Por: Marco Antonio Vázquez Villanueva
El pleitazo que se traen en Reynosa cada día sube de tono y nomás exhibe las miserias de los participantes, por un lado, el alcalde Carlos Peña Ortiz pretendiendo joder al más jodido, imponer cobros muy altos a vendedores ambulantes, pero no crea que se salvan los grandes comercios o empresas de mediano o buen tamaño, no, nadie se escapa y es que el edil anda insaciable desde que se quiere casar con una mujer.
Por el otro lado están los Diputados locales que fueron electos en esa localidad, estos le han dado reversa a una Ley de Ingresos de ese municipio que ellos mismos habían aprobado el año pasado, quien sabe si por ignorancia o descuido, pero los cobros estaban dentro de lo establecido por la misma, ahora los legisladores han impuesto otras cuotas, más baja, eso si y hay que reconocerlo, lo que no se sabe es si sus acciones cumplen con lo establecido por la legislación o únicamente son pretendiendo hacer ver mal al alcalde y por eso actúan de manera arbitraria.
Una realidad es que en Reynosa la familia Peña Ortiz ya tiene 9 años en el poder y no han hecho nada bueno que resalte en ese municipio, al contrario, sigue siendo un muladar, las obras no han servido para nada, vaya, hasta las sospechas de saqueos, cuentas públicas rechazadas, más otras denuncias existen en contra del propio alcalde, esos han sido su sellos distintivos o, ¿ya se le olvidó que todo el año pasado se la pasado amparado por la compra sospechosa de un rancho y que faltó poco para que lo sacaran de la contienda electoral por ese mismo motivo?.
Ah, también hay que hablar de la terquedad de la Senadora y madre del presidente municipal, Maky Ortiz, por pretender la gubernatura del Estado lo que le ha traído más problemas que beneficios al municipio bajo su falda protectora, nunca entendió que es positivo tener ambiciones, soñar con el cargo más honroso para un tamaulipeco, intentarlo incluso de la forma como ella lo hizo, todo eso era, es, válido y nunca generó problema alguno, lo que si causó daños fueron las posteriores actitudes de doña Maky, traicionó cