Por Martha Olivia López
“Pinch* ratas”, “vayánse al chorizo”, “se la pasan mamm* a Morena” son solo algunas de las frases que comúnmente utiliza la diputada local del PAN Leticia Vargas Álvarez para dirigirse a los legisladores de Morena, desde la Mesa Directiva.
La legisladora llegó al Congreso de Tamaulipas bajo las siglas de la alianza Morena-PT, pero fue de las que convenció el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y se refugiaron en el panismo y su ideología.
El viernes, Vargas fue removida de la Mesa Directiva del Congreso de Tamaulipas por violencia política contra sus compañeros: desde su asiento lanzaba provocaciones, profería malas palabras y groserías y hacía señas obscenas.
El órgano legislativo también realizó un extrañamiento y una amonestación contra la panista por violencia política a diputados.
“Los diputados deben de ser un ejemplo para el país y el estado… Permitir faltas de respeto significa rebajar el honor que esta alta tribuna representa», dijo sobre Vargas la legisladora de Morena Gabriela Regalado.
La panista dijo en una publicación en sus redes el viernes por la noche que “levantó la voz para que se legislara con transparencia e imparcialidad” y que fue víctima de violencia política de género.
Según Vargas, debido a que sus acciones no van acorde a los intereses de lo que debe representar y distinguir a un legislador puso a votación la remoción de la Mesa Directiva, propuesta por Gabriela Regalado.
“No me quedaré callada ante tal atropello y levantaré la voz en favor de los tamaulipecos”, agregó Vargas.
Lo que se le olvida a la diputada panista es que en ocasiones anteriores le ha dicho a legisladores que no son del PAN “ya están mam**** con los de Morena”.
Los improperios de la legisladora no solo es contra sus compañeros del Congreso sino que también denosta a sus hijos, madres y padres.