Por Alejandro de Anda
LO OSCURO. Los mejores elementos de que disponemos como sociedad
organizada para dar respuesta a la problemática cotidiana, se distribuyen
–nunca equitativamente- entre la lógica y el sentido común.
El ‘sentido común’ va un poco más orientado a lo que podríamos emular al
“cien mexicanos dijeron”; deliberado como la capacidad para valorar las
situaciones diarias de la vida y tomar las mejores decisiones en base al cúmulo
de experiencias.
El razonamiento lógico, con mayores pruebas y elementos para su toma de
decisión, basa su análisis en procesos mentales conscientes y de acuerdo a
reglas.
Trasladémoslo a la aplicabilidad.
El gobierno mexicano de López Obrador, quizá tenga mayores tendencias en
uno de los factores analizados aquí mismo.
Donde el sentido común tergiversaría el porcentaje de ser escrutado; pues los
favorecidos por la toma de decisiones de la cúpula en el mando, no son el cien
por ciento.
Pero la lógica permanece y tiene el mayor de los sentidos. ¿Cómo evolucionar
como sociedad que se encuentra clasificada dentro de los países en
desarrollo? ¿Cómo evitar la migración, la marginación, el desempleo, la
pobreza, la inseguridad?
¡Atendiendo las causas! No es sancionando al que hace las balas o al que
vende los chalecos blindados como se erradicará la necesidad de sanar,
alimentar y dar educación a una población altamente desnutrida y abandonada
en términos de oportunidades.
No es la razón de esta entrega el vindicar gobiernos.
La contraparte se encuentra en juego en estos momentos en el vecino país.
El republicano Donald Trump, desatendiendo la lógica y el sentido común
arrecia una campaña “SIN SENTIDOS” donde apuesta al odio como bandera
electoral.
A pesar de los malquerientes que exhiben similitudes entre AMLO y Trump
derivado de la alta polarización política, el segundo atiende un mercado que
incita más allá de la violencia doméstica como modelo de gobierno.
Hoy, uno de sus principales aportadores económicos a la campaña re
eleccionaria (Elon Musk) se encuentra tan confundido, derivado de la amenaza
furtiva emitida durante la aceptación de Trump por la contienda republicana.
Dijo el candidato “Si no se regresan a Estados Unidos las armadoras de autos,
les impondré aranceles del 200 por ciento”.
Deja en dubitativo ‘impase’ la cuantiosa inversión destinada a proveer un gran
número de empleos en territorio neolonés, suelo mexicano.
¿Por qué sería ‘sin sentido’ la bandera electoral del republicano Trump?
Sus mismos correligionarios se manifiestan sorprendidos por lo que llaman
‘heat’ u odio racial; donde acusa a los migrantes de ser portadores de todos los
males que azotan a los americanos.
Enfermedades, vicios, inseguridad asevera el empresario son culpa de los
paisanos.
Y amenaza entonces, con sancionar incluso con subirles esa tasa impositiva a
los autos que compren los norteamericanos. Sin explicar en ese ‘sentido
común’ que quienes pagan el arancel, no son los fabricantes, sino los
consumidores finales. Sus votantes.
COLOFÓN: En el mismo territorio americano cundió el sentido común y la
lógica dentro de las filas del partido conservador. Tomaron la decisión más
acertada al ofrecer la candidatura a Kamala Harris.
Aunque no existen garantías escritas que el mundo sea regido por estos dos
sentidos… la certeza es que el iracundo Trump, no pertenece a ninguna de
ambas.
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