Yo siento amor carnal por México, con los altibajos de la pasión: quemadura y embeleso.
Pablo Neruda
Se podrán decir muchas cosas de la muy famosa Salma Hayek. Puede gustarnos o no su estilo, su glamorosa vida como esposa de uno de los magnates de la moda mundial, su actuación en el cine. Pero nadie podría negar su amor a México, su orgullo y pertenencia a esta patria que ha demostrado de muchas formas, entre ellas con el lenguaje y su afinidad con diversas manifestaciones culturales y hasta en la defensa de los migrantes. Hace unos días la vimos en su Veracruz del alma, al que nunca ha dejado de visitar. Sólo Veracruz es bello, mencionó la conocida frase al salir de tomarse un delicioso café lechero en La Parroquia junto a la admirada actriz Angelina Jolie, a quien llevó a conocer su querida tierra natal.
Las imágenes hablan por sí solas. Una Salma feliz, moviéndose como pez en su agua, pasando unos días entre deliciosos mariscos y palmeras borrachas de sol. Algunos internautas dijeron que un proyecto millonario se trae entre sus pobladas cejas y que no permitió fotos con sus fans. Pero eso no le quita al orgullo con el cual muestra su tierra este verano, pues con su visita a varios municipios pone a México de relieve en muchas partes del mundo. Usted me dirá que venía con guarros armados hasta los dientes, pero aun así, su presencia es extremadamente mediática. Hasta en Catemaco anduvieron encantadas. ¿Vendrían por una limpia? Lo cierto es que Salma causó revuelo, pues sus palabras, su melena ensortijada, el color de su tez, son un homenaje a sus raíces. Al venir a vacacionar a Veracruz este verano junto con otra celebridad igualmente mediática, Salma refleja la importancia de querer a México.
Querencia digo; porque necesidad no tiene Salma de andar por acá con sus glamorosas amigas, pudiendo estar en cualquier lugar del mundo. Vea sino a cuantas actricitas mexicanas, hablando y mal el inglés, para verse cosmopolitas, olvidando su origen. Y no sólo las actricitas, así empresarios y gente que usted y yo conocemos, escribiendo todo en inglés y vacacionando en el extranjero, sin conocer su país. Uf. No sé usted, pero yo pienso que uno de los peores males de México es esa falta de amor por lo nuestro. Quien ama no daña. Sea gobernante, funcionario, empresario, ciudadano. La corrupción, la violencia, la injusticia, la indiferencia, la basura; vienen de la falta de amor, de la falta de conciencia para reconocer que esta es la tierra que nos alimenta y debemos empezar por quererla,
Empecemos conociendo nuestro país, apreciando sus bellezas, incluso doliéndonos con sus heridas. Es verano y cada quien lo vive a su manera. Tiempo del bendito y necesario ocio, bueno para descansar, pasear, convivir o quedarnos en casa a limpiar cajones. Las cuentas de las redes sociales se llenan con fotos de personas que olvidan sus inhibiciones para mostrarse gozando de la vida en paradisiacas playas o en bellos paisajes urbanos. Viajeros y turistas (porque hay diferencia entre ambos) enviando imágenes de los lugares más visitados.
Dime que haces con tu ocio y te diré quién eres, dicen por allí. Y no se trata de dinero sino de cultura, porque conozco gente dinerosa que ha visitado el Valle de los Reyes donde fue descubierta la mismísima Tumba de Tutankamón en Egipto, pero no refleja en su conversación la experiencia vivida porque sólo fueron a tomarse la foto sin aprender del viaje, ni siquiera disfrutarlo. Mientras también tengo amigos, capaces de hacer de una visita a nuestro Tula mágico, una vivencia excepcional, aleccionadora y revitalizante. Porque es nuestra mente, nuestros ojos, nuestra voluntad, nuestro conocimiento, lo que hace la diferencia en el viaje.
Y luego están los niños. La importancia al elegir los destinos para vacacionar en familia. Porque también conozco muchos papás que cada año ahorran para “cumplir el sueño” de llevar a sus pequeños a Disneylandia. Y está bien si pueden y son felices. Además al visitar otras tierras también podemos valorar lo nuestro. Pero primero lo primero. La mejor manera de enseñarlos a amar a este maravilloso país es conociéndolo, recorriéndolo, sintiéndolo. Hay tanto que mostrarles en nuestra tierra: Finalmente ellos serán los que dirijan los destinos de la patria. En medio de escenarios tan complejos, enseñarles el amor a México es sembrar paz para el futuro. Visto así, el amor a nuestro país puede ser un asunto de seguridad nacional.
Este cálido verano en nuestro México nos ofrece muchas alternativas para darle vacaciones al estrés cotidiano. Entre ellas el llamado turismo verde con un infinito potencial de actividades. El verde relax recomendado por los especialistas en este convulso mundo donde la prisa y las crisis diversas nos agobian. Vacaciones verdes, cada día más solicitadas, por los jóvenes principalmente, quienes quieren desconectar de la rutina sin el ajetreado ruido del turismo cosmopolita. Incluso se dice hay ejecutivos dispuestos a pagar cantidades millonarias por un fin de semana verde que incluya por ejemplo los muy famosos “Shinrin Yoku”, baños forestales iniciados en Japón para tratar el desgaste profesional. Nosotros acá sin gastar casi nada, tenemos lugares muy cerca para darnos terapéuticos baños verdes. ¿Qué No?
En suma y volviendo con doña Salma, bien por sus vacaciones veracruzanas. Nosotros no tendremos su imperio, pero tenemos lujos muy poco valorados, poco conocidos incluso. Es necesario conocer, reconocer y amar a México, a Tamaulipas. Hoy y siempre. Las vacaciones llegaron en un verde verano que ofrece una tregua para el mundanal fragor y el ajetreo. Estemos donde estemos, disfrutemos la vida única.
(LG/AM)