Por: Fortino Cisneros Calzada
De mal en peor va la oposición política en México. Inmersos en el pantano de la corrupción que se ha probado y comprobado de forma reiterada, y sin argumentación sólida, ahora salen a la palestra para buscarle tres pies al gato con la descalificación de Pablo Penilla como abogado del Mayo Zambada y ligarlo al Movimiento de Regeneración Nacional en el cual ocupó un cargo de asesor, que nada tiene que ver con su nueva encomienda y que de ninguna manera estropea la imagen del partido en el poder.
Por principio de cuentas, todo procesado tiene derecho a la asistencia de un profesional del Derecho que lo asista en su defensa. Legalmente, la defensa en juicio es un : “Derecho humano por el que toda persona, durante un juicio o procedimiento administrativo, puede defenderse adecuadamente de cualquier alegato, acusación o prueba que se establezca en su contra”. Y, más allá, todavía: “Si el acusado no puede pagar los servicios de un abogado privado, el Estado nombra un abogado defensor público o de oficio para que asesore y represente al acusado durante el proceso penal”.
Si el acusado, en este caso Zambada, tiene recursos para ello, buscará contratar el mejor abogado para que lo defienda de las imputaciones y pruebe su inocencia. Para el caso dejan de ser irrelevantes su origen, raza, color, preferencias personales, filiación política o confesional. Lo que importa es que sea un excelente profesional del Derecho y que tenga las habilidades necesarias para una dura lid en los tribunales.
Que haya desempeñado el cargo de asesor en la campaña por la presidencia de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, es intrascendente y no alcanza a percudir a la presidenta de México que, además de ser una gran mujer, se desempeña como uno de los líderes políticos más sólidos en el mar embravecido de las asechanzas que se ciernen sobre el país. Fue llamado a fungir como asesor por sus dotes como tribuno y su dominio del Derecho. Lo demás es lo de menos.
Descalificar a Pablo Penilla o a Morena porque ahora defiende al Mayo vendría resultando igual que condenar a Diego Fernández de Ceballos por defender a los casineros, o a Javier Coello Trejo por representar a Cabeza de Vaca, ni uno es tahur ni el otro pillo. Son abogados y como tales son llamados en reconocimiento de su habilidad para el ejercicio del Derecho y su empeño en la procuración de que sus clientes salgan lo mejor librados posibles.
Tan ridícula es la posición de los paniaguados, que ellos mismos encomian el quehacer profesional del Lic. Penilla. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, informó que en el 2023 el Partido Acción Nacional reconoció la trayectoria profesional como abogado de Juan Pablo Penilla Rodríguez y hasta lo distinguió como Embajador por la Paz. Ahora descalifican al tamaulipeco porque contribuyó al triunfo de Morena. ¡Pos que tristes argumentos y qué escasez de materia gris!