Por: Alejandro de Anda
LO OSCURO. La muy precaria salud del papa Francisco, líder de la Iglesia Católica, tiene implicaciones diversas que trascienden el ámbito eclesiástico; afectando a la sociedad mexicana y sus dinámicas políticas.
Según el censo de 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alrededor del 77% de la población mexicana se identifica como católica, lo que implica aproximadamente 93 millones de personas en un país con más de 126 millones de habitantes. Este porcentaje subraya la relevancia del Papa en la vida cotidiana de una gran parte de la población mexicana.
La salud débil del Vicario de Cristo influirá en la dinámica de asistencia a las iglesias. Los estudios indican que, durante periodos de incertidumbre sobre la salud de líderes religiosos, se ha observado un aumento del 20% en la afluencia a las misas y ceremonias religiosas. Esto se relaciona con un deseo de los fieles por buscar consuelo y unidad durante momentos de crisis.
El caso del Día de la Virgen de Guadalupe, que atrae alrededor de 10 millones de peregrinos cada año, se notaría una mayor afluencia si los fieles perciben una inminente pérdida del liderazgo papal, dada su relevancia en la espiritualidad del pueblo mexicano.
La figura del Papa ha sido crucial en la articulación de respuestas a problemas sociales, como la despiadada ola de violencia y la pobreza y los más de 30,000 desaparecidos por motivos de violencia (datos de ‘El Economista’). Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que el 62% de los católicos mexicanos confían en que la Iglesia puede influir positivamente en la disminución de la alta presencia de los grupos violentos. Cualquier debilitamiento del liderazgo papal podría llevar a una disminución en las iniciativas de la Iglesia para abordar estos problemas, lo que afectaría la percepción de la Iglesia como un actor social clave.
La salud del Papa también influye en las políticas públicas y en la cooperación entre el gobierno mexicano y el Vaticano. En el ámbito internacional, las relaciones entre países pueden verse diezmadas por la dirección que tome la nueva elección de un pontífice. Durante su papado, Francisco ha tratado temas como la migración y los derechos humanos; temas relevantes para México.
Especialmente considerando que, en 2022 más de 250,000 migrantes se registraron cruzando por el país según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
Un nuevo pontífice puede cambiar la narrativa global sobre los problemas que enfrenta nuestro país. Según la encuesta realizada por Pew Research Center, el 58% de los mexicanos considera que la imagen de su país en el exterior está directamente relacionada con la postura del Papa en temas sociales.
El estado de salud de Francisco no es un asunto menor desde la perspectiva mexicana. Representa un fenómeno sociocultural que se manifiesta en México de diversas maneras. Si bien su enfermedad afecta a los fieles en el ámbito personal y espiritual, también tiene repercusiones más amplias en la sociedad mexicana, desde la asistencia a los servicios religiosos hasta la influencia en políticas sociales y relaciones internacionales. La conectividad entre la salud del pontífice y la vida de millones de mexicanos reafirma la importancia de su papel no solo como líder religioso, sino también como figura influyente en una de las naciones más católicas del mundo.
Es crucial que tanto la Iglesia como la sociedad civil se preparen para los posibles cambios en el liderazgo pastoral, garantizando la continuidad de la misión y el compromiso social que ha caracterizado a la Iglesia Católica en México.
COLOFÓN: Seamos o no, parte de ese 77% del espectro nacional que acoge al catolicismo como una fuente de inspiración, la sensibilidad y humanismo del representante del catolicismo lleva implicaciones grandes a la continuidad de la fortaleza de los mexicanos, donde anclan sus esperanzas en un mejor futuro
en los hombres de fe.
Apostemos por continuar con la luz espiritual de los que desean buenas cosas para la humanidad. Que sea para bien el futuro de Francisco I. El representante clerical latinoamericano.
México… siempre fiel.
