Gloria Guadalupe Segura Colunga nació el 22 de noviembre del 2000. Era la hija más pequeña del matrimonio conformado por Juan Carlos y Sanjuana, una familia humilde, radicada y originaria de Guanajuato. Laura Ivonne, Alma Delia, Karla María, Eleuterio y Gloria Guadalupe se educaron siempre con amor, con respeto; les enseñaron a salir adelante trabajando, con honestidad.

“Bola”, como cariñosamente la llama su familia, fue madre el 14 de diciembre de 2017. Nació Carlitos. Al estar tan pequeñito, su abuelo le empezó a llamar “pollito”, por lo que así lo llaman hasta hoy. El padre del pequeño nunca se quiso hacer cargo del inocente, por lo que se registró solamente con los apellidos de su mamá: Segura Colunga. La vida no era fácil para esta familia; sin embargo, Gloria no perdía su buen humor. Gente buena, que mantenía lazos estrechos entre hermanas y sus padres.
Gloria, en 2020, conoció a una persona que la enamoró, quien la convenció de irse a vivir con él al Estado de México. Al ser adulta, sus padres no pudieron oponerse a que se marchara. En aquel momento se fue sola. Pollito se quedó con sus abuelos y tías.
Al llegar al lugar donde viviría, les avisó a sus padres; solamente les dijo que vivía en Zumpango, por el aeropuerto “nuevo”. Los meses pasaron; todos los días hablaba con su familia, con Carlitos, estaba siempre pendiente de ellos.
Lamentablemente, en 2021, Sanjuana se enfermó. Se contagió de una bacteria que la mantuvo muy grave; por ello, le pidió a Gloria que fuera por Pollito, porque le era imposible cuidarlo. Cada una de sus hermanas ya tenía su propia familia, y Gloria tenía que responsabilizarse de su pequeño. Así nos lo hicieron saber sus padres.

Gloria fue, en una visita muy rápida, por el niño. No se llevó nada más que un cambio de ropa de Carlitos, su ropa, sus dinosaurios que tanto le gustaban y que de a poco se los fue regalando su abuelo amorosamente, el uniforme del kínder, zapatitos, su vaca Lola. Todo se quedó en casa de sus abuelos. “Allá le voy a comprar todo nuevo”, le hizo saber Gloria a su mamá. Tomó al niño de la mano y se fueron.
Gloria dejó de comunicarse con sus hermanas; con la que nunca perdió el contacto y la costumbre de llamarla fue con su mamá. Las hermanas se preguntaban por qué esa acción. “Cuando éramos niñas y aquí juntas, nos peleábamos, pero nunca nos dejamos de hablar”, recuerdan las hermanas. “Yo digo muchas groserías, en una ocasión que me llamó, me dijo: ‘Te voy a pedir que dejes de hablar así conmigo, yo ya cambié muchas cosas’”, rememora Karla.
En Semana Santa del 2022, el viernes de Dolores, llegó Gloria con Carlitos y su pareja, a quien sólo conocieron como “Sergio”, un señor que le doblaba la edad a la jovencita de entonces 22 años. “Llegó muy cambiada, el hombre no la dejaba sola en ningún momento; si iba al baño, la esperaba afuera. Venía muy seria, y ella no era así, no era muy cariñosa, pero sí sonreía”. “Pollito tenía una relación, antes de irse, muy estrecha con su abuelo, era muy cariñoso con él. Cuando regresó, era otro: no se despegaba de su mamá. Si le ofrecían algo, o cuando su abuelo lo quiso abrazar, el niño temeroso volteaba todo el tiempo, buscando la aprobación del hombre”, comentan las hermanas.
Intentaron alejarla de él para ver si les decía algo, sin embargo, el sujeto no se los permitió. No estuvieron mucho. Llegaron el viernes y el sábado, apresuradamente, se fueron. Esa fue la última vez que los vieron físicamente.
El 18 de diciembre de 2022, Gloria dejó de comunicarse con su mamá. Le marcaban a los diferentes números de los que les llegó a llamar y no tenían respuesta.
Karla acudió a la Fiscalía en León, Guanajuato, para poner la denuncia por la desaparición de Gloria y Carlitos. Le negaron la atención, indicándole que tenía que ir al Estado de México, porque los hechos se habían dado allá. Una activista, que se encontraba en la Fiscalía, se acercó a ella y la apoyó para que le tomaran la denuncia.
La apertura de la denuncia se envió al Estado de México, a la Fiscalía de Desaparecidos. En mayo de 2023, la Fiscalía del Estado de México, la Lic. Ana Karen Jiménez Martínez, llamó a Karla para informarle que le harían confronta al ADN que sus padres habían aportado en León, con una femenina que tenía características similares a su hermana Gloria. Más nada.
Nunca volvieron a comunicarse con ella. Fue hasta mayo de 2024 que nuevamente Ana Karen le informó que sí, era su hermana. Un año dos meses después. Permitió esta ex ministerio público que la familia viviera el infierno de no saber nada de ella durante un año, cuando ella tenía conocimiento desde mayo de 2023.
