Instrucciones para atravesar la noche:
En la vigilia nocturna, que provocan en un lado los pendientes de ayer, que van desde lo que debo, hasta lo que espero y no ha llegado; y en el otro, ya bien metida dentro de la noche, el pendiente de que mi nave vuelque, que las olas del océano oscuro devoren mi barquita, y que, como muchos, ya no alcance a llegar a la otra orilla. Nunca nadie está tan sólo como cuando le toca atravesar despierto las corrientes crecidas de la noche. Dentro de esas horas náuticas veo atrás toda mi vida; lo que no conseguí, lo que se me dió, la guerra, las horas de amor, y las heridas. Hora de hacer cuentas; o salgo a flote con mi razón, o naufrago con mis culpas. Ya de madrugada, en la luz azul que antecede al otro día, alcanzo a levantar el brazo y a decir adiós al universo con la mano, mientras mi barca se hace galeón y cruje potente entre el sueño del océano.
Tuve muy mala noche. Voy a dejar de escribir cuando menos por un tiempo. Muchas gracias.
(EC/AM)