Por: Marco Antonio Vázquez Villanueva
Omar García Harfuch, entonces Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en la Ciudad de México, se lanzó con todo en la campaña interna de Morena con la aspiración de ser jefe de Gobierno en el ex DF, en ese proceso todos los analistas coincidieron en que era el candidato de la ahora presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, fue tanto el apoyo que recibió que las encuestas, todas las encuestas, lo ubicaron en primer lugar en las preferencias de la ciudadanía para ese cargo, no hubo dudas y, sin embargo, de la chistera se sacaron un as de la manga los seguidores de Andrés Manuel, no querían al favorito y tal vez no lo quieren ahora tampoco, entonces, para bloquearle su candidatura, desde palacio nacional dijeron que para esa Entidad iba una mujer de candidata ya que tenía que cumplirse la paridad que demandan las leyes electorales.
A García Harfuch le pasó lo que al aspirante a alcalde de un municipio de Tamaulipas que aún ganando todas las encuestas su partido solo le dijo, “ganaste, pero no saliste”, e impusieron a un amigo del entonces gobernador de este Estado.
Viene a cuento a colación por todo lo que implica la rabona reforma electoral que se ha aprobado en México qué, en sus implicaciones en el Estado, por ejemplo, hasta elegir el sucesor de Américo Villarreal todo sigue igual, no entra en vigor, no funciona, con un agregado a lo tan cacareado del nepotismo o la reelección, en la nueva ley tampoco se plantea nada respecto a la alternancia de género en el poder, es decir, la obligación de mandar candidatas donde hay gobernantes varones o viceversa, y no sucede ni en Estados ni en municipios.
A lo formal debemos siempre ponerle un ingrediente extra de acuerdo a la tradicional política mexicana, me explico, una cosa es lo que han aprobado los partidos en el Congreso de la Unión y otra las decisiones de la presidenta, es decir, Claudia puede atender la ley cuando a ella le convenga, pero cuando los gobernantes en turno estén de su lado y sean de sus consentidos puede hacer como que el partido dispone de las candidaturas y que venga quien tenga que hacerlo.
Una realidad es que los desplantes de Senadores y Diputados se van a pagar caro (el nombramiento de la Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el aplazamiento de la Reforma Electoral hasta el 2030 y el haberle dado la espalda a la presidenta en su evento del pasado domingo), porque en palacio ya debe conocerse por qué y cómo se logró llegar hasta ese punto, por ejemplo, quienes fueron los que cabildearon la reforma electoral y su entrada en vigor hasta el 2030, quienes la votaron a favor por congraciarse con sus liderazgos en la cámara sin importarles la imagen de la verdadera jefa, eso entre muchas cosas.
Tiene usted razón, existe mucho espacio entre hoy y la siguiente elección en Tamaulipas, para la del 2027, y todavía un año más para la selección del candidato a gobernador o gobernadora, la lógica dice que la Presidenta estará en su momento cúspide del poder en ese momento y los libritos de la política, las reglas no escritas, pueden dar por un hecho que una ofensa de ese tamaño no se olvida, concretando, eso de aprobar reformas a placer y no para que su jefa cumpla los compromisos de campaña será una factura muy grande que tendrán que pagar los actuales legisladores federales, le habló de los Diputados y Senadores de Morena y aliados, pero igual contarán los puntos que hagan para que la presidenta se empoderé aún más.
Exacto, es una realidad que los legisladores federales tendrán dos años para congraciarse, para amarrar compromisos, para que no les veten sus aspiraciones, para irse desligando del pasado y comiencen a rendirle cuentas al verdadero poder presente y los emanados del mismo, si lo logran los veremos de candidatos y candidatas, de lo contrario, podremos contar y recordar, replicar tal vez, la historia de García Harfuch detallada al inicio de este texto, sintetizarles, pueden ganar en todas las encuestas, pero no salir de candidatos o candidatas si no trabajan apropiadamente en el futuro.
Qué sucederá, pues que en el río revuelto la ganancia será de pescadores, de los verdaderos profesionales de la política, de quienes se dejen guiar por conocedores y no tengan miedo a invertirle a proyectos futuros.
Ojo, en la misma historia contada al inicio está la enseñanza mayor, las aspiraciones para una gubernatura no se concretan con un solo padrino, ni siquiera si este es el gobernador del Estado en turno, esas se consensuan con los otros poderes y se confirman con quien mande en el país, con la Presidenta en este caso, vaya pues, podrán con toda su capacidad de mover redes y personas en territorio puntear en las encuestas, pero nunca garantizar que será una mujer candidata o un hombre candidato, por citar un ejemplo, solo uno, porque luego se pueden usar mil candados más si se trata de bloquear a alguien que para eso allá arriba escriben las convocatorias.
Conclusión, a toro pasado la reforma electoral que aprobaron Senadores y Diputados federales nos deja peor que al principio en cuanto a los candidatos a diputados federales que vienen o los que llegaran a las alcaldías, si serán mujeres u hombres, y si en eso el margen de maniobra es muy grande ni para que imaginar todos los malabares que se podrán hacer en cuanto llegue el tiempo de seleccionar a la sucesora o el sucesor de Américo Villarreal Anaya, los lopezobradoristas se han entrampado solos y eso ha abierto el abanico de posibilidades en la baraja de Claudia, se hizo mucho más amplio y, todavía, más, la deja con la obligación de exhibir la certeza de que ella manda, de que ella decide en México aún cuando existan los anclados en el pasado que pretenden hacer creer que hay un río revuelto y la ganancia será de los pescadores, que si sucederá, pero nunca de los gandallas que ahora le echan montón a nuestra presidenta, entonces, pues es un hecho que pagarán caro la osadía quienes se están portando groseros…