Por: Fortino Cisneros Calzada
Bien sabido se tiene que para que triunfen los malos, basta que los buenos permanezcan indiferentes. Por ello, es momento de que los mexicanos de buena voluntad, los que creen en el humanismo mexicano y han sido beneficiados por la Cuarta Transformación, cuyo ideal es la justicia social, saquen la casta para frenar el bombardeo mediático a partir de hallazgo de un supuesto crematorio clandestino en el estado de Jalisco.
De sobra conocida es la lawfare (guerra jurídica: Intento de dañar o deslegitimar a un oponente, o de disuadir a un individuo de ejercer sus derechos legales; el término puede referirse al uso de sistemas y principios legales contra un enemigo, por ejemplo, haciéndole perder tiempo y dinero o logrando una victoria de relaciones públicas), que en México la ultraderecha perdió gracias al despertar de la conciencias y el modelo de comunicación directa entre gobierno y gobernados.
Ahora, los afectados en sus privilegios están aprovechando el entorno global dramático que se percibe en este cuarto de siglo, para avanzar en la guerra mediática con el mismo propósito de afectar al segundo gobierno de la 4T con un tema de alta sensibilidad como es la desaparición de personas y la existencia de focos de violencia en zonas que fueron entregadas a la delincuencia organizada por los gobiernos cuyos titulares pudieron pasar a mejor vida en EU, España, Dublín e Israel.
Gracias a la titánica tarea de hombres y mujeres excepcionales, encabezados por Andrés Manuel López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum Pardo, en México, con un amplio apoyo popular, la extrema derecha ha sido vencida reiteradamente; no así en otras partes del mundo, en las que se llevan a cabo irracionales embestidas en contra de la humanidad y de su único hábitat, para que un puñado de gente obnubilada siga acaparando colosales fortunas.
Porque, es indudable que las políticas de extrema derecha tienden a generar opresión, a la violencia política, la limpieza étnica o el genocidio contra grupos de personas en función de una supuesta inferioridad o la percepción de una supuesta amenaza para el grupo étnico nativo, la nación, el estado, la religión, la cultura dominante o las instituciones sociales conservadoras. Inimaginable era hasta hace una década el exterminio de un pueblo, como ocurre ahora con los palestinos.
Por ello es que, ante la feroz embestida mediática de la ultraderecha en contra del régimen de la Dra. Claudia Sheinbaum, es necesario que todos cuantos tengan alguna pizca de consciencia social y amor por la humanidad, por la patria y por el planeta, pongan en acción sus capacidades de comunicación, esto es, del proceso que implica el intercambio de ideas, opiniones, sentimientos y emociones entre dos o más personas, difundan la verdad sustentada en hechos contundentes, no en zapatos viejos.