El 14 de enero de 2023 se localizaron los cuerpos de una mujer y un hombre, en privada Orquídea 304, fraccionamiento Los Encinos, en Zumpango, Estado de México. En el lugar había dos credenciales de elector: una a nombre de Gloria Guadalupe Segura Colunga y otra a nombre de Melecio Pérez Fabián. Nunca se investigó. Ahí estaba su foto, y la inhumaron en febrero de 2023 como no identificada. ¿Por qué ese nivel de indolencia de no investigar? ¿Qué motiva a las autoridades a no tratar de darles identidad, dignidad a las víctimas, sean quienes sean?
El 9 de mayo de 2024, Sanjuana y Karla acudieron a la Fiscalía para solicitar la devolución de los restos de Gloria. El 27 de junio de 2024, Alma Delia y Karla acudieron a la exhumación, la cual fue una tortura. Una vez más, la revictimización. El personal del panteón se negó a ayudarlas para exhumarla. Había tres cuerpos antes que ella, todos en bolsas, ninguno en ataúd, que la Comisión de Atención a Víctimas de la entidad pagaba a la Funeraria San Juan Izcalli. Alma, junto con el chofer de la funeraria y un chico de 16 años, llevaron a cabo la exhumación, sin ningún protocolo de salud. “Frida, me fui oliendo a muerto en el camión, porque tuve que sacarla de esa tumba”, con lágrimas recuerda Alma.
Tenemos infinidad de casos de niñas, niños, bebas, bebés; asesinados y arrojados a las calles. En nuestros recuentos generales en torno al tema del feminicidio abarcan muchos casos de niñas, bebitas asesinadas. Y también de niños, la mayoría de ellos por sus madres, padres, padrastros, madrastras, abuelas, abuelastros, abuelastras.
Miguelito, como en su momento le pusimos, fue un pequeño diferente. Desde el momento de su hallazgo. Estaba muy lastimado aquel 8 de febrero de 2023 que se localizó. Nos impactó, y de alguna manera percibimos que no era un tema de violencia familiar. Desde el primer momento lo consideramos parte de nuestros bebés. Hablé con la maestra Dilcya Samantha Espinoza de los Monteros para que se le diera el mismo trato que nuestros otros pequeños: Alejandra Arce trazó, una vez más, el rostro de otro pequeño. Regularmente estos casos los investiga la Fiscalía de Feminicidios, sin embargo, este caso lo lleva la Fiscalía de Homicidios de zona oriente.

Seguimos acompañando el caso junto con la maestra Dilcya. El caso de Gloria está lleno de inconsistencias, un crimen lleno de preguntas, y que tiene responsables. Eso lo debe investigar la Visitaduría, Anticorrupción. Porque nuevamente reitero: si hubieran investigado desde el principio, tal vez el inocente estaría vivo.
El 17 de abril de 2025, Karla y Alma acudieron una vez más a la Fiscalía de Homicidios. En esta ocasión ya no fueron solas, nosotros estuvimos todo el tiempo con ellas. En esta diligencia de reconocimiento fueron atendidas por el secretario particular del fiscal y su coordinador de asesores. Acompañadas de una psicóloga y su asesora jurídica de la CEAVEM, con gastos pagados por la misma Comisión.
El pasado sábado 26 de abril de 2025, con apoyo de la Comisión de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM), exhumamos a Carlitos del lugar donde amorosamente lo habíamos llevado, esperando justo este momento: que alguien lo reclamara. Llegamos a León, a las 7:00 de la noche. Lo entregamos a su familia físicamente.
Ya lo esperaban. Por la hora en la que llegamos, no podíamos inhumarlo de inmediato. Eso les permitió a sus abuelos, tías, tíos, primitos, velarlo. Rodearon su caja de sus dinosaurios que tanto le gustaban, su vaca Lola, un gatito que nosotros le regalamos, la foto de su mamá a un lado.
El 27 de abril, ya con el servicio de la funeraria de León, Guanajuato, lo llevaríamos a inhumar en el mismo panteón donde está su mamá. El panteón no quería darles el espacio; tuvimos que pelear con el supuesto encargado, solicitar el apoyo de la Comisión de Atención a Víctimas de Guanajuato. Grabarlo. Fue la única forma en la que accedieron a darnos un espacio para el pequeño. Las tías se derrumbaron. Eso fue lo que nos hizo pelear, exigir respeto, no íbamos a permitir que nuevamente las revictimizara.
Finalmente, fue inhumado ya en su tierra, cerca de su familia y su mamá. Pero este caso nos deja un amargo sabor de boca, de impotencia. De dudas. Como siempre, quienes deben hablar por ellas y nuestros bebés, son las voces, las familias. Les compartimos las cartas que redactaron los abuelos y tías de Carlitos, padres y hermanas de Gloria.
