Hay que reconocerlo, porque hay evidencia de ello, que muchos alcaldes y alcaldesas ahora si están pendientes de sus pueblos por la emergencia a causa de Barry, quien sabe si harán poco o mucho, pero ahí están, prueba más palpable de ello es el alcalde de González, Miguel Ángel Zúñiga quien acudió personalmente a apoyar a la población e hizo uso de sus conocimientos como doctor para asistir a una joven mujer en un parto, fue exitosa su intervención, la niña Renata y su madre están bien en un hospital después de que el nacimiento se dio en plena lluvia, en un lugar cerrado al tráfico por las corrientes de agua, en las peores condiciones climáticas.
En Victoria el alcalde Eduardo Gattás también ha hecho recorridos por la ciudad, igual les ha tocado auxiliar personas en afectaciones por encharcamientos y corridas de agua, la alcaldesa de El Mante, Patricia Chio, en plena madrugada daba cuenta de sus acciones, es decir, lo más probable es que ni siquiera haya dormido.
Ahora, otra realidad es que no todos los ediles actuaron así, otros durmieron como angelitos, algunos de ellos hasta se esconden en sus lujosos ranchos o en el otro lado de la frontera para que no los molesten, pero ya lo dicen los viejos, “lo que no descubre el agua (las lluvias) lo descubrirá el tiempo” y de eso darán constancia las redes sociales en corto tiempo.
Y hay que ir más adelante, las lluvias, las benditas lluvias, ya hacen estragos en los deteriorados y viejos pavimentos, los baches aparecieron y por muchas partes, además somos víctimas de lo mal planeado como crecieron las ciudades, de obras mal hechas en el pasado, e incluso casas que se construyen en lugares inadecuados y causan inundaciones o sufren de las mismas, todo se hizo con permisos de las autoridades municipales de aquellos tiempos que pagaban favores a lideres de colonos, a lo anterior agregue fugas de drenaje y otros problemas que surgirán.
Igual es real que con poquita cultura de parte del pueblo el daño y los problemas serían menores, con que no tiráramos basura podríamos evitar los contratiempos de las inundaciones y fugas de drenaje, o se minimizarían, pero esas son otras historias, de lo que hoy se trata es de medir la calidad de las administraciones públicas, porque dentro de todo hubo municipios que chambearon en prevenir y limpiar drenes con tiempo y otros que mejor se transan los recursos.
Llueve en casi todo el Estado y sirve para evaluar a los ediles, hoy sabremos quien merece un aplauso y quien se ganó más los chiflidos del respetable.
Le relato una historia local de la capital, hace algunos años se le preguntó a quién era el presidente municipal de Victoria si tenía algún proyecto para amortiguar las inundaciones y los daños que causan las corridas de agua por la ciudad, se le especificó que a la altura del libramiento Emilio Portes Gil, allá por el IPSSET, un charco provocó un accidente que causó la muerte de una persona, luego se le habló que en las calles del 27 hasta el eje vial el agua de lluvia arrastraba carros con sus corrientes lo que podría causar una desgracia, que lo mismo ocurre en todas las calles del centro de la ciudad y principalmente en la Felipe Berriozábal, pero que peor se pone en arterias de Las Flores, también allá por la Asentamientos Humanos en la entrada a la Modelo, en la colonia López Portillo, por la Libertad y ni para que hablar de las zonas bajas de la ciudad, al oriente, donde van a parar todos esos escurrimientos, cada una de sus calles son verdaderas trampas mortales y la respuesta que dio en realidad fue preocupante, “llueve una vez al año”, dijo sin pudor, aunque cuando vio la reacción de los presentes le agregó que prefería invertir en pavimentaciones, tapar baches, mejorar vialidades porque esas si se utilizan todos los días.
Lo cierto es que no hizo una cosa y la otra le quedó mal, por fortuna desde el Gobierno de Américo Villarreal se han hecho trabajos al respecto, en algunos tramos las lluvias dejaran algunas enseñanzas, pero en general las cosas están mejor.
Le traigo esa breve historia a colación porque las lluvias mostraron que pueden causar una real desgracia, las corrientes de agua ponen en peligro la vida de miles de personas que salen a trabajar, le habló de todo el Estado.
Entonces, una verdad es que, si se requiere hacer algo para evitar esos ríos, quizá obras para encausar los escurrimientos, tal vez nuevos drenes pluviales o algo que propongan los ingenieros y especialistas, le insisto, la enseñanza es en todo el Estado y todavía a tiempo en muchos casos.
Pero no es todo, y ya para concluir, hay que dejar claro que muchos puercos de dos patas están dejando sus tiraderos en las calles de las ciudades, son parte del problema de esas inundaciones y que también hay que hacer algo con ellos, pensar en sanciones más grandes y, por supuesto, lo mismo hay que hacer con la indolencia de algunas autoridades…
(MV/AM)