Soul of my soul. (Alma de mi alma). Kaledh Nabhan
Guarda silencio cuando los niños duermen, no cuando los asesinen.
Con estas líneas, cerramos nuestras cartas del dolor. Podría parecer desfasado, pero redactar el dolor, la ausencia, la indignación, no es cosa sencilla. Daniel, el colaborador. Una vez más, escribe algunas líneas para nuestros bebés, asesinados. Siempre con el amor y respeto con el que adoptamos a cada bebé. Con la única finalidad de no dejarlos invisibles, de no permitir que la impunidad, la indiferencia social crezca. Diez de estos pequeños, fueron inhumados con apoyo y ayuda de la Comisión de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM) y la fiscalía general de Justicia del Estado de México, entonces Instituciones sensibles, para restituir, un poco sus derechos.
Mis niños; no los conocí cuando estaban vivos. Frida y yo los adoptamos como nuestros. No fuimos a un hospital materno por ustedes cuando eran recién nacidos. Fuimos a los SEMEFOS. A ese lugar donde la muerte reina, no repartimos puros y chocolates por su llegada a nuestras vidas. Tuvimos que pedir sus cuerpos y sacarlos de ese reino, tuvimos y seguimos peleando con uñas y dientes contra todos; las autoridades, sociedad y medios de comunicación, en especial “las malditas redes”; para darles un espacio digno, donde deben estar para ser recordados y amados.
Mis niños: Ustedes, no son basura, ni comida para perros, aunque así en su corta vida los trataron.
Mis niños: Ustedes, merecen ser amados y reconocidos aún ya muertos. Merecen tener un nombre y pertenecer a un lugar: además de ser dignificados y nadie puede quitarles esos derechos.
Mis niños: Ustedes, son las joyas que nadie quiso y tampoco quieren. Que siguen siendo desechados ahora por autoridades que no desean tengan una sepultura digna.
Mis niños: No entiendo cómo, las personas que los tuvieron no disfrutaron de sus risas, travesuras y de esas caricias llenas de amor, que fluyen a través de sus pequeñitas manos cuando tocan nuestras caras.
Mis niños: Ustedes, acarician mi alma, porque a pesar de tanto dolor y sufrimiento que reflejan en sus cuerpecitos asesinados, aún conservan la ternura, dulzura e inocencia de su ser. Y eso los hace ahora eternamente bellos, hermosos, radiantes, únicos.
Mis niños; fueron inhumados sin un nombre y, al parecer, a las autoridades no les importa quiénes son, no buscarán su identidad, y los dejan con un número de carpeta. Les han violado sus derechos como infantes. “Los que no tienen voz”.
Mis niños: agradezco a todas esas almas generosas, que aún existen en este mundo, tan materialista e indiferente, por ayudarnos a proporcionarles una sepultura digna.
Mis niños; como quisiera llevarlos en auto a pasear.
Mi niña LUPE: Fuiste desechada, en el bordo de Xochiaca, el 18 de marzo de 2017. Te llamamos. “Calcetitas rojas “(no tenías nombre), después te llamamos amorosamente “Yoloxochiltzin” (Flor de corazón).
Finalmente, el juez César Fernando Menchaca Cárdenas, te restituyó tu derecho a tener un nombre. Guadalupe Medina Pichardo. Ahora tu pequeño cuerpo, se encuentra en forma digna y perenne, en una tumba para ser recordada, y visitada por quienes te amamos, y no te olvidamos, en el Panteón Memorial Gayosso de Naucalpan. Dignidad que te otorgaron personas sensibles, sintientes y humanas como el ex
fiscal General de Justicia del Estado de México, Alejandro Gómez Sánchez, y la maestra Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros. Dimos después de muchos meses de investigación con tu nombre real, aunque no estabas registrada, tu familia y tus asesinos. Tu madre y tu padrastro. Están pagando, cada uno 88 años de cárcel por tu feminicidio.
