Por: Francisco Ramos Aguirre
Ciudad Victoria es uno de los espacios más poéticos de Tamaulipas. Entre sus calles, plazas, veredas y zonas arboladas se respira la creación literaria en metáforas, nostalgias amorosas, pasiones, alegrías, soledades, canciones, aromas de versos mágicos, leyendas y cuentos. La sensibilidad victorense se refleja en los autores que cultivan y cosechan los frutos del género poético, por ejemplo Altaír Tejeda de Tamez, Marisa Avilés, Alejandro Rosales Lugo, Arnulfo Martínez, Nohemí Sosa, Renato Tinajero, Juan B. Tijerina, Francisco de P. Arreola, Lorena Illoldi, Noraileana Esparza, Lizette Álvarez y muchos más.
En Ciudad Victoria las aves, entre ellas las urracas, cotorros y cenzontles son parte fundamental de su entorno al pie de la Sierra Madre Oriental. No sabemos cuando llegaron esos pájaros de plumaje negro llegaron a este territorio, pero sin duda lo hicieron a través del cielo y desde entonces, representan un adorno y se convirtieron en uno de los símbolos culturales de la capital tamaulipeca. Lo cierto es que los poetas y escritores de la localidad abordan con soltura y creatividad este tema en sus trabajos literarios.

Hoy vamos a referirnos a la trayectoria de Lupemaría de la Garza Ferrer, quien desde su etapa infantil a partir de la década de los cuarenta del siglo XX ha regalado gran parte de su tiempo al arte y cultura, sin fines de lucro. Nació en Villa Hermosa, Tabasco (12 de diciembre de 1940), donde radicaba su familia por motivos de trabajo. Hija de Enrique Lázaro de la Garza Rodríguez (originario de Soto la Marina), ingeniero agrónomo egresado de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo y María Isabel Ferrer. Su formación profesional es muy variada: Maestra de baile, artista de teatro, declamadora, poeta, novelista y cuentista.
Realizó estudios de primaria en el Colegio Antonio Repiso y las escuelas Lauro Aguirre y Leona Vicario. Posteriormente en la Escuela Secundaria Normal y Preparatoria de Tamaulipas, cursó la carrera de maestra normalista. Desde niña se inició en la escritura de poesía, cuentos y declamación de poemas de Juan de Dios Peza y Amado Nervo. Su primer maestro de declamación fue su padre, quien tenía enorme habilidad como maestro y narrador de historias. En la década de los cuarenta declamó ante el gobernador Raúl Gárate Legleú quien le otorgó una medalla de oro.
Durante su adolescencia actuó sin recibir remuneración económica en obras de teatro y participó como declamadora en numerosos actos cívicos, ferias, aniversarios, carnavales, festivales y ceremonias organizadas por los gobiernos municipal y del estado. La mayoría de sus actuaciones fueron en el Gran Teatro Juárez, Cine Teatro Juárez, auditorios y escuelas de la localidad. Cuando tenía nueve años de edad, actuó en la obra de teatro Blanca Nieves.

Cuando descubrió sus aptitudes artísticas, se trasladó a la capital del país donde estudió Ballet Clásico con los maestros Sergio Hunguer y Laura Urdapilleta -bailarina, maestra, coreógrafa integrante del Ballet Clásico de México, originaria de Jalisco- en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Lo mismo con el maestro español Oscar Tarriba de quienes recibió enseñanzas de Ballet Folclórico y Danza Española. Ahí entabló relación artística con el Dueto de baile Corona y Arau integrado por Sergio Corona y Alfonso Arau.
Regresó a su solar natal y abrió con su hermana Gladys La Academia de Baile Lupemaría en el 19 Hidalgo, donde se inscribieron jóvenes y niñas de la localidad. En los años cincuenta a petición del gobernador Norberto Treviño Zapata, participó en el diseño de la cuera tamaulipeca para mujer -falda corta y sencilla de gamuza-, designada por el congreso local traje típico de la entidad. Fue maestra y Directora de Danza del Instituto Tamaulipeco de Bellas Artes.
El periodista Arturo Mancha la llamó “La Artista Predilecta de Ciudad Victoria…encantadora que respira por sus poros su innato arte. ” En la década de los ochenta se presentó en el programa televisivo de noticias Hoy Mismo de Guillermo Ochoa que se transmitía en Canal 2 donde millones de mexicanos y de otros países la escucharon declamar varios poemas tamaulipecos. Su primer libro de poemas Luces de mi Infancia, se editó en la Imprenta El Lápiz Rojo con el sello del Instituto Tamaulipeco de la Mujer e Instituto Tamaulipeco de la Juventud, donde aparecen algunos de los poemas que escribió en cuadernos cuando era niña.
En 1956 actuó en el Teatro de Palacio Federal donde recitó la poesía La Indita, durante una velada literaria en honor de la Virgen de Guadalupe que agradó mucho al obispo de Tampico. El prelado le solicitó que grabará un disco de poemas sobre las apariciones de la Virgen del Tepeyac. Definitivamente sus poemas más famosos y de más agrado para ella son Las Urracas de Ciudad Victoria y La Leyenda del Río San Marcos. A principios e los años sesenta, empezó a ensayar algunas ideas que al paso del tiempo la llevaron a publicar varias novelas y cuentos.
Su vasta obra literaria está integrada por una docena de libros en los géneros de poesía, cuento y novela. Poesía: Luces de mi Infancia, Luces de Juventud, Luces en el Camino, Siguiendo la Luz y Gracias por tu Luz. Novela: Bajo la Ceiba, Cuatro Vidas, Cerca del Cielo (ambientada en San Carlos, Tamaulipas), Número 12, Número Mágico (preferida del ingeniero Américo Villarreal Guerra) y otras.

Su obra aparece publicada en varias antologías entre ellas Tamaulipas una Literatura a Contrapelo de Orlando Ortiz. Forma parte del libro Mujeres que han dejado testimonio en Tamaulipas de Carmen Olivares Arriaga y Altaír Tejeda. Por su parte Carlos González Salas en su libro Historia de la Literatura en Tamaulipas (tomo 3), la describe como una poetisa que “…también supo vibrar con los ideales patrios y enhebró encendidos versos a su tierra natal.”
En 1960 contrajo matrimonio con Antonio Pedraza, un popular personaje empresario y deportista que por muchos años practicó béisbol y tenis con los jóvenes de aquella época muy recordados en Victoria. Entre ellos José Sulaimán Chagnón, Merced Alvarado, Tití Torres y otros. Actualmente tiene un canal de youtube donde declama sus poemas y platica leyendas de Ciudad Victoria.
(Carlos González Salas/Historia de la Literatura en Tamaulipas/tomo 3/1985; Entrevista de Arturo Mancha/Revista Victoria/1961/; Diccionario Biográfico de Tamaulipas/Juan Fidel Zorrilla y Carlos González Salas/1984;)