No se que tan real sean las publicaciones de las redes sociales y muchos medios, porque no me ha tocado verlos, pero me gusta la idea de colocar moños azules frente a los domicilios como una forma de informar sobre la vulnerabilidad de las personas que ahí vivan a los estruendos de la pirotécnica, de los cuetes como les llamamos nosotros y habrá que agregarle al ruido de los balazos.
La verdad no solo deberían ser las personas vulnerables las que se tomen en cuenta, también es una locura lo que viven los animalitos, los perros que son mucho más sensibles del oído que nosotros, los gatos, las aves.
Ahora, si la información es para todos respecto a que tomen conciencia y respeten los alrededores de esos domicilios, pues el llamado es más fuerte para quienes se dicen religiosos, de verdad, entiendan que eso de los cuetes no le gusta a Dios, ni a la virgencita, ni a nadie.
Es lógica o, ¿ha visto usted que alguien grite sus oraciones en una iglesia o un templo?, creo firmemente que Dios siempre está cerca, que hay que tratarlo con respeto y amor, que le fastidiarían los gritos, entonces, ¿qué les hace pensar que a la virgen o a su hijo, que son la esencia de la Navidad, le gustan los «cuetes», la pirotecnia?
Pero el tema es mucho más amplio que nuestras creencias, le reitero, igual deben pensar en las personas que son sensibles al ruido o padecen alguna enfermedad y a quienes les causan pánico, terror, los torturan, entonces, ¿se dan cuenta que pueden matar animalitos?, ¿dañar para siempre personas?, la verdad no creo que sus actos de los balazos y la pirotecnia sean el camino correcto para llegar al cielo, entiendan si es que les queda por lo menos sentido común, tienen a millones de mascotas sufriendo y no creo que esto se los vaya a perdonar Dios, ni nadie.
Lo anterior viene a colación por los festejos estruendosos a la guadalupana más todo lo previo a la Navidad y el Año Nuevo y que nadie hace algo para frenar, que ni autoridades eclesiásticas o civiles ponen un alto al martirio al que son sometidas las personas que no toleran tanto ruido o los animales que son hasta cuatro o cinco veces más sensibles con esas explosiones.
Porque esa es otra verdad, hay leyes que castigan el maltrato a los animales y se les pueden aplicar a quienes lanzan los cohetones, igual se supone que hay autoridades en las iglesias que deben enseñarles a sus feligreses que la Virgen y el Hijo de Dios no estarán contenta por los efectos de ese uso criminal de la pólvora, o les vale o no se refleja que les hagan caso.
Es triste que todos los días en las redes sociales se vean animales perdidos o atropellados porque ante los estallidos de los cuetes se escapan corriendo de sus hogares y de eso hablamos, de que el daño no es menor.
Existen muchos temas más en medio de lo anterior, le agregaría la contaminación, los daños en los pulmones de niños y ancianos, de personas con enfermades crónicas ya que absorben todos los químicos que se usan en la confección de esos cuetes, nomás para seguirle con los puntos negativos del uso de estos ya que sigue lo peor en ese aspecto, porque el 12 de diciembre, Dia que los católicos celebran a la Virgen de Guadalupe ya pasó, pero solo es un principio, hoy se escuchan estruendos por todas partes y todavía están por llegar los días 24 y 31, la víspera de la Navidad y del Año Nuevo en que el uso de pólvora, de los cuetes y los balazos, es indiscriminado, provocan mayor caos.
Dirán que son tradiciones, las malas costumbres, y si, quizá sí, pero les repito, todo este daño que le causan a las personas sensibles al ruido, a la contaminación, además de los traumas a las mascotas no creo que la Guadalupana se los vaya a perdonar, ni su Hijo que es nuestro Dios o el Dios de muchos, ni ellos ni nadie y menos si no respetan los Moños azules que, le insisto, me parecen por lo menos una buena idea para que todos seamos prudentes, sensatos, y demostremos que realmente somos inteligentes…
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