Mi niño CÉSAR: Fuiste desechado, el 4 de octubre de 2018, en una obra negra en Tultepec, Estado de México, desnudo y envuelto en una cobija. Te llamamos el “bebé de Tultepec”. Tu asesinato ignorado, en ese momento por el tema del mal llamado, “monstruo de Ecatepec”. Alejandra Arce, hizo tu rostro y en dos meses aproximadamente supimos quién eras. Te inhumaron el 20 de diciembre de 2018, con un número de carpeta, en el panteón de Gayosso. Ahora la lápida donde te encuentras. Tiene tu nombre, y la imagen de tu rostro travieso y alegre. Ya eres una persona y no un número. Además, te hicimos justicia. Tus asesinos, tu madre y tu padrastro. Compurgan una pena de 55 años, cada uno. Por atreverse a arrebatarte la vida.
Mi niña ALEXA YAMILET: Fuiste, lastimada y asesinada, el 02 de octubre de 2018, en una carretera de León, Guanajuato. Tu madre, intentó desviar la atención, diciendo a los paramédicos, a los que pidieron ayuda, que te habías caído. La necropsia, reveló la terrible verdad. Estuviste siendo violentada una y otra vez, a tu corta edad, por quienes se suponen tenían que cuidar de ti. Tu madre y tu padrastro, quienes luego de “fingir” dolor, e inhumarte en Jalisco, desaparecieron. Ale, también hizo tu rostro, para dar a conocer tu historia, y con ello, tocar el corazón de alguien que pudiera amarte. Tristemente, nadie de tu familia, te defendió, al contrario. Defendieron a tu asesina. Gracias a mujeres sensibles, conocimos este caso. Y juntas logramos justicia para ti. 35 años de cárcel para cada uno de tus asesinos. Te amamos pequeña Alexa.
Mi niño FÉLIX: Fuiste desechado, en una barranca en Calimaya, Estado de México, el 3 de mayo de 2020. Donde también se desechaban restos de animales muertos, situación que promovía la proliferación de jaurías, que llegaban a temprana hora a ese lugar para husmear y disponer de la carroña que ahí encontraban. ¿Sería esa la intención al desecharte en ese lugar? Que los perros dispusieran de tu pequeño cuerpo para que los asesinos quedaran impunes.
No sabíamos tu nombre, por eso te llamamos el “niño del suéter rojo”. Finalmente, gracias a tus abuelos, y tíos que te aman, y no sabían de ti, supimos tu nombre: Félix Hernán.
Te sepultaron digna y humanamente, con la ayuda de la CEAVEM, de ese entonces, en un panteón de Toluca.
Como siempre, y hasta la eternidad, brillarás con gran intensidad como “El niño de luz”, que eres. Tus asesinos, tu madre y tu padrastro, pagan por haberte arrebatado de los brazos amorosos de tus abuelos, y tu tío. 55 años de prisión para cada uno.
Mi niña ESTRELLITA: El 28 de junio de 2020. Te desecharon, debajo de un puente, en el límite de la Ciudad de México, y el Estado de México. Desnuda, envuelta en una tela blanca dentro de una maleta, debajo de una banca, donde hay un parque de juegos para niños. En un sitio donde los niños deberían estar jugando. Te quitaron el derecho a vivir, a jugar y ser feliz; en tu corta vida solo recibiste golpes y vejaciones. Tu rostro se difundió con una recompensa para saber tu identidad, y la mezquindad humana apareció. Casi cuatro años después, uno de tus presuntos asesinos, intentó cobrarla y fue así como supimos tu nombre. Violeta. Así te decían: no estás registrada, te quitaron el derecho a tener un nombre. Tu madre ya está detenida y vinculada a proceso por feminicidio. Tu padre en la cárcel por otro delito, supuestamente contra tu madre. Sin embargo, en casi 4 años, ella jamás intentó buscarnos, sabía que estábamos tratando de dar con tu identidad, y no le importó. El próximo 23 de enero, inicia el juicio contra ella. No paremos hasta que te hagan justicia.
Ahora te encuentras dignamente inhumada en una tumba con el nombre. “Estrella” y tu rostro. Nombre que seguirá así, hasta que un juez te pueda restituir tu derecho, a tu nombre completo como sucedió con “Lupe” (Guadalupe Medina Pichardo), si no seguirás, siendo un número de carpeta, para las autoridades.
Mi niña, cuando te visitamos, parece que te alegra vernos, moviendo a gran velocidad tu rehilete.
Mi niño JESÚS o JESUSA: En tu ficha de búsqueda de identidad, dice que eres un pequeñito, pero como te inhumaron sin realizar la genética de tu sexo, por lo que no sabemos, si eras niña o niño. El 05 de julio de 2021, se encontró un pedazo de ti, en San Pedro la Hortaliza, en Almoloya de Juárez, Estado de México.
