José Ángel Solorio Martínez
Desde los orígenes del sistema político tamaulipeco, han existido. Son una especie de perversa variación genética, del hombre público. Se mueven como políticos relevantes; presumen de ser indispensables para toda tarea en el ejercicio y la disputa de la autoridad; se codean con los principales actores de la región y se anotan en todas las contiendas de su partido y de otras organizaciones políticas. Existen tanto en el nivel micro-regional, como en los callejones estatal y nacional. Se manifiestan con mayor dinamismo en las coyunturas electorales: dan entrevistas a medios; contratan publicidad; apapachan a la Prensa; se acuerdan del pueblo y se toman fotos con frondosas damas de las colonias populares; y para dar constancia de su trascendencia sacan las viejas fotos en donde aparecen abrazados de diversos dirigentes políticos, de alcaldes, ex gobernadores, senadores y diputados.
El periodista, Pedro Alfonso García, conceptualizó nítidamente a ese conglomerado fáunico: la picaresca política; más claro: los pícaros de la política.
(Sería reduccionista, afirmar: lo único que los mueve es el olor a la nómina. No, de ninguna manera. Tienen su corazoncito e incluso, algunos podrían ser buenos gobernantes, porque hasta a la Iglesia asisten)
No podían faltar en este año electoral en donde se diputa la gubernatura.
Ahí andan, en precampaña.
Juegan a la lotería sin boleto: no tienen, ni han tenido un ápice de posibilidades.
¿Quiénes son esos personajes atípicos, que le dan un toque de absurdo, de grotesco, a nuestro sistema político tamaulipeco?
Y hay que decirlo: esos especímenes, pululan en todos los partidos.
En MORENA hay varios. A la cabeza se ha puesto, Felipe Garza Narváez. Es un político tampiqueño, que por designios de su partido -el PRI- ha sido tres veces diputado local y ha ocupado cargos en las administraciones municipal y estatal. La UAT, también ha requerido de sus servicios. Quiere ser gobernador.
Su base social es minúscula. Jamás ha mostrado liderazgo social y su talento se reduce a solazarse con el pasado glorioso en que fue diputado priista. No tiene relación con los factores que definen una candidatura en el partido del Presidente de la república: el CEN, AMLO, el CDE o algunos de los personajes o instituciones que informan al Ejecutivo federal.
Otro pícaro morenista, es el médico Faustino López Vargas. Senador suplente de Américo Villarreal Anaya, se mueve por la entidad como precandidato a la gubernatura. Igual que Felipe, se mueve con un capital político que ni para regidor le alcanza. Pero él, no se desanima. (Justo es esa actitud, lo que caracteriza a los pícaros: ningún sueño es inalcanzable, para sus desbordantes optimismos).
Sin duda el militante de la picaresca más activo, es el morenista Alejandro Rojas. Con recursos del Senado -políticos y pecuniarios- se mueve por todo el estado clamando por la candidatura a gobernador. El desfondamiento de su jefe en el Senado, lo ha dejado desangrado. (Aparte de que constitucionalmente incumple con los requisitos legales para ser candidato). Él lo sabe; pero finge no saberlo: tiene más posibilidades de ser candidato Garza Narváez que él. Al menos este último tiene credencial de elector de tamaulipeco).
El PRI también tiene lo suyo. Posee a Enrique Cárdenas del Avellano y a Ramiro Ramos. El victorense, fue aplastado por uno de los peores candidatos del PAN -Oscar Almaraz- quien lo ubicó realmente en su nivel de presencia y liderazgo políticos en la región-; el nuevolaredense, fue dirigente del CDE del PRI tamaulipeco y mostró grandes problemas para exhibirse como un líder inteligente y eficaz.
Cárdenas del Avellano, es conocido sólo en el centro del estado -por la trayectoria de su papá- y Ramos es ubicado únicamente en su terruño Nuevo Laredo.
El MC, compite fuertemente en la picaresca. Arturo Diez Gutiérrez, uno de los alcaldes priistas más deficientes de ciudad Victoria, es el candidato a la gubernatura. Destapado por el administrador de esa agrupación, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, anda feliz de contento. No trae canicas, ni para una sindicatura; pero fiel a la picaresca: asume con gallardía su inmolación.
El Partido Verde, anda en busca de su pícaro.
Sin duda: lo encontrará en el caso de que no vaya en coalición con MORENA.
¿Cuál es el objetivo de los pícaros?..
El real.
La diversidad de sus pensamientos y de sus proyectos, hace complicado construir una explicación precisa.
Sería prudente, parafrasear al riobravense avecindado, sagaz político y comerciante exitoso, Edilio Hinojosa López:
-Le tiran flechas a la luna, para pegarle a los ratones…