Ambrocio López Gutiérrez
Utilizando el entusiasmo, la ambición política y la debilidad de sus adversarios, Eduardo Gattás Báez logró ganar recientemente una de las elecciones más competidas contra Pilar Gómez Leal, su más cercana competidora que, hay que decirlo, contó con todos los recursos posibles para hacer una mejor campaña, sin embargo, la dama texana o sus asesores creyeron que bastaba que fuera prima de Francisco N lo cual le permitió ocupar la alcaldía de Victoria dándole tormento a las leyes vigentes porque, se suponía, que desde el 17 Hidalgo tendría una plataforma electoral envidiable.
Lalo Gattás realizó una campaña sin discurso coherente, con un equipo desorganizado, algunos de los elementos más cercanos al alcalde electo fueron hostiles con representantes de medios de comunicación utilizando redes sociales para acosar a periodistas con la tolerancia del entonces candidato de Morena quien aprobó, en los hechos, la conducta antisocial de sus correligionarios, entre ellos uno de sus voceros que aspiraba a dirigir la COMAPA antes de que el inminente munícipe metiera la mano al sombrero para sacar a Eliseo García Leal como su carta para esa posición.
Incluso cuando los números favorecían a la causa morenista, ante las dudas de algunos reporteros, uno de los voceros de Gattás Báez hizo reclamos en redes sociales diciendo a los críticos que ya se calmaran porque la nueva administración municipal los trataría bien, mucho mejor que los funcionarios panistas que solo se dedicaron a robar desde los cargos públicos; mal inicio para un cabildo que levantó tantas expectativas que se derrumbaron desde la mitad de la campaña cuando Lalo Gattás dejó de escuchar las voces críticas para dedicarse a atender a quienes le endulzaron el oído.
En ese contexto, el profesionista que encabezará el ayuntamiento los próximos años sigue encaramado en la nube rosa, sembrando ilusiones con todos los grupos del municipio, atenido tal vez, a las líneas de Joaquín Sabina que sentencian: las mejores promesas son las que nunca habrás de cumplir porque, de la euforia que distinguió a la campaña de Lalo Gattás, el alcalde electo comenzó a identificarse con la mediocridad al filtrarse los primeros nombres de quienes ocuparán cargos relevantes.
A propósito de personalidades atípicas, les comparto que el senador suplente de Morena, Alejandro Rojas Díaz Durán sigue empeñado en buscar la gubernatura de Tamaulipas argumentando que es quien más se ha distinguido en el combate contra el reynosense Francisco N; el compañero de fórmula de Ricardo Monreal Ávila se toma muy en serio como precandidato de Morena, se presenta como un adalid de la democracia que rescatará a los tamaulipecos de los demonios azules.
Lo cierto es que las aspiraciones de Rojas Díaz Durán tienen pobre sustento y, si la sucesión fuera una carrera, podría decirse que quienes van más adelantados son: el senador tamaulipeco Américo Villarreal Anaya, el reelecto diputado maderense Erasmo González Robledo, el exlegislador victorense Felipe Garza Narváez, el sociólogo tampiqueño Rodolfo González Valderrama y otros; aunque han sido discretas, hay mujeres con posibilidades de buscar la gubernatura de nuestra entidad, aquí una muestra: la senadora tampiqueña Guadalupe Covarrubias Cervantes, la reelecta diputada fronteriza, exalcaldesa de Nueva Ciudad Guerrero Olga Juliana Elizondo, la alcaldesa electa de Nuevo Laredo Carmen Lilia Canturosas, la presidenta municipal saliente de Reynosa Maki Ortiz Domínguez y las que se acumulen.
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