Alma de mi alma, te rescataron de las fauces de perros. De esos seres sintientes que peleaban por tener un trozo de ti. Tu cuerpecito fue destrozado por estas bestias que solo dejaron algo, algo de ti: Dejaron lo suficiente para saber que eras un bebé.
Dejaron lo suficiente para saber que eras una personita, un ser humano, que sintió el desprecio de sus semejantes, y la furia de esos seres, a los que les llaman sintientes.
No imagino cuánto dolor padeciste, si te encontraron viva, o si te desecharon, para que ellos hicieran lo que hicieron contigo.
Mi pequeña; No siendo suficiente con lo que dejaron de ti, después de que te inhumamos dignamente, fuimos a visitarte para llevarte flores y un rehilete, encontrando desechos fecales sobre tu tumba, de esos seres que, si tuvieran la oportunidad de llegar nuevamente a ti, dejarían lo que un ser vivo no digiere, su
desecho.
Mi pequeñita, ante todo esto que padeciste, espero y anhelo que, si hay una persona que te ama, que te vio, que pudo disfrutar de tus risas y compañía, te esté buscando completa siendo la clave para dar con tu identidad.
Mi niña LOVE: El 27 de noviembre de 2021. Fuiste desechada envuelta en dos cobijas, tal vez con el remordimiento de que no te diera frío. En una carretera que tiene el antecedente de que en ese sitio desechan cadáveres. Como si fuera un basurero para ello. Te nombraron como “La niña de Polotitlán”. Te localizaron, en ese municipio en los límites de Querétaro y el Estado de México.
Te llamamos la “niña de los conejitos”, porque tu pantaloncito tenía figuras de conejitos. Al final te inhumamos dignamente, en la tumba de Lupe. De tu carita también se hizo un retrato, para difundirlo y poder encontrar tu identidad, y te llamamos. “LOVE”, que era el nombre que nos señalabas, y que estaba impreso en tu playerita, que portabas cuando te encontraron. Sigues sepultada con el nombre de Love (Amor). Porque eso eres para todos nosotros, que hemos participado en la búsqueda de tu identidad. Tal parece que, quién te desechó no quería hacerlo, y fuiste víctima de una mortal infección. Esperamos que, quién lo hizo, finalmente nos diga que pasó contigo.
TE AMAMOS PEQUEÑITA LOVE.
Mi niño MATEO: Fuiste desechado en un parque de juegos infantiles, en Ixtapaluca, Estado de México, el 5 de marzo de 2022. Estabas tan lastimado y descompuesto que no pudieron hacerte tu carita para tratar de dar con tu identidad, pero sigues en nuestra mente, seguimos compartiendo tu ficha de identificación de tus ropitas, de origen guatemalteco. Tal vez, también eras migrante, tal vez, nunca lo sabremos.
Sin un rostro que mostrar, simplemente no existes. Para nosotros eres uno más de nuestros bebés. Alma de mi alma, finalmente estas en ese panteón junto con César, donde reposan dignamente niños desechados.
Mi niña FLORECITA: Fuiste desechada, dentro de una caja de cartón, en una central camionera envuelta en cobijitas, el 28 de octubre de 2022. Te llamaron la beba de Toluca, finalmente te llamamos. Florecita, porque en tu pequeña cabecita portabas un gorrito con una flor. Aún no damos con tu identidad. Y también, fuiste a esa mañanera de la INDIFERENCIA, quedándose en eso. En total indiferencia.
Tu pequeñito cuerpo de meses de edad fue inhumado, dignamente en aquel panteón, junto a Miguelito, Uriel y Angelito. Ahí reposan, los cuatro, en esa tumba que espera que un día, alguien los reclame.
Esperemos que la difusión de tu carita y de cómo ibas vestida, nos ayude a saber quién eres. En la búsqueda de quienes se deshicieron de ti, se perdieron pistas importantes, para conocer sus identidades.
Florecita, eso es lo que eres; una pequeñita flor tan delicada, a quien adoramos aún después de asesinada.
