Por Martha Olivia López
El Grupo Parlamentario de Morena recuperó el control del Congreso de Tamaulipas luego de siete meses, ante el descontento de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) quienes abandonaron la sesión luego de su derrota; la intención de los panistas era seguir protegiendo los intereses del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y de su partido.
La votación fue de 19 votos de que Morena tuviera el liderazgo, 11 votos en contra y dos abstenciones; al verse perdidos, la mayoría de los panistas abandonaron el reciento legislativo y solo se quedaron Sandra Luz García Guajardo y Linda Mireya González Zúñiga, secretaria de la Mesa Directiva.
En la sesión extraordinaria, el presidente de la Diputación Permanente, el morenista Isidro Vargas Fernández dio lectura al artículo 67 de la Constitución Política del Estado de Tamaulipas donde señala que «las iniciativas adquirirán el carácter de ley o decreto cuando sean aprobadas por la mayoría de los diputados presentes en los términos de lo previsto por esta sección, y entrarán en vigor en la fecha que determine el Congreso; si éste no lo determina, serán vigentes a partir de la fecha de su publicación en el Periódico Oficial del Estado». Leyó este precepto, bajo el argumento de «jerarquía de las leyes» dada su supremacía constitucional y donde subrayan que quien obtengan la mayoría de los votos en las urnas en el proceso electoral vigente en la gestión de la Legislatura será quien presida la Junta de Coordinación Política.
Vuelve la legalidad
El 14 de junio del 2022, el PAN, con el apoyo de ex morenistas, aprobó el Decreto 65-172 y reformaron varios artículos de la Ley Interna del Congreso donde establecieron que se requería el voto de la mayoría calificada, es decir las dos terceras partes de los integrantes del Congreso (24 votos) para expedir cualquier reforma; así como elegir al presidente de la Junta de Coordinación Política, para impedir que Morena asumiera el control.
En esta sesión extraordinaria, los dos diputados locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandra Cárdenas Castillejos y Edgar Melhem Salinas, jugaron un papel ambigüo: su presencia ayudó a tener quórum legal para la sesión, pero al momento de votar, por el control del ente legislativo, se abstuvieron.
Durante este proceso, la mayoría de los diputados panistas —incluyendo la candidata a senadora por el PRI-PAN-PRD, Imelda Sanmiguel Sánchez, y el dirigente estatal del PAN, Luis Cantú Galván— se levantaron de sus curules evidentemente frustrados. Al saber que habían perdido la votación, abandonaron el pleno.
Al iniciar la sesión extraordinaria, se pidió guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de la abuelita del diputado panista Luis René «El Cachorro» Cantú Galván, María Josefina Cortez de Galván; al concluir Cantú Galván dijo que no aceptaba la condolencia porque había pedido «la cortesía» de que por tal motivo se aplazara la sesión cuatro o cinco horas.
Esta no es la primera ocasión en la que el PAN y sus legisladores buscaban retrasar el trabajo legislativo. La primera vez, fue con extrañas llamadas de alerta de bomba. La segunda ocasión, El Cachorro fue llevado al hospital presuntamente por un infarto, luego salió a decir que fue la vesícula, pero no se tuvo certeza de ninguna de las dos afecciones. En ambos casos las sesiones de trabajo fueron suspendidas.