En su programa matutino de espectáculos y farándula Venga la Alegría, tres encargados de la conducción, en congruente alborozo, anunciaron a la audiencia de Televisión Azteca que esta empresa, y el Grupo Salinas en general, habían patrocinado la cena de gala servida en honor del embajador de Estados Unidos en México, RonaldJohnson, el coronel en retiro que fue boina verde y ha servido como agente de la CIA (goo.su/26XIp).
En el acto hablaron Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, organización anfitriona, y el diplomático bélico, Johnson. También participaron el coro y la orquesta Esperanza Azteca, de la Fundación Azteca (presidida hace años y durante largo tiempo por Esteban Moctezuma Barragán, actual embajador mexicano en Washington).
A la reunión asistieron personajes de la oposición a la llamada Cuarta Transformación, como Jorge Romero, presidente nacional del PAN; Ricardo Anaya, ex candidato presidencial en 2018 del blanquiazul y ahora senador; la también legisladora Kenia López Rabadán; Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del INE, y José Ángel Gurría. Además, algunos dirigentes de cámaras empresariales y conductores de Televisión Azteca.
Del flanco morenista asistieron: la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Alicia Bárcena; el diputado federal Sergio Mayer, la ex presidenta de Morena y actual senadora Yeidckol Polevnsky, y el secretario general del Seguro Social, Jorge Gaviño.
El pasado 19 de enero, el Grupo Salinas ya había informado de otro de sus patrocinios, en esa ocasión al evento más importante de hispanos para recibir al gobierno de Donald Trump. Al acto, reportó, asistieron “el hijo del presidente Trump @DonaldJTrumpJr; los presidentes de Argentina y Paraguay, @JMilei y @SantiPenap; el senador por Texas @tedcruz; el empresario @VivekGRamaswamy”; el entonces inminente subsecretario de Estado, Christopher Landeau, y Ronald Johnson, propuesto para ser embajador en México (goo.su/A69Ucwq).
La alianza explícita del sector más beligerante del gobierno de Donald Trump con Ricardo Salinas Pliego es notable por cuanto este empresario ha ido elevando el tono de confrontación con la administración de la presidenta Sheinbaum y con la ejercida por Andrés Manuel López Obrador, en el contexto de un cobro fiscal que parece inevitable, de más de 70 mil millones de pesos.
Podría decirse que es poco diplomático, y muy faccioso y provocador, que el más peligroso de los embajadores enviados por Estados Unidos a México decida mostrarse, de forma tan abierta, enlazado y patrocinado por el más ruidoso de los opositores al gobierno en turno, quien ha ido desarrollando una agenda en Internet con tintes de exploración de las posibilidades electorales del citado Salinas Pliego, como carta del trumpismo y de la corriente conservadora a la que pertenece el argentino Milei.
Los patrocinios y alianzas de Salinas Pliego buscan proteger, en lo posible, o convertirlos en activos electorales, los desenlaces previsibles en cuanto al cobro de adeudos fiscales y la supresión, ya practicada desde el año pasado, de los convenios de publicidad para Televisión Azteca. En la ruta electoral hacia 2027 y 2030, Salinas Pliego y sus empresas apuestan a conseguir más respaldo, nacional y extranjero, a sus críticas a los gobiernícolas, que el descrédito y repudio que puede suscitar su colaboracionismo con personajes e intereses foráneos empeñados en dañar a la nación mexicana con aranceles y amagos de intervencionismo directo.
Y, mientras Trump sigue escarbando en busca de más formas de intentar el estrangulamiento de la economía mexicana como presión para negociaciones forzadas, en este caso el jitomate, al cual ha impuesto una cuota compensatoria de 17.09 por ciento, con la vista puesta, en particular, en Sinaloa, y con las secretarías mexicanas de Economía y Agricultura atribuyendo el golpe a razones políticas, ¡hasta mañana!
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