Muy rápido se movieron los resortes del panismo para evitar que el exalcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuellar, permaneciera en prisión luego de que un juez de control giró orden de aprehensión en su contra por los delitos de ejercicio ilícito del servicio público y uso ilícito de atribuciones y facultades. Además, ordenó prisión preventiva justificada en su contra, al considerar que existe un alto riesgo de fuga.
Según el expediente del caso: el panista está acusado de varios delitos dado que, en su segundo mandato en el ayuntamiento de Nuevo Laredo, adquirió un terreno con un sobre precio que se cree afectó con entre 55 y 60 millones de pesos el erario público de esa ciudad fronteriza. La compra indebida ocurrió el año 2021 en plena pandemia. Cabe señalar que Rivas estuvo dos períodos como alcalde de Nuevo Laredo.
De destacar es el hecho de que Rivas Cuellar se convirtió en el primer presidente municipal en la historia de Nuevo Laredo en conseguir la reelección, estando al frente del ayuntamiento del 2016 al 2018 y del 2018 al 2021. Antes fue diputado por la LXII Legislatura del Congreso del Estado de Tamaulipas y como Presidente Municipal de Nuevo Laredo. Su trayectoria está íntimamente ligada al cabecismo, aunque habría que decir que salió peor que su padrino Francisco García Cabeza de Vaca.
Ambos son proclives al dinero fácil. Esa es la razón por la cual incursionan en política; pero, Enrique tiene sobre sí la etiqueta de traidor, pues no sólo mordió la mano que le permitió llegar al Congreso y a la alcaldía, sino que se convirtió en enemigo jurado quienes le ayudaron. El número de malquerientes creció a partir de que, ya en el poder, se volvió soberbio y dejo se cumplir la mística fundamental del poder público: servir a la gente.
Desde el altiplano se movieron los hilos del poder de la oposición corrupta y marrullera y en un santiamén, la titular del Juzgado Tercero de Distrito, Judith Alhelí Andrade Villafán, consideró que no existen elementos suficientes para justificar el encarcelamiento preventivo. La decisión no absuelve, ni juzga el caso judicial contra el político panista. El PAN estatal consideró las acusaciones como persecución política por parte del gobierno estatal y exigió respeto institucional.
Para entender bien el asunto de este Judas de la política, hay que señalar que la acusación se centra en la adquisición irregular de un terreno, en junio de 2020, con presunto sobrecosto durante su segundo mandato, por un monto de aproximadamente 66.7 millones de pesos, lo que habría causado un daño patrimonial de entre 55 y 60 millones. Además, existe conflicto de interés, ya que el predio pertenecía a una empresa cuyo representante legal ejercía como funcionario municipal.
Rivas Cuéllar es parte de la camada de alcaldes que han sido encontrados responsables de serios quebrantos a las haciendas municipales durante el triste periodo del cabecismo en el poder estatal. La Auditoría Superior del Estado de Tamaulipas ya presentó un total de 40 denuncias penales ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del estado, señalando a exalcaldes, exfuncionarios municipales y titulares de organismos públicos por presuntos desfalcos.
El caso quedó en manos de la Jueza Andrade, a ver cómo lo resuelve, si es que Rivas aparece.
(FC/AM)