Por Fortino Cisneros Calzada/Hora Cero
No pierde oportunidad el exgobernador prófugo de montarse en los escenarios que le permite su calidad de exiliado para llamar la atención. Que un fallo de la Corte, que una mención en la mañanera, que un cumpleaños, etc. Quizá la osadía más grande ha sido la de autodenominarse precandidato a la presidencia de la República. Atrevimiento que no debe confundirse con chifladura, aunque mucho se le parezca. Habría que pensar en una más de sus jugarretas para evitar el traje de rayas.
Dice un viejo y conocido axioma peninsular que la universidad salmantina no puede prestar lo que natura no da. Así, reconociendo que no fue dotado de inteligencia, esto es la capacidad racional que permite avanzar en el progreso personal y colectivo a fin de alcanzar la felicidad, ha tenido que cultivar otras habilidades como la astucia, la sagacidad, el oportunismo y el ímpetu. En sus largos días de forzada cavilación y con la ayuda de sus cabilderos calderonistas, entiende que la oposición no tiene posibilidad alguna de llegar a palacio nacional y él menos que nadie.
¿Qué, entonces? ¿A qué le tira? No hay que ir muy lejos por la respuesta. Espera comprar una diputación federal plurinominal para lograr impunidad a través del fuero constitucional. El tinglado se está armando con habilidad desde diversos ángulos y con el apoyo de quienes piensan que lo necesitan en los escenarios políticos de la alianza perversa cuya caballada está tan escuálidas que se caen solos como acaba de exhibir el sainete de Creel y Lily Téllez en el que se dijeron sus verdades.
Para ir desenredando la madeja, habría que empezar por señalar que en diciembre del 2022, un tribunal colegiado de Tamaulipas le concedió la suspensión definitiva al senador del PAN, Ismael García Cabeza de Vaca, para que la Unidad de Inteligencia Financiera ordene de inmediato a las instituciones bancarias descongelar sus cuentas bancarias, a fin de que pueda realizar operaciones financieras y disponer de sus recursos, ya que el congelamiento no derivó de una petición internacional. La lana.
Por otra parte, en el mes de febrero de este año, el juez Faustino Gutiérrez Pérez otorgó la protección de la justicia a Cabeza de Vaca para que se anule el mandamiento judicial que se libró el pasado 4 de octubre por un juez de control del Centro de Justicia Penal Federal de Almoloya de Juárez, Estado de México, por violaciones al debido proceso. Simplemente determinó que: “una vez analizados todos los datos de prueba de la Fiscalía, en conjunto con los que aportó la defensa, las operaciones imputadas a Francisco Javier García Cabeza de Vaca no son constitutivas de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita ni de delincuencia organizada”. Limpieza de terreno.
Ya con la operación en marcha, tuiteó el prófugo: “Aplaudo la resolución de la mayoría los ministros de la @SCJN quienes otorgaron la razón al @INAImexico, al declarar inválido el decreto presidencial que argumentando “asuntos de seguridad nacional” pretendía ocultar toda la información relacionada con la construcción de sus obras prioritarias”. Su astucia lo conduce a la tarea de congraciarse con los miembros del Poder Judicial que le han servido y que ahora tiene de aliados en contra del gobierno de la Cuarta Transformación. Ahí estarán para cuando llegue el momento.
Si se quieren tomar en cuenta los poderes extraterritoriales como elementos concurrentes en la sucesión presidencial, habría que decir que en las cinco últimas ocasiones, los resultados han sido cuestionables. Dilma Rousseff, presidente de Brasil fue destituida por acusaciones judiciales de las que fue inocente; iguales resultados tuvo el caso de Lula da Silva, quien volvió a la presidencia. En Bolivia, Evo Morales fue obligado a renunciar por presiones de la OEA, proclamando a Jeanine Áñez, quien se volvió loca con el cargo y ahora está en la cárcel. En Perú fue destituido y encarcelado el presidente constitucional Pedro Castillo, y desgobierna una enferma llamada Dina Boluarte, con muy malos augurios.
Siguiendo el modelo, aquí no sería el cornudo, sino la tontita. Éste va por el achique, no por la grande.