de la justicia y salvaguardar en forma efectiva el respeto a la individualidad y la libertad que asiste a cada ser humano sobre la tierra, sin distinción de razas, credos y estratos sociales.
La intercomunicación actual en el planeta, debe hacer sentir a cada individuo como ciudadano del mundo, responsable del bienestar de todos.