El número de víctimas fatales por las inundaciones en Texas ascendió a 82, de los cuales la mayoría se concentra en el condado de Kerr, donde hubo 40 adultos y 28 menores de edad fallecidos.
Los rescatistas continúan con la búsqueda de al menos a 41 personas desaparecidas, entre quienes se encuentran 10 niñas y una consejera de Camp Mystic, un campamento cristiano de verano solo para niñas a orillas del río Guadalupe, cuyo nivel de agua aumentó más de 6 metros en menos de dos horas.
El Consulado de México en San Antonio, Texas, ha brindado asistencia a 30 mexicanos, de los cuales 9 han solicitado apoyo para regresar a México. Además, 16 solicitaron la reposición de pasaportes por destrucción y 4 no hicieron ninguna petición, ya que son asistidos por agencias contratistas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había afirmado en un primer momento que la ayuda en caso de desastre debería gestionarse a nivel estatal. Sin embargo, el domingo 6 de julio firmó una declaración de catástrofe grave que permite liberar recursos federales para apoyar el estado de Texas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió que lluvias más fuertes podrían provocar inundaciones en Kerrville y sus alrededores, por lo que advirtieron a la población que no se acerque al río crecido y sus arroyos.
Según el experto en huracanes, Michael Lowry, parte de las causas de esta tormenta pueden atribuirse a la tormenta tropical Barry, ya que sus remanentes saturaron la la atmósfera a comienzos de la semana, llenándola de aire húmedo, que finalmente devino en fuertes lluvias.