Por Alejandro de Anda
LO CLAROSCURO. Las políticas públicas se definen como (sic) “las acciones
a cargo de la administración del Estado que emplean recursos disponibles para
solucionar problemas de la sociedad” aplica también en el sentido de políticas
públicas en el sector privado.
Pero la implementación de éstas es de largo aliento. Es decir, una política
pública no se refiere ‘al bacheo de una calle’, sino al mejoramiento de las
vialidades de una ciudad de modo que el ciudadano alcance un mejor índice de
bienestar individual.
En otras palabras, no son ‘remiendos’ sino acciones vistas que permitirán
mejoras visibles en el proceso de su implementación.
Así entonces, es perspicaz suponer que una administración municipal y en
ocasiones una sexenal, sean sujetos de saber resolver con atingencia una
política pública de largo alcance.
Con un poco más de ‘hilo desmenuzado’. En el vecino país del norte las
carreteras que transitan todo el territorio norteamericano fueron trazadas y
planeadas hace no menos de cincuenta años. Igual que las vías estatales.
Siguen un proceso constructivo al que los gobiernos en turno deben sumar sus
esfuerzos para la consecución y modernización de acuerdo al PLAN
MAESTRO.
En México, si no se acaba con la pobreza, falta de agua, empleo, inseguridad,
vialidades, educación de calidad… en tres años, culpamos al que vemos en la
boleta y al que está en la silla.
Hace poco más de cien años (16 de octubre de 1909) el presidente Porfirio
Díaz se entrevistaba con su homólogo William Howard Taft en la Aduana de
Ciudad Juárez, Chihuahua. Entre los asuntos planteados –anteriormente lo
tratamos en este espacio- señalaba Taft el apremio a Díaz para que
abandonase la construcción del canal ferroviario intracostero en el istmo de
Tehuantepec. Lo que habría significado para estos tiempos, modernidad y
pujanza económica al ser el mejor punto de conectividad oceánica entre
Europa y Asia.
Los intereses estadunidenses en el Canal de Panamá fueron suficientes para el
posterior golpe de estado y ‘revolución simulada’ con el derrocamiento de Díaz
al año siguiente de la entrevista entre los mandatarios y la negativa rotunda del
mexicano.
Hoy los planes retoman su curso respecto a la infraestructura de conectividad
terrestre y marítima con la puesta en marcha del canal interoceánico (mitad
canal de aguas y mitad ferrocarril) entre los puntos de Coatzacoalcos, Veracruz
y Salina Cruz, Oaxaca.
El Corredor interoceánico –de 303 kilómetros de longitud- compite el proyecto
en fluidez y economía comparado al de Panamá, con una capacidad de 1.4
millones de contenedores anuales y una duración de viaje estimada en seis
horas.
La movilidad y desarrollo que sumará al progreso de México propone al país en
otra esfera logística, además de la importancia derivado de la vecindad a
Estados Unidos y Canadá.
Esperemos fructifique la implementación de estas políticas públicas que no
nacieron hoy, pero que alcanzan la madurez y significarán una alternativa
viable de progreso para quienes nos suceden.
COLOFÓN: Un hombre miraba con detenimiento su acta de matrimonio; la
señora le pregunta –“¿Qué tanto le ves?” a lo que aludido responde. “Busco la
fecha de caducidad”.
Es difícil creer en promesas de políticos. Con que aseguren cumplir los planes
maestros de los que antes prometieron, serían geniales.
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