Por: Marco Antonio Vázquez Villanueva
La mujer se movía apasionada, cantaba a todo pulmón, se divertía como cualquier mortal está dispuesto a hacerlo un sábado por la noche.
Por supuesto, ignoraba que sus movimientos, esa pasión que le puso a las canciones cursis, provocaría tormentas, sin saberlo, les daba carne a los leones, a quienes la persiguen desde que tomó protesta en su cargo como Secretaria de Educación en Tamaulipas.
Era Lucía Aimé Castillo Pastor en un concierto de una mujer que se hace llamar María José, y de contexto, todo el resto, las redes sociales impulsadas por los hombres y mujeres del pasado que odian ver a la gente feliz y difundían un video de ella bailando y cantando con todo lo que podía.
Extraño, su felicidad provocó mucha indignación, obvio que se sabe por qué, y también el origen de quienes le daban o patrocinaban el vuelo que se dio al video de sus bailes, no hay secreto, se sabe que todavía hay quien sueña con arrebatarle el cargo y alimenta toda clase de actos de la Secretaría para intentar desprestigiarla
Por ello en las redes sociales y los grupos de WhatsApp se dieron gusto diciendo que era insensible que ella bailara mientras los maestros protestaban por la Ley del ISSSTE, otros dijeron que era una grosería que se exhibiera tan contenta mientras los maestros sufrían por quién sabe cuántas cosas, en sus cambios, pagos, vaya pues, todos olvidaban que esos supuestos daños ya ni existen porque la presidenta frenó la reforma mentada.
Entonces, pues la realidad es que Lucía Aimé es lo mejor que le pudo haber pasado al sistema educativo de Tamaulipas, por eso duele que perdure en el cargo, porque toda su vida se la ha pasado en el sistema educativo, por primera vez se ve rumbo y ha frenado los apetitos de algunos que pretendían seguir saqueando presupuestos para favorecer a los mismos de siempre.
Otra verdad es que Lucía Aimé es una mujer con todos los derechos a salvo, que puede perfectamente pagarse las entradas a un concierto de ese tipo, que sus bailes los realizaba en sábado por la noche, más aún, que a ese mismo concierto fueron cientos de maestros.
Exacto, lo que hizo la Secretaría de Educación es un acto muy humano porque tiene todo el derecho a divertirse, lo único que le podemos reprochar son sus malos gustos musicales, pero nada más, vaya pues, no le podemos exigir amargarse nomás porque a los hombres del pasado se molestas, peor aún, porque los presupuestívoros la andan cazando, o nomás porque algunos espantados creen que en los cargos públicos deben estar hombres y mujeres puros y castos o porque los hipócritas nos quieren hacer creer que deberíamos tener a Santa Lucía en la SET y no a una mujer apasionada, tanto en su cargo como en la vida diaria, como a la que ahora tenemos y, le insisto, ha sido lo mejor que pudo pasarle a Tamaulipas, aún con sus pésimos gustos musicales…