Muchos años atrás un ocurrente de lo que era la oposición dijo que México más que socio era el patio trasero de los Estados Unidos, el sitio predilecto para dejar su mugrero, causó mucho disgusto, aunque el tiempo casi le da la razón, hoy más que patio trasero este país parece una colonia, el sitio donde, además de poder dejar sus desperdicios, también se producen sus esclavos.
Basta que truenen los dedos los del gobierno gringo para que ocurran muchas cosas en México, todas malas, es otra realidad que si allá les da una gripita acá padecemos una pulmonía, haciendo una analogía o metáfora con la economía.
Pero no solo es eso, también les producimos la droga y cada vez más nos hacemos sus consumidores de armas, tal vez, por si a ellos se les antoja jugar a las guerritas urbanas como ocurrió todo el sexenio de Felipe Calderón y continuó con Enrique Peña Nieto.
Como su colonia que casi somos, a los mexicanos nos dan la calidad de poca cosa en su economía a pesar de que les producimos riqueza, y mucha, tan es real que se estima que si los 40 millones de mexicanos que allá viven crearan una nación independiente le competirían a los propios Estados Unidos en poderío, ingresaría directamente a las primeras 10 naciones más ricas del mundo, pero ellos tan mal nos ven que cada que tienen problemas los primeros afectados son los latinos, y en primer lugar de ese grupo, los mexicanos, allí tiene la propuesta del presidente Donald Trump para crear un impuesto a las remesas, a más de 64 mil millones de pesos que llegan a este México lindo y querido por esa vía.
Por supuesto que nos usan a placer, a Trump un día se le ocurre imponer aranceles a al acero y aluminio, otro día nombrar terroristas a los carteles que allá alimentan, luego cerrar el paso a la carne, después que siempre no era para tanto, para posteriormente rematar con los impuestos a las remesas y así seguirá, hasta el agua y los migrantes son utilizados para desestabilizarnos.
No conformes con armar espectáculo mediático, también nos distrajeron tanto como quisieron, se crearon centros para recibir deportados, también se mandaron legisladores para cabildear el tema de las remesas, hay miles de militares en la frontera frenando la migración, entre muchas cosas que implican la pérdida de tiempo y dinero.
Más triste es que los presidentes gringos, cualquiera que guste mencionar incluido el de hoy, nada agradecen, a ellos no les interesa este país, antes por lo menos y bajo el agua trabajaron para frenar la violencia, ahora parece que hasta como laboratorio experimental en el uso de armas, de todos los alcances, somos utilizados.
Los hechos hablan más que mil palabras, dice el refranero, y en ese sentido hay que decir que los mexicanos, y los latinos en general, estamos peor que nunca, en el caso de este país apenas se va librando la violencia que se apoderó de nuestras calles y que fue alimentada con armas gringas, pero más aún, ante los problemas económicos que ellos atraviesan lo primero que se les ocurrió fue joder a los mexicanos, y lo hacen a pesar de las cifras escandalosas en ese sentido, ya le hablaba de los miles de millones de dólares que generan, se calcula que producen de 10 a 20 veces más de dinero respecto a las remesas que envían, que le repito la cifra, 64 mil millones de dólares que para México representa más dinero de que ingresa por venta de petróleo y muchas veces más que toda la inversión extranjera directa que recibimos.
Las remesas, para quienes lo ignoren, son los dólares que envían los mexicanos que trabajan en los Estados Unidos y significan la supervivencia de miles de pueblos en México, el cuarto distrito en Tamaulipas, la zona de Llera, Ocampo, El Mante, más San Carlos, Padilla, San Nicolás, Jiménez y Abasolo viven prácticamente de ellas, en ese sentido hay que decir que significan la posibilidad de que millones de mexicanos coman algo durante el día.
Eso es, en resumen, lo que le da Estados Unidos a México, mal trato, abuso y ya ni siquiera somos su patio trasero porque no cuidan de nuestra seguridad, ahora somos su colonia, quizá, le repito, hasta su laboratorio para medir los daños de las guerrillas urbanas, de la delincuencia, por supuesto, de la letalidad de sus armas.
Ahora, en México la respuesta no siempre ha sido la adecuada sobre este mal trato, hoy parece que las cosas se hacen bien, se intenta frenar el daño con las remesas, pero más que eso, también hay un plan México, igual hay que decirlo, este último requiere reforzarse, crear un proyecto de nación real que parta del mismo, digo, todo trabajo es bueno para conservar lo que tenemos en este momento, pero si piensan fincar nuestro futuro en las remesas y no se hace nada por comenzar el desarrollo desde nuestras capacidades y potencial otra vez quedará claro que la clase política de este país anda mal y nuestro futuro no será nada bueno…
(MV/AM)