De: Mamá
Para: Pollin y bola
Como tu abuela que soy, le agradezco a Dios que llegaras a mi vida; y me diste la oportunidad de conocerte, fuiste un niño muy especial para mí, me diste la ilusión de verte crecer, y agradezco, con todo el corazón el tiempo. Hoy qué es otra cosa, mi corazón, tiene mucho dolor, y no tengo palabras para expresarme. Sólo que hoy tú y tu mamá se llevaron un poco de mi corazón.
Pero algún día los voy a volver a ver, y estaré con ustedes, como siempre he, estado, hoy, aunque pasen los días, los años. Nunca pasará el tiempo para mí; los amo y los quiero mucho. Pollín y bola, como yo les decía.
Y a ti hija, te agradezco, el tiempo y todo lo que vivimos, y sé, que estás palabras no son fáciles. Hoy sé que tú y tu hijo ya están juntos, no como yo hubiera querido, gracias los amo mucho. Y hasta pronto: de tu mamá.
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De: Papá
Para: Pollin y bola
Hola: Como tu abuelo que soy, no tengo palabras para despedirme, sólo que los quiero mucho, me duele su partida, el tiempo que estuvimos juntos, fue muy bonito, y muy especial para mí, nunca los voy a olvidar.
Algún día estaremos juntos; no tengo cómo expresarme. Espero que me entiendan. Que no sé cómo despedirme de ti hija y de ti mi nieto; sólo que los amo y los extraño, el tiempo me ayudará a ver las cosas. Que Dios me ayude, a comprender esto: Pollito no sé qué explicar de ti, no tengo cabeza para definir, lo que vivimos.
Tu hija no sé explicarme, por qué te fuiste; sólo que eras muy firme en tus decisiones, y que, algún día tengo la esperanza de verte otra vez, y estar juntos.
Gracias, los quiero mucho. Es hasta pronto; que Dios, me vuelva a dar, una oportunidad de verlos. Gracias.
Los amo. Pollin y bola.
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De: Karla
Para: Pollin y bola
¿Sabes hermana? Desde que te fuiste, sin saber a dónde fuiste; por qué tan de repente. Es una pregunta sin respuesta. Al perder contacto con ustedes creció un gran vacío en mi pecho, cuando pasaron los días, recordando los bellos momentos que pasamos como hermanas: y como tía fueron días felices, al saber que tenía una hermana, amiga, cómplice.
Te agradezco por esos momentos felices, te quiero mucho, y agradezco por haberte encontrado. Y haberte traído a casa.
A ti mi pollin; le agradezco a tu mamá por haberme dado la dicha de sentir, a un gran hermoso bebé, que su nombre es Carlos Alfredo, me diste la dicha, de haber pasado buenos momentos; me dejan un gran vacío, pero sé que van a estar juntos y felices los quiero mucho.
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De: Laura
Para: Pollin y bola
Sé que estas palabras, son muy difíciles para mí, como tu tía y hermana, sé que no es fácil lo que pasó, y no entiendo muchas cosas, pero siempre estarán en mi corazón como lo están todos ustedes.
Hoy no sé cómo explicar esto: lo único que sé, es que los quiero mucho. Siempre a pesar de todo esto, no sé, hoy trato de entender. Fueron muy especiales para mí, y a Dios agradezco que nos volvió a juntar, aunque no como lo esperábamos. Pero tú pollito eres un niño muy noble. Tú, bola eres una persona muy luchadora.
No es una despedida, sino, un, hasta pronto: porque sé, que algún día nos vamos a ver. No me despido porque no puedo, y no sé cómo hacerlo. Sólo sé, que los quiero mucho. Hasta pronto, de tu tía y hermana.
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De: Alma
Para: Unos seres queridos, que están en el cielo. Gloria y Carlitos
Hola, querida hermana. Te quiero decir que te extraño mucho a ti y a tu hijo, quedaron muchas cosas pendientes, con nosotros que eran buenas. Hubiera querido que siguiéramos juntos todos como familia que somos; los extraño mucho y nunca los olvidaré, hubiese querido que mi niño, hubiera crecido junto a nosotros. Pero bueno, no te reprocho nada, los amo mucho hasta donde estén. Espero un día encontrarnos y seguir en el otro mundo, como lo hubiéramos querido aquí. Dejan un vacío, tanto en mí, como con Juan. Los quiero mucho, y que gocen de la Gloria de Dios. Hasta pronto hermana y sobrino: Siempre estarán en nuestros corazones.
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Todavía, hay mucho qué hacer en torno a los crímenes, de los que fueron víctimas, Gloria y Carlitos. No podemos detenernos, sin saber la verdad. Y que, todo aquel servidor público, que cayó en negligencia, pague por tantas omisiones, violaciones graves. El ministerio público, encargado de la carpeta de Gloria, que nos conteste, por qué si estaba identificada, la desechó, en una fosa común.
¿Qué pensaste, cuando enviaste la carpeta a archivo temporal, Arturo Hernández Calzada, que nunca la reclamaría alguien? Alguien tiene que, dar respuestas a muchas interrogantes, debe ser a la familia, que una y otra vez, revictimizaron.
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las familias directas de las víctimas, que son las únicas autorizadas para hacerlo. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
(VV/AM)