Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Expertos en espantar con el petate del muerto los aliados del prófugo exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca comenzaron una campaña contra Eugenio Hernández Flores y Maky Ortiz Domínguez, hasta hoy palomeados para ser candidatos al Senado por el Partido Verde, lo hacen con la idea simple de abrir viejas heridas, recientes en el caso de la doctora, y así los vean como enemigos lo que culminaría con que se aborte el proyecto de hacerlos aparecer en las boletas de la elección del 2024.
No traen nada nuevo en el morral los cabecistas, aunque mentiras no son, a Geño le exhiben aquella plática con la entonces poderosísima exdirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, la que le agradecía el haber operado Tamaulipas a favor de Felipe Calderón con lo que pudieron sacar la elección presidencial a favor del panista, a la exalcaldesa de Reynosa le remachan su traición al americanismo por el berrinche de no haber sido ella nominada candidata a la gubernatura del Estado más algunos videos donde habla pestes de Andrés Manuel.
Hasta hoy, cosa extraña, los secuaces del exgobernador prófugo no han dicho ni una mentira, aunque tampoco cuentan toda la verdad, por ejemplo, no le explican al ciudadano que las descalificaciones en contra de Hernández Flores y de Ortiz Domínguez tienen la perversa intensión de hacer enojar a los cuatroterianos, que son los aliados de ocasión, para que decidan no hacerlos candidatos y así los cabecistas, sin enemigos de peso en las urnas, puedan conservar su segundo lugar y todo el poder que tienen en este momento, me explico:
Geño y Maky como candidatos le arrebatarían la primera minoría en el Senado al cabecismo, disfrazado de coalición PAN-PRI, pero además le reducirían votos en otras elecciones, lo que en buen cristiano significa que los enemigos del actual gobierno americanista perderían todos los espacios de poder político que todavía conservan y utilizan para fines siniestros como son la impunidad del jefe de la pandilla, Francisco García Cabeza de Vaca y la permanencia en los cargos de sus secuaces.
Es cierto, en algún momento de la historia ambos personajes, Maky y Geño, fueron adversarios, quizá hasta enemigos del lopezobradorismo, de eso hay constancia, como también lo fueron muchos que ahora están en el mismo gabinete del presidente, igual algunos que son Senadores o Diputados federales de Morena, PT o Verde, también otros que llegaron a los gobiernos estatales o cobran en instancias muy altas de los mismos, la razón es simple, todos ellos están en la Cuarta Transformación ya que se trataba, o se trata aún, de derrotar a otros cacicazgos regionales más dañinos porque eran apuntalados con dinero que juntaron a través de complicidades con el crimen o se robaron de los erarios.
Además, en la política, llegan momentos en los cuales se tiene que ser pragmático, como hoy que el poder local debe evaluar con qué movimientos o personajes se puede tener mejores acuerdos para avanzar en lo prometido al pueblo tamaulipeco, es decir, se tiene que enfocar bien con quienes hacer alianzas y a quienes se debe borrar, en este caso al cabecismo, ya que podrían frenar todo el proyecto con la básica idea de regresar al poder en corto plazo.
Concretando, la Cuarta Transformación en Tamaulipas, el lopezobradorismo y la misma doctora Claudia Sheinbaum a nivel nacional, tienen que elegir si destruyen al cabecismo para siempre aliándose con Geño y Maky, con alguno de los dos incluso, o de plano dejan vivo el proyecto Francisco García Cabeza de Vaca para seguir batallando todo el sexenio con él, con ello, aceptando el riesgo de que les ganen parte de las elecciones intermedias en dos años.
Va una historia de hace muchos años, un exgobernador, había perdido casi todo en su primera elección, en una como la de este 2024, le arrebataron las senadurías de mayoría, seis de los ocho distritos federales, hizo perder a su candidato a presidente de la República y, por si ello fuera poco, quienes habían ganado eran enemigos jurados de su proyecto y las cosas no pintaban bien a futuro, por tal motivo reunió a todo su equipo para darles una sola instrucción, “hay que hacer aliados, tenemos que asegurar ganar el congreso del Estado y las presidencias municipales en la elección que viene”, no faltó la inocencia (o quizá perversidad y avidez) de uno de los presentes que preguntó, ¿y con quién hacemos alianzas?, la respuesta del mandatario fue llana, “si es necesario hasta con el diablo”.
Y sí, se hicieron alianzas y entregaron espacios hasta a probables adversarios del futuro, como Oscar Luebbert allá en Reynosa, pero ese pragmatismo le permitió ganar todos los distritos locales en disputa, casi todas las presidencias municipales, obtuvieron el carro completo, le dijeron en aquellos tiempos y además con muchísimos votos. Hasta aquí la historia.
¿A qué vamos?, pues a que la política poco cambia, siempre llegan tiempos de ser pragmático en las alianzas, “hasta con el diablo”, porque se trata de garantizar los triunfos, de borrar del mapa a los enemigos, porque en estos casos lo peor que puede ocurrir al poder actual, con Geño y Maky, es tener dos aliados hasta que se acabe el sexenio o, en el caso de ella, muy cerquita de que eso ocurra, exacto, en su campaña contra estos personajes el cabecismo solo espanta con el petate del muerto, porque los señalados no representan un peligro, ni se les pasará la mano, ni tantito, menos contra dos gobiernos, el estatal y el federal, que tendrán todo el poder…
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