Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Andrés Manuel está en la cúspide de popularidad personal y de su gobierno, ha logrado todos sus objetivos, destrozar al PRIAN, terminar con grupos no afines, heredar el poder, hacerlo a una mujer de toda su confianza y, por si ello fuera, poco, salir por la puerta grande, lo que nadie había logrado en la historia de este México lindo y querido.
Es claro y se tiene que aceptar que el presidente tendrá mucho poder después de irse, la mayor parte de los candidatos a gobernadores, senadores, Diputados federales que ganaron el pasado 2 de junio son de su cuadra, es más, le deben el cargo porque algunos solo ganaron por la popularidad del mandatario, pero no se vaya con la finta, AMLO no seguirá gobernando al concluir su mandato.
El presidente no es tonto y no caerá en el error de pretender tener el poder de nuevo, de imponer candidatos o buscar gobiernos que le sean afines, él sabe que de intentarlo podría caer de la gracia de los mexicanos, peor aún, de la gracia de la futura presidenta y eso equivaldría a, tarde o temprano, perder su lugar privilegiado en la historia.
Lo anterior viene a colación porque ayer circularon videos y fotografías de Claudia Sheinbaum visitando al presidente en palacio, la sonrisa y los abrazos que se dieron siguen siendo de admiración de la una por el otro, de agradecimiento, casi de una promesa de no fallar en el encargo que ha ganado en las urnas.
Pero eso es hoy, ya mañana Claudia será presidenta, tendrá su propio equipo, la voz de mando, la obligación de hacer un buen gobierno y eso implica responsabilidades, ejercer el mando.
Claudia es una mujer muy inteligente, con mayor solvencia y solidez académica que el presidente, con mucha experiencia en el arte de gobernar y, por consecuencia, sabe que el poder no se comparte.
Si, tal vez a futura presidenta tendrá que ir despacio al entrar su administración, estará rodeada de AMLOvers, pero será bastante fuerte, firme en sus acciones para terminar tomando el poder que le sea permitido por la Constitución, que le pertenece por mandato de la misma y por haber ganado la confianza del pueblo en las urnas y, créalo, es cuestión de tiempo para que lo pueda ejercer a plenitud, no es improvisada, sabe que los libritos detallan que el poder no se comparte por cuestiones de gobernabilidad, de control, de realizar sus proyectos y lo hará sentir cuando sea necesario.
Es obvio que Claudia primero tratará de empoderarse, luego las cosas se vendrán casi en automático, por obligación, y ya los que ahora gobiernan el país tendrán que elegir si ese proceso es en forma tersa, afectiva y efectiva como hasta hoy, o de la que se haga necesaria si se aferran a pretender que no cambie la voz de mando.
Conclusión, se equivocan quienes piensan que el siguiente sexenio tendrá dos presidentes o Claudia no va a gobernar, pecan de inocentes quienes consideran que se van a compartir el poder Andrés Manuel y la futura presidenta, uno ya casi es pasado, quizá con mucha fuerza, la otra llegará con todo el respaldo que dan 35 millones de votos, tendrá en sus manos los presupuestos, la batuta, la facultad constitucional de gobernar y, créalo, lo hará con mayor dureza y quizá eficacia que quien está por irse, algo más, la frase “el rey a muerto, viva el rey”, no solo son palabras, se aplican, y cuando es necesario, se aplican a rajatabla, usted lo verá con uno que otro que se negará a creer que todo irá cambiando…
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