La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, hizo saber este miércoles en X que “escuchar a las comunidades es prioridad. Visitaremos la Bahía de Ohuira, como me comprometí en agosto. Desde @SEMARNAT_mx reafirmo nuestro compromiso para dialogar con quienes defienden sus territorios”.
El compromiso, como se publicó en la entrega de esta columna el pasado martes, fue hecho por la servidora pública el 30 de mayo y, conforme a lo expresado en X, probablemente se cumplirá dos meses y dos semanas después. Será plausible la realización de esa visita, a la luz de los tres incumplimientos de María Luisa Albores, cuando era titular de Semarnat, y uno de Adán Augusto López Hernández, cuando estaba en Gobernación. Importante, que de viva voz puedan expresarse las comunidades ya afectadas por una planta productora de amoniaco contra la que llevan luchando más de una década, sin que positivamente se les haya escuchado y atendido por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno.
Sin embargo, es probable que el viaje de la secretaria Bárcena se tope con la realidad predeterminada por las autoridades que durante el sexenio pasado (del presidente López Obrador) inhibieron la visita a la Bahía de Ohuira y fueron autorizando y validando cuanto pudieron, y que en la presente administración han acelerado la aprobación fáctica no sólo de una planta de amoniaco, sino de varias empresas tóxicas, de capital extranjero, en un virtual corredor industrial que está instalándose a toda velocidad y con permisividad absoluta en aquella región (esto, en la administración Sheinbaum, al amparo de los ultraliberales polos de desarrollo, uno de ellos en Topolobampo).
Dejar correr el tiempo sin escuchar ni dialogar con el movimiento Aquí No, que se opone a la planta de amoniaco y a otros proyectos industriales tóxicos, y defiende el medio ambiente, ha servido para que legalmente, formalmente, avancen dichos proyectos.
En un ambiente social siempre bajo amago de grupos criminales asociados con políticos impulsores de la planta en mención, con condicionantes arreglos de publicidad con medios de comunicación, y el apoyo abierto de los gobiernos federales, anterior y actual, del estatal encabezado por Rubén Rocha Moya y del municipal de Ahome, no sólo el amoniaco amenaza a la Bahía de Ohuira, a la que se pretende condenar a ser sacrificada en aras de inversiones extranjeras en una industrialización colonizada.
Aparte de las movilizaciones de los opositores nativos, es de destacarse que en ámbitos internacionales hay un activismo en contra del desastre ambiental que podría suceder en la Bahía de Ohuira. Alemanes que exigen al financista del proyecto de capital suizo y alemán, el Banco de Crédito para la Reconstrucción (KfW), que detenga el apoyo económico porque daña la biodiversidad y a los pueblos originarios (firmas de apoyo: https://goo.su/afxN ).
Durante los tres primeros días de la semana en curso, en el auditorio Digna Ochoa de la Ciudad de México se realizó el diálogo Mujeres indígenas, cuidados y medio ambiente, con la intervención de dirigentes de la resistencia en Ohuira, Melina Sandoval y Claudia Quintero; incluso esta última pronunció palabras de bienvenida e inauguración de las sesiones en que participaron organizaciones sociales, especialistas universitarios y miembros de la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, en especial la representante adjunta, Maia Campbell, y Astrid Puentes Riaño, relatora especial de la ONU sobre el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
Y, mientras llega hoy la hora de saber las decisiones del emperador Trump sobre aranceles a México, por lo cual ayer hubo una reunión más en Palacio Nacional de la presidenta Sheinbaum con el embajador de Estados Unidos, Ronald Johnson, y dos legisladores de este país, ¡hasta mañana!
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