Por Carla Huidobro
A veces se pregunta si realmente sabe quién es. No es algo que pueda poner en palabras fácilmente; es más como un sentimiento que se desliza por entre los dedos cuando trata de agarrarlo. Piensa en esos momentos en los que se siente diferente de cómo los demás la ven, como si llevara una máscara que todos elogian pero nadie realmente entiende.
¿Es libre? La idea de libertad se siente grande, casi demasiado amplia para comprender. A veces se imagina despojándose de todas las expectativas, corriendo hacia lo desconocido sin mirar atrás. Pero entonces, el miedo. El miedo a perder lo poco que conoce por lo mucho que no conoce.
Cada decisión que toma, ¿es realmente suya? Se siente atrapada en un bucle, siempre volviendo a preguntarse si está siguiendo su propio camino o simplemente caminando por un sendero que alguien más ha elegido para ella.
Y en sus momentos más sinceros, reconoce que está en busca de algo. No sabe qué es, pero lo siente ahí, justo fuera de su alcance, burlándose de ella con la promesa de respuestas que nunca llegan completamente. Es un juego de espejos, un reflejo tras otro, nunca realmente viendo todo el cuadro.