Mi niño ANGELITO: Tú fuiste desechado dos veces; la primera el 25 de enero de 2023, donde te encontraron semienterrado en un camino de terracería, a orillas de las vías del tren, de donde sobresalía tu pequeña cabecita. Querías que te vieran, no te gustaba estar entre cascajo y basura; y por eso tu cabecita sobresalió de entre el concreto del cascajo. En ese entonces te llamamos el “Niño de Huehuetoca”. Ale Arce, hizo tu carita, y con ella buscamos tu identidad.
Cuando todavía estabas en la morgue: solicitamos tu cuerpecito para darte digna sepultura, pero alguien por “X” razones se adelantó, y te desechó por segunda ocasión, inhumándote en una fosa común, en abril de 2023, y sin perfil genético, dentro de una bolsa rosa, doblado y a escasos 40 centímetros de profundidad, con una delgada loza de cemento sobre ti. Te rescatamos de esa fosa común para finalmente inhumarte, en forma digna con tu nombre de “Angelito”.
¡Oye!… ¡Angelito!, ¿Tú también fuiste a esa mañanera de la indiferencia? Sí. Y Rosa Isela, ¿ya estará haciendo algo para saber de tu identidad y de tus asesinos?
Tal parece mi niño, que las personas que te desecharon, no se encuentran en este país porque como tú, tal vez eran migrantes. Esperamos que tu carita trascienda fronteras.
Mi niño MIGUELITO: Fuiste desechado en una calle el 8 de febrero de 2023, en Texcoco, Estado de México. Te llamaron el “Niño del águila” porque en una de tus vestimentas tenías un águila blanca con amarillo. Tus vestimentas nos hacen pensar que eras un niño bien cuidado, y por tu edad, de tres a cinco años, alguien te conocía, alguien te vio, alguien te busca. Por eso apelamos a ese alguien para dar con tu identidad. ¿Será qué fuiste víctima, de alguna venganza, y si nadie te busca, es porque te asesinaron con toda tu familia? Vivimos en un país donde este tipo de violencia existe.
Tú, también fuiste a la mañanera de la INDIFERENCIA. Y así, sigues, indiferente para las autoridades.
Como no sabemos tu nombre, te otorgamos el de “Miguelito”, y te inhumamos con dignidad.
Mi niño URIEL: Tal parece, naciste para desecharte, y morir. Me pregunto, si en tu breve vida alguien, tomó tu pequeña mano, besó tus pies, o te dijo una palabra amorosa. El 28 de junio de 2023, te encontraron desnudo, recién nacido dentro de bolsas. En Jajalpa, en Ecatepec de Morelos.
En una jardinera donde los perros husmean. Dos mujeres acudieron a tu auxilio, quisieron arroparte, pero no se los permitieron. Te llevaron a un hospital donde falleciste.
Finalmente, fuiste inhumado dignamente, en ese panteón privado, que, para nosotros, es como un santuario donde duermen los pequeñitos desechados.
Nos demostraste tu valor, coraje y bravura, porque a pesar del frío, y la protocolaria atención durante tu hallazgo, luchaste hasta el último momento, tú querías vivir, pero el clima, y la mala atención provocaron que tu corazón se apagara.
Mi niño KERUBIEL: Te desecharon, como basura dentro de bolsas negras. El 25 de marzo de 2024, en el basurero de Nezahualcóyotl. Tienes rostro gracias a Ale Arce. Lo hace con tanto amor, que, cada trazo, es una caricia, que alivia el dolor sufrido en sus cortas vidas. Caricias, que nadie más les dio.
Tratamos de darte una sepultura digna, pero. Te “desecharon con todas las de la Ley”. En un panteón municipal, porque no debías permanecer más tiempo en un SEMEFO. Tal pareciera que, por ser bebés, nadie los quiere. Todo indica que, para los gobiernos, los pequeños, no tienen derechos. Por fortuna Jarami, la secretaria particular del Fiscal de Feminicidios; se aseguró, de que no quedaras en el olvido, ha hecho todo para tratar de rescatar tu cuerpo, y poder inhumarlo en nuestro espacio de dignidad y memoria, para nuestros bebés.
Mi niña BELLA: Así te llamamos, porque eso irradiaba tu cuerpecito; ternura y fragilidad. Tenías labio leporino y paladar hendido y unos cuantos meses (2 -3). Supongo que la persona que te desechó no sabía, cómo cuidar a una pequeñita con tus cualidades, y te tiró como basura.
