Desde la llegada de SpaceX a lo que conocemos como Valle del Río Grande (en la región de la playa Boca Chica), el valor de mi propiedad (y también de las demás en la zona) se ha incrementado considerablemente.
Por: Guadalupe Correa-Cabrera
Elon Musk es actualmente el hombre más rico del mundo. Según el Índice de Billonarios de Bloomberg, el presidente o director ejecutivo (Chief Executive Officer o CEO) de la compañía de autos eléctricos Tesla y la empresa aeroespacial SpaceX, y también dueño de la red social Twitter, acumulaba al 2 de julio de este año una riqueza valuada en aproximadamente $234 miles de millones de dólares (billion dollars) [Fuente: https://www.investopedia.com/articles/investing/012715/5-richest-people-world.asp].
En un mundo tan desigual como el nuestro, y considerando los escándalos de los hombres de la élite mundial, así como la manera tan grotesca (y desconocida) de acceder a tantísimos recursos, vale la pena monitorear los efectos de sus inversiones y analizar sus trayectorias. Asimismo, es importante destacar que mantienen un papel demasiado relevante en nuestras vidas, pues sus productos, servicios y las plataformas que operan, determinan nuestros patrones de consumo, comportamiento, actitudes político-electorales, e incluso el rumbo de nuestras sociedades y la economía a nivel global.
Elon Musk es relevante en la vida de muchos y, ciertamente, es muy relevante en la mía. Soy asidua participante en la red social Twitter, he visto cómo muchas de mis amistades piensan en adquirir un automóvil de la marca Tesla y mantengo una propiedad en la región más al sur de Texas, misma en la que el magnate decidió construir una base de lanzamiento de cohetes espaciales perteneciente a la empresa SpaceX, de la cual él es el CEO.
Desde la llegada de SpaceX a lo que conocemos como Valle del Río Grande (en la región de la playa Boca Chica), el valor de mi propiedad (y también de las demás en la zona) se ha incrementado considerablemente. Así también ha sucedido con los impuestos que debo pagar al distrito de tasación de Cameron—donde se ubica mi pequeño departamento. En los últimos cinco años (desde 2018), mis impuestos sobre la propiedad nada ostentosa que mantengo en Brownsville, Texas (ciudad perteneciente al condado de Cameron) se han incrementado casi 70 por ciento; 69 por ciento.
Por el otro lado, nadie me ha ofrecido un pago por mi propiedad equivalente a dicho incremento. Así, las autoridades del condado de Cameron determinaron ya ese aumento en el supuesto valor de mi propiedad para efectos de cobro de impuestos y se opusieron a cualquier cambio—no obstante que pedí revisión. Yo no entiendo mucho sobre esto. Quizás me estén viendo la cara, pero lo más seguro es que no he sido lo suficientemente asertiva para negociar con los múltiples agentes inmobiliarios que se han acercado a mí para que les venda mi propiedad. Ellos sí conocen de la oportunidad y la están tomando. Lo anterior atañe ciertamente a todos los demás habitantes de la región—una de las más pobres del país—con la llegada de Elon Musk y su proyecto aeroespacial.
Con el aumento tan grande en los impuestos y la llegada de trabajadores calificados de fuera del estado para el desarrollo de SpaceX, se vislumbra la salida de esta región de las personas de menores recursos, la llegada en masa de expertos en tecnología y el desarrollo de la región para gente que mantiene un mucho mayor nivel de poder adquisitivo. Recordemos que Cameron es un condado bastante pobre en los Estados Unidos. Según datos de 2021, la pobreza en Cameron era de aproximadamente 25 por ciento (24.7 por ciento). Dicha tasa de pobreza era casi 93 por ciento (92.97 por ciento) más alta que el porcentaje en todo Estados Unidos [Fuente: https://www.welfareinfo.org/poverty-rate/texas/cameron-county/].
Debido a mi experiencia personal en el sector inmobiliario y a lo que percibo como una actitud francamente abusiva y ventajosa por parte de desarrolladores y agentes inmobiliarios en la parte más al sur de Texas con la llegada de SpaceX, decidí—junto con mi colega Michelle Keck, profesora de la Universidad de Texas del Valle del Río Grande—emprender un proyecto de investigación para evaluar los efectos de las inversiones del hombre más rico del mundo en el condado de Cameron. Me interesaba en un principio el tema del sector inmobiliario y los posibles efectos de “gentrificación” en la región, es decir, la renovación de “una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, mediante un proceso que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de mayor poder adquisitivo” (RAE).
