V I E N T O / H U A S T E C O
Por Carlos F. Salinas Domínguez.
( El 8 de julio de 1976 el presidente Echeverría maniobra para que salga J. Scherer)
Hoy 8 de julio se cumplen 46 años de la salida de la dirección general del periódico Excélsior de Julio Scherer García y con lo más selecto de la redacción y colaboradores editoriales.
El periódico Excélsior, en esa época estaba considerado como el de mayor contenido e insumiso ante el poder, con fieles lectores. Era el mejor escrito en español en el mundo.
En ese tiempo Excélsior era una Cooperativa de trabajadores, que incluía personal de redacción, administrativo y de talleres.
Se inició en 1917, su fundador fué Rafael Alducín, periodista hecho en El Imparcial, con dotes de empresario, muere en 1924 a consecuencia de las lesiones que recibió al caer de un caballo en el bosque de Chapultepec. Promovió y logró implantar en México el «Día de las Madres, 10 de mayo», idea que copió de EE. UU. en donde se celebra el segundo domingo del mes de mayo.
El periódico entre en crisis económica y finalmente se declara en quiebra en 1931, es cuando los trabajadores, auspiciados por el gobierno a fin de no perder una fuente de empleo se da paso a una cooperativa que funcionó, con altas y bajas hasta el año 2006 en que la Cooperativa decide vender al empresario de orígen gallego Olegario Vázquez Raña, de la familia que se caracteriza por hacer negocios al amparo de los gobiernos en turno. De muebleros en abonos, pasaron a casí todos los giros. Los medios de comunicación les sirven para defender sus otros negocios.
Por la dirección pasaron, el de mayor tiempo y el que le dio carácter a Excélsior, al que le decían «prensa vendida» fué don Rodrigo de Llano, ( Monterrey, 1890-1963), sus subordinados le decían «El Skipper», que significa el patrón o capitán de un barco, lo dirigió en dos ocasiones, de 1924-1929 y de 1931- 1963 año en que murió. Era el «boy friend» de doña Amalia G. de Castillo Ledón, es posible, dado los usos y costumbres de las influencias de los directores de periódicos, que haya intervenido para la designación en los cargos diplomáticos y la subsecretaria de asuntos culturales que ocupó la guapa ojiverde oriunda de Jiménez. Tamaulipas.
Después de «El Skipper» siguió don Manuel Becerra Acosta, al morir en 1968, le sigue Julio Scherer García, a los 42 años de edad. Había entrado a Excélsior en 1947 a los 21 años. En 1976, depués de la destitución de Scherer le sigue Regino Díaz Redondo hasta el año 2000 en que a su vez es destituido por los cooperativistas. El periódico entra en crisis total hasta su venta en 2006 al gallego Olegario Vázquez Raña, finiquitando la cooperativa.
Julio Scherer García como director de Excélsior hizo de un periódico muy desprestigiado pero muy influyente el más respetado e influyente de habla hispana. Su política plural, la contratación de los analistas e intelectuales de mayor prestigio e inteligencia escribían en su página editorial. Y el tratamiento de acontecer díario era de crítica al gobierno. Eso no se podía tolerar, en México, desde 1924, con el presidente Alvaro Obregón toda la prensa en el país es sumisa y controlada por el gobierno. Excélsior era una excepción-
El presidente Luis Echeverría, se dijo, que aconsejado por Porfirio Muñoz Ledo, secretario de Trabajo, prepararon la rebelión de los cooperativistas para destituir a Julio Scherer García, lo que se llevó a cabo el 8 de julio de 1976.
La salida de Scherer García dio origen a una serie de publicaciones, entre otras a la revista Proceso, que vió la luz en noviembre de 1976, seguirían la revista Plural, de Octavio Paz. el periódico UnoMasUno, que tuvo mucho prestigio y La Jornada, un desprendimiento de éste. Indirectamente a Letras Libres al desaparecer Vuelta.
Julio Scherer García, siguió escribiendo e Proceso, amén de una veintena de libros, entre los que destacan Los Presidentes, Terca Memoría y tal vez la más importante entrevista que se haya hecho en México que se publicó en Excélsior en 1961, después en forma de libro por el FCE y Proceso, «El indio que mató al padre Pro». Es una muy extensa conversación entre el general Roberto Cruz, jefe de la policía en la Ciudad de México en los años veintes y Scherer. Es una obra maestra de historia y de cómo hacer una entrevista trascendente. Es texto en escuelas de periodismo del mundo entero.
La mejor relación de estos hechos los escribió dentro del género de nuevo periodismo Vicente Leñero en un libro publicado por siglo XXI Editores titulado «Los Periodistas», con varias ediciones. Es lectura obligada para quién se interese por el tema de los periodistas y las relaciones con el poder. También es texto en las escuelas de periodismo.
EPILOGO
Conocí a Julio Scherer García en 1958 cuando fué enviado a Laredo a reportear para las tres ediciones de Excélsior con motivo del violento y fraudulento proceso electoral municipal de 1957. Don Roberto Morales Zepeda, de Sinaloa, era corresponsal de Excélsior y de la la agencia noticiosa AP, además de veterano de la revolución, había estado en el sataff administrativo como contable y taquígrafo del general Ramón F. Iturbe , trabajaba en la planta interior de la aduana y era regidor en la planilla de Luis Treviño Peña. Concurría a diario a a platicar a su negocio de ventas de productos Kodak ubicado en la avenida Guerrero, la principal de la ciudad . Pues bien, casi todos los periodistas que llegaban Laredo a reportear pasaban por la Kodak para informarse de la situación local con don Roberto, un día llega Julio Scherer García, se le puso al tanto de la situación. Tuve oportunidad de intervenir en la plática en tanto que me sentía periodista al dirigir en periódico de la escuela preparatoria «Patria». Me dejó la sensación de alguien muy capaz y muy claridoso. Dijo algo que no he olvidado y que repetió hasta su fallecimiento, como consigna a los que escriben en los periódicos; » el que generaliza absuelve», esto es, hay que ser puntual, sin temor señalar, nombres y apellidos. El que generaliza absuelve práctica que se da en los medios para evitar consecuencias o por falta de valor civil.