Por el camino que voy viendo, las tradiciones son tiempos de celebración colectiva; la gente deja de hacer lo que suele hacer para juntarse, para acordarse de la historia que comparten. La Semana Santa, tiene 500 años de ser para nuestra cultura, el recordatorio de un sacrificio hecho a favor de nosotros, que a pesar de su costo, tuvo muy buenos resultados, porque hasta la fecha existen en México más de 100 millones de cristianos. Antes de eso la gente que estaba aquí también se juntaba para celebrar y recordar su propia historia de sacrificios divinos, pero que sólo tuvieron buenos resultados hasta que llegaron a invadir los españoles, porque cuando llegaron, a base de tortura y genocidio, se desmantelaron las viejas tradiciones y se impusieron estas. Pero nada está grabado en piedra, y quizá los éxitos bélicos colonialistas actuales de Israel, que han probado que en este tiempo, después de 500 años de la peor masacre humana, aún están vigentes las invasiones y el genocidio colonialistas, sigan sin freno (dado que son dueños de mucho del capital mundial, y de las comunicaciones), y quizá terminemos siendo judíos, y desconociendo, cómo hacen ellos, a Cristo con todo y el Nuevo Testamento.
(EC/AM)