Además de este aspecto crucial, la profesora Keck y yo decidimos—derivado de la cobertura local sobre las inversiones de Musk en el sector aeroespacial en el condado de Cameron—estudiar dos áreas más, igualmente importantes: i) posibles actos corrupción que involucran a los tres niveles de Gobierno y ii) el impacto ambiental de SpaceX en el ecosistema de referencia. Los condados fronterizos del sur de Texas, como el del Cameron, tienen una nutrida historia de corrupción que ha involucrado a autoridades locales de todos los niveles, incluso a distinguidos jueces de condado y otros miembros del sistema judicial y agentes de seguridad. Por el otro lado, preocupan sobremanera las cuestiones de daño al medio ambiente derivado de las operaciones mismas de la empresa SpaceX, tales como el lanzamiento de cohetes o el desecho de residuos tóxicos varios.
Cabe destacar que, hasta la fecha, ningún lanzamiento de cohetes espaciales de SpaceX parece haber sido exitosa—lo que ha incluso llegado a levantar sospechas sobre si esta base es realmente de “lanzamiento” de cohetes o más bien de “prueba de los mismos” (lo cual es completamente “otro boleto”). Todos los intentos hasta la fecha han resultado en la explosión de los cohetes y en la expulsión de desechos, lo cual provoca un daño importante al ecosistema ambiental. Algunos ambientalistas y activistas en esta materia a los que tuvimos acceso se encuentran documentando la magnitud de la afectación hasta la fecha.
Por todo esto, la profesora Keck y yo decidimos entonces analizar el impacto de las inversiones del hombre más rico del mundo en uno de los condados más pobres de Estados Unidos a través de una encuesta de opinión y entrevistas que nos darían mejor idea de los detalles de los procesos antes mencionados, así como de los mecanismos de transmisión correspondientes.
Comenzó ya la primera fase del proyecto y lo que percibimos, de manera preliminar, no fue positivo en lo general. Estudiamos, en primer lugar, las formas en que las élites se han confabulado para otorgar beneficios extraordinarios a la empresa aeroespacial del hombre más rico del mundo. SpaceX ha recibido—según nos comentan algunos entrevistados—un trato bastante favorable por parte de autoridades a nivel local, estatal y federal. Esto incluye los jugosos contratos con la NASA y permisos extraordinarios que podrían incluso estar fuera de norma y, dependiendo de nuestros resultados, podrían incluso relacionarse con prácticas poco transparentes o, como aseguran algunos, quizás con actos de corrupción (todo ello, a verificar).
Sobre Elon Musk se pueden decir muchas cosas, pero lo que sabemos a ciencia cierta es que su empresa en el condado de Cameron ha recibido un trato preferencial—no obstante el daño aparente al medio ambiente o al ecosistema que se forma en la playa Boca Chica, además de su afectación a comunidades por el cierre de caminos y playas. Falta conocer mucho más con relación a los permisos, posibles actos de corrupción que involucrarían a autoridades de todos los órdenes y al gradual proceso de gentrificación—en el que podríamos ubicar perfectamente a ganadores y perdedores, así como a actores grises en el sector inmobiliario y de desarrollo de vivienda e infraestructura a nivel local.
El proyecto apenas comienza y tiene como objetivo conocer, con todo rigor, los efectos de las inversiones del hombre más rico del mundo y su proyecto aeroespacial—auspiciado por las agencias federales estadounidenses, actuando en contubernio con el estado de Texas y autoridades locales—en un condado bastante pobre de Estados Unidos, con los niveles educativos más bajos (https://www.houstonchronicle.com/news/houston-texas/trending/article/texas-most-least-educated-cities-in-america-18207212.php).
Aquí, en un condado fronterizo olvidado por muchísimo tiempo, una gran parte de los habitantes creen en el magnate y mantienen la esperanza en que su proyecto aeroespacial brindará empleos, bienestar y desarrollo en la región. Pero existe la posibilidad de que esto no sea así y de que las promesas de Elon Musk para la región nunca lleguen a materializarse—o al menos no para los más pobres, que son la mayoría. Esta última es una de nuestras principales hipótesis de trabajo. Veremos qué resultados arroja finalmente el proyecto. Llevará algunos años.
Nota: Algunas reflexiones en este texto de opinión se basaron en el artículo de la autoría de Michelle Keck y Guadalupe Correa-Cabrera, titulado en inglés “A Power Elite Alliance and Local Environmental Policy: Elon Musk in Cameron County”. Dicho documento fue preparado para su presentación en el congreso de la Asociación Internacional de Ciencia Política que este año se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina del 15 al 19 de julio.