Entre líneas
Daniel Santos Flores.
Corría el año de 1810, en Dolores, en la Casa del Diezmo, vivía el padre Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, hombre culto de 57 años. Vivían con él su pareja Josefa Quintana y la dos hijas de estos, Josefa y Micaela, a quienes Hidalgo hacía pasar por sus sobrinas.
Hidalgo se ganó la simpatía del pueblo porque procuraba el bien de los más desfavorecidos, alentó la producción de miel y las moreras para la cría de gusanos de seda. Las ganancias de esto iban directamente a los bolsillos de los productores, gente pobre en su mayoría indígenas y mestizos. Era un hombre que gustaba del teatro, organizaba bailes, kermeses y tertulias. Hidalgo hablaba además de español, francés, latín, otomí, purepecha y náhuatl.
Su verdadera historia dista mucho de la que conocimos en los libros de texto. Hidalgo era un hombre bueno, muy acorde a su época, no se le tiene que criticar nada, así eran las cosas en esos tiempos. La historia del hombre detrás del mito es enriquecedora e interesante.
La madrugada del 16 de septiembre Miguel Hidalgo, desde su comedor, recito una frase con la que dio inicio la guerra de independencia. Cuando Allende perdió el ánimo, Hidalgo armado de valor, dijo: “Caballeros, somos perdidos, aquí no hay más remedio que coger gachupines”. Una frase cargada de valor, en un momento en el que se necesitaba valor.
Quedan escasos 15 días de la actual administración estatal, los diputados locales del <todavía> bloque opositor han dado una lucha frontal en contra de los actos que desde el poder estatal se han gestado: rompimiento del orden democrático al no respetar la decisión de las mayorías, rompimiento del orden constitucional, desacatos judiciales, entre otros. Las y los legisladores de MORENA y MC han sido amenazados, presionados, les han cerrado negocios, inventado acusaciones, les han perseguido a familiares y colaboradores, han emprendido campañas mediáticas en su contra, han hecho de todo y ni así los han podido doblar.
Queda un paso que esperemos que nunca sé dé; pasar de lo legal, a lo personal. Si, aunque en política todo pareciera ser personal, hay líneas que nunca se deben de cruzar. Lo que hizo Hidalgo fue valiente, un hombre sentado en una mesa en la que se tenía que tomar una decisión, aun a sabiendas de que sería juzgado, perseguido y muy probablemente asesinado.
Lo que han hecho los diputados se le puede asemejar. Cuando tomaron la decisión de darle de frente al poder, también lo hicieron a sabiendas de que serían juzgados, perseguidos y muy probablemente quitados de en medio.
Miguel Hidalgo se envalentonó porque era necesario. Los diputados de MORENA y MC se envalentonaron porque no había de otra, era eso o permitir que las cosas siguieran igual. Si así perdidos vean todo lo que han hecho los que aún ostentan el poder, no quiero imaginar que hubiera pasado si hubieran podido retenerlo.
El movimiento independentista estuvo hecho con aportaciones de hombres y mujeres de valor. El movimiento de transformación que hoy vive el estado se ha gestado de igual forma, con mujeres y hombres valientes. En el primer caso se enfrentaron a la corona, en el segundo también. En el primero, lograron vencerla, en el segundo ¿lo lograrán?.
Reenviado
En el caso de las diputadas y diputados que se han sumado <y se seguirán sumando> al ala morenista, lo único que se puede decir es que: es válido equivocarse, lo que no se vale es permanecer equivocado.
Daniel Santos Flores