Alicia Caballero Galindo
Ser discutido, es ser percibido.
VíctorHugo (1802-1885) Novelista francés.
Prefiero la crítica más aguda de un solo hombre inteligente a la aprobación irreflexiva de las masas.
Johannes Kepler.
La palabra crítica proviene del latín criticus, que designaba al juez de obras del espíritu como también a la filosofía crítica. De manera general, crítica se refiere a un juicio que puede ser objetivo o subjetivo.
Se denomina crítica a aquella reacción u opinión personal sobre un determinado tema, generalmente, los seres humanos, a través de las críticas manifestamos no solamente nuestras opiniones personales sobre x tema, sino que, además, juzgamos, la belleza, fealdad, maldad o bonanza de una persona o cosa.
La imperfección inherente al ser humano, así como la crítica de sus obras, ha sido y es, el motor que impulsa a la humanidad al perfeccionamiento, sin embargo, otra característica humana, es la resistencia a reconocer las fallas propias, de tal forma que, quienes ostentan poder sobre algún grupo, lo ejercen para acallar las críticas de cualquier índole de su desempeño.
La cultura griega conocida en la historia como “maestra de la humanidad” por su pensamiento adelantado a su tiempo, fundó su grandeza en una crítica constructiva sobre los pueblos conquistados, ya que, reconocía lo bueno de su cultura y veía la forma de perfeccionarlo, en cambio los pueblos bárbaros, no dejaron una huella cultural trascendente porque destruían todo a su paso. Es algo para reflexionar.
En países dictatoriales, la crítica sobre el proceder de los líderes, ha sido causal de asesinatos individuales y masivos, debemos recordar a La Santa Inquisición que fue una vergüenza para el progreso de las naciones y manejada como instrumento de los poderosos, fue una arma mortal en contra de los opositores a su pensamiento. Murieron muchos científicos e investigadores que se atrevieron a diferir del pensamiento dogmático de La Iglesia.
Con la aparición del racionalismo que sustituyó paulatinamente al escolasticismo, a partir del Siglo de las Luces (XVIII), el poder de la crítica crece y se libera de las ataduras de la Iglesia, es entonces que se impone la pluralidad de pensamiento y toma fuerza la investigación científica. En todos los ramos del saber y del arte, la crítica se torna indispensable para el crecimiento científico y artístico de grupos y personas. Actualmente, con las comunicaciones que enlazan a todo el planeta, la crítica se vuelve una actividad muy socorrida, pero tiene muchas facetas:
La crítica, puede ser objetiva o subjetiva; cuando se trata de marcar errores ortográficos, semánticos, matemáticos o de conocimientos comprobados, es del todo objetiva, pero si se juzga un comportamiento humano, una forma de pensamiento, de vestir, de actuar de un individuo, o una tendencia determinada en el arte, la crítica se torna subjetiva, dada la pluralidad de pensamiento. Es muy común que un libro, una pintura, una composición musical, o cualquier manifestación artística, tenga críticas favorables y adversas, la suma de críticas a favor o en contra, marcará un patrón definido en cuanto al gusto general. También es importante juzgar las opiniones de acuerdo a quien las vierte, si posee los elementos culturales suficientes para emitir un juicio crítico objetivo y fundado en el conocimiento de la materia.
Con o sin conocimiento de causa, a la mayoría de las personas les agrada verter opiniones sobre algo o alguien, pero, quien es criticado ¿tiene la madurez de “digerir” críticas positivas y discriminar lo tendencioso que se debe desechar?…
Cuando alguien juzga, una obra literaria, por ejemplo, es importante escuchar las opiniones con la mente abierta; de los juicios externos, nace el perfeccionamiento en cualquier quehacer humano. Se aprende tanto de la crítica constructiva como de la destructiva, ambas deben ser escuchadas y valoradas para formarse un juicio equilibrado. Cuando alguien produce obras artísticas en cualquiera de los géneros, y éstas son expuestas, es natural que surja una gama infinita de opiniones, desde los que califican como una basura, hasta los que consideran la excelsitud. Lo importante para recibir críticas es saber escuchar y cuestionar los motivos de los juicios emitidos; siempre se aprende si se escucha sin prejuicios.
Quien vierte juicios críticos, debe sustentarlos con conocimiento de causa para que sean válidos. El que sabe escuchar opiniones favorables y adversas con equilibrio, sabrá cuales discrimina y cuales escucha para perfeccionar su quehacer.
Una crítica sin sustento, solo valida la incultura o falta de equilibrio de quien la emite. La envidia y la frustración suelen ser malos consejeros a la hora de opinar sobre algo o alguien. La manera de sacar partido de las críticas, es saber escucharlas con madurez y la mente abierta. Siempre será la crítica el detonador para el perfeccionamiento. Cuando un individuo sabe lo que quiere y conoce el camino para alcanzarlo, camina con seguridad en la vida y toma las opiniones de los demás con las reservas del caso, siempre se aprende de ellas.