Tu bello rostro también fue acariciado por los trazos de Ale Arce. Fuiste desechada el 9 de julio de 2024. A las afueras del panteón de Santa María Chiconautla en el municipio de Ecatepec, Estado de México. También te “desecharon con todas las de la Ley” por el gobierno actual. Estábamos recaudando, lo suficiente para poder inhumarlos en un terreno, que en esta ocasión la nueva administración de CEAVEM, no “pudo” ayudarnos a comprar, porque no tiene cómo “justificar” ese gasto, a nadie le importó esperarnos para poder restituir sus derechos.
Mi niña LINDA: Fuiste desechada el 5 de noviembre de 2024, en Chimalhuacán, Estado de México. Envuelta en una chamarra café, con un cable de celular alrededor de tu cuello, con el que te quitaron la vida. No pasaron ni 24 horas de tu corta vida, para que conocieras, y padecieras la miseria humana.
Miseria humana, que, al parecer acalló tu llanto, porque pedías de comer, te sentías incómoda por tu pañal sucio, tenías frío, interrumpiste una conversación importante por el chat, o no fuiste una niña deseada. A pesar de tu grotesco hallazgo, tu carita lucia con un resplandor y lindura propia. Fue por eso por lo que, te nombramos. Linda.
Tratamos de inhumarte en el Santuario donde los Pequeñitos Desechados Duermen, pero no nos dieron tiempo, ni oportunidad. También te “Desecharon con todas las de la Ley”. En un panteón municipal.
Mis niños Linda, Bella, Kerubiel y otra niña más que fue inhumada con ustedes, nos mostraron que donde se encuentren, aunque sea la tierra más árida y seca, será un lugar de colores, frescura y brillo.
Las cruces que llevamos tienen su nombre, no asignado por un juez o sacerdote. Ya tienen un nombre dignificándolos un poco, ya no tienen un número de muerte. Todavía falta dar con su identidad y asesinos. El gobierno actual ¿Los dignificará, totalmente haciéndoles, justicia rápida, y expedita? Así, lo marca la Ley. O los enterrará, en un archivo, árido y seco por siempre.
Mi niño COZCATL (JOYA APRECIADA): Fuiste, desechado el 27 de noviembre de 2024, en un terreno en Calputitlán, Toluca. Estabas semienterrado, desnudo, en un estado de descomposición muy avanzado, motivo por el cual Ale Arce, no pudo acariciar tu carita.
Tu pequeñito cuerpo de corta edad, de 1 a 2 meses, es una joya para nosotros, por eso te inhumamos con dignidad, y con una breve ceremonia ante la insensibilidad de peritos, en el Santuario de los Niños Desechados. En tu tumba, colocamos tu nombre con flores, y la cubrimos de ellas. Le dimos un poco de dignidad a tu corta vida. Ahora el gobierno actual, tendrá que dignificarte completamente, al encontrar a tus asesinos, y establecer tu identidad. Espero no estemos y nos enfrentemos a otra mañanera de la INDIFERENCIA.
Los amamos, mis niños y niñas. Daniel y Frida.
Cuando en aquel, 2017, decidimos adoptar como nuestra, a Lupe, lo hicimos con la convicción de darle dignidad, y hacer justicia. Cuando dimos a conocer su nombre, rostro e historia, pedimos que fuera parteaguas, que ojalá entendiéramos, la dolorosa lección. Que tratáramos de evitar que el feminicidio infantil creciera. Los feminicidios y homicidios de bebés son una realidad que duele. El corazón se fragmenta, en un sin número de pedazos que se quedan ahí clavados, para recordarnos y hacernos ver, que, no hemos aprendido, sabemos gritar, condolernos. Pero no sabemos defender a nuestra niñez. Es momento de que juntos detengamos, estás muertes. Ya no queremos más bebés asesinados. Ellos no merecen ignorarse. Son de todos nosotros. Son responsabilidad de todos.
P.D. A diferencia de las historias que contamos en este espacio; estas columnas donde hablamos de nuestros pequeños son investigaciones y seguimientos que desde FridaGuerrera llevamos a cabo, la intención siempre es buscar justicia, no publicamos sus rostros para que sean usados o para revicitmizarlos, lo hacemos con todo el amor y respeto con el que siempre hemos realizado en nuestras redacciones.