El 11 de junio, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció que la cervecera Heineken abrirá una planta en el municipio de Kanasín, en Yucatán, con una inversión de dos mil 700 millones de dólares, pero especialistas y locales temen que se agrave la disponibilidad del agua en la entidad.
Yucatán ha enfrentado un aumento en la demanda de agua por el crecimiento de proyectos inmobiliarios en Mérida y diversos municipios. Con la llegada de la planta de producción de Heineken se buscará producir 400 millones de litros de cerveza al año con agua del subsuelo de la entidad, lo que podría agravar la disponibilidad de este recurso.
En una investigación de Jaltún se mostró que la planta de Heineken se instará un macrolote donde ya existen empresas refresqueras, megagranjas porcícolas y desarrollos como una estación del Tren Maya, por lo que se podría agravar el estrés medioambiental en la zona.
En la región se encuentra el Anillo de Cenotes, donde se encuentra la reserva hidrológica más importante de la región, que suministra casi la mitad de toda el agua que se consume en la entidad y que tiene un volumen de recarga de hasta 30% por encima de la media del país, de acuerdo con el informe “Agua Amenazada” de la Fundación para el Debido Proceso, citado en el reportaje antes mencionado.
Un análisis de la organización Chak Saastal calculó que la empresa podría tener una capacidad de consumo de agua de un millón 40 mil metros cúbicos de agua al año, si se opera bajo los estándares actuales de la empresa, que son de 2.6 litros de agua por litro de cerveza producida. Esa cantidad de agua representaría una sexta parte del total del consumo de agua doméstica del municipio de Kanasín.