Por Alejandro de la Garza:
Acaso lo que se mantiene igual sea la precariedad del oficio.
El sino del escorpión ha sido el oficio periodístico y el participar en el debate constante sobre los medios de comunicación y los periodismos en nuestro país, su ejercicio y sus prácticas, sus relaciones de complicidad o connivencia con el poder, sus filias y fobias políticas, su compromiso social, sus riesgos y los estándares éticos y profesionales de periodistas y medios. En particular, sobre el perfil de los periodistas en México faltan estudios académicos serios, observa el alacrán, por ello rescata la investigación pionera en la materia: “Panorama de los perfiles demográficos, laborales y profesionales de los periodistas en México”, realizada por un equipo encabezado por las doctoras Mireya Márquez-Ramírez y Sallie Hughes. Un reporte publicado en 2015 pero que arroja aún hoy información enriquecedora sobre cómo los periodistas mexicanos asumían y pensaban su función social y percibían su realidad laboral, profesional y política en esos años.
El estudio fue realizado de 2012 a 2015, como parte de una investigación en 66 países promovida por el Worlds of Journalism, organización con sede en Múnich. En México, el estudio fue apoyado por la Universidad de Miami y por la Universidad Iberoamericana. De una estadística de más de 18 mil periodistas, el estudio reporta, mediante encuesta, las percepciones de 377 periodistas activos en ese momento a lo largo del país, en cinco tipos de medios: 1) impresos diarios 2) impresos no diarios 3) radiofónicos 4) televisivos y 5) digitales. La base de datos de medios informativos en todo el país se dividió en nueve regiones: 1) Noroeste 2) Norte 3) Noreste 4) Este 5) Centro-Oeste 6) Centro-Este 7) Ciudad de México y Área Metropolitana 8) Sur y 9) Peninsular. Sin abundar más en la precisa metodología del estudio (disponible para los lectores en internet), el escorpión abrevia varios de los más reveladores datos recabados, insistiendo en que fueron obtenidos hacia 2015.
Aspectos laborales: uno de cada tres periodistas (33.2 por ciento) ganaba entre cinco y 10 mil pesos mensuales al momento de la encuesta, y un 13.9 por ciento percibía menos de cinco mil pesos al mes. Menos de un cuarto de los periodistas (23.1 por ciento) ganaba entre 10 y 15 mil pesos y el resto —poco menos de un tercio— (29.8 por ciento) ganaba más de 15 mil al mes. La precariedad era aún mayor entre los reporteros: casi uno de cada cinco (18.9 por ciento) ganaba menos de cinco mil pesos, y 43.8 por ciento percibía entre cinco y 10 mil pesos, es decir que aproximadamente dos tercios de los reporteros estaban por debajo del nivel salarial de los 10 mil pesos mensuales. El porcentaje de ingreso más bajo —hasta cinco mil pesos mensuales— tendía a ser más común entre periodistas de medios radiofónicos (17.7 por ciento) y digitales (17.6 por ciento), donde también prevalecían la mayor polivalencia (dos empleos o más) y menor especialización de fuentes. Por otra parte, el porcentaje de periodistas que percibía salarios medio-bajos (entre cinco y 10 mil pesos mensuales) fue comparativamente mayor entre quienes laboraban en los impresos diarios (40.2 por ciento) y no diarios (40 por ciento) que en cualquier otro segmento.
Sólo una cuarta parte de los encuestados (25.2 por ciento) pertenecía a algún colegio, asociación u organización gremial. Un 83.6 por ciento laboraba de tiempo completo en su medio, mientras que 10.3 por ciento lo hace de tiempo parcial y el 5.3 son freelancers. Más de la tercera parte (34.8 por ciento) tenía otra actividad remunerada, lo que implica que para muchos el periodismo no garantizaba un ingreso digno, y debían buscarse otras fuentes de ingreso. Además, en promedio, los periodistas mexicanos trabajaban para 2.21 medios diferentes. Alrededor de uno de cada 10 periodistas (10.7 por ciento) dijo identificarse como indígena, sin que tal identificación necesariamente implicara que fuera hablante de una lengua de los pueblos originarios.
La distribución de género de la muestra recabada indica un promedio de edad de 38.4 años, con género mayoritariamente masculino (68.2 por ciento), y menos de la tercera parte (31.8 por ciento) de género femenino, cifra ligeramente por debajo del porcentaje de la fuerza de trabajo femenil en el país, que para 2015 era de 34.6 por ciento.
Otro de los aspectos más reveladores tiene que ver con las funciones o roles con los cuales se identificaban más los periodistas, con base en dos posturas: 1) distanciamiento, es decir la objetividad tradicional o el reportar las cosas como son, propio del observador pasivo o distanciado, y 2) intervencionismo, el promover derechos y el cambio social, más allá de la mera presentación de noticias. Con un relativo consenso entre todos los encuestados, encontramos el rol tradicionalmente asociado a la objetividad: reportar las cosas como son, el más priorizado por los encuestados. Como segunda y tercera función más valoradas, tenemos que alrededor de nueve de cada diez periodistas consideran muy o extremadamente importante la promoción de la tolerancia, la diversidad cultural y el fomento al cambio social, lo cual, en teoría, implicaría un grado de intervencionismo. El cuarto rol en importancia (89.7 por ciento) refleja el alto nivel de preocupación de los periodistas mexicanos ante las coyunturas de violencia creciente, así como su idea profesional de promover y defender la legalidad y los derechos humanos. Al menos idealmente, entonces, los periodistas mexicanos estaban, hacia 2015, comprometidos con la defensa de la legalidad y los derechos humanos. Tomado en conjunto con el tercer rol en importancia (fomentar el cambio social), se puede concluir que para los periodistas en México era crucial hacer algo por su entorno y que son sensibles, al menos en teoría, ante los graves problemas endémicos de violencia, violación a los derechos humanos y débil estado de derecho en el país.
Aunque al último rol al que dieron importancia fue el de ofrecer una imagen positiva de los líderes políticos, para 14.8 por ciento de periodistas en México, esta función seguía siendo demasiado importante, lo que revela la inercia propagandista que aún manifiestan algunos medios. Finalmente entre las diez fuentes percibidas como las que más influyen sobre el ejercicio periodístico de los entrevistados, se encontraron la política editorial del medio (74.4 por ciento), los jefes inmediatos (64.7por ciento), los propietarios de los medios (63.8 por ciento) y altos directivos del medio (62.6 por ciento). Esto implicaría que, hasta el 2015, se encontraban dentro de las redacciones los mayores posibles condicionantes del trabajo periodístico.
El venenoso insiste en que estos resultados corresponden al 2015. De entonces acá, mucho a cambiado no sólo en términos de los avances tecnológicos irrefrenables y el creciente número de portales, periodismos y periodistas digitales, sino también en materia de igualdad de género en los medios, roles y tareas de los periodistas, su organización profesional más que gremial y en los términos mismos de una discusión mucho más amplia del tema promovida incluso desde el poder presidencial. Acaso lo que se mantiene igual sea la precariedad del oficio.
@Aladelagarza
Texto original: https://www.sinembargo.mx/12-08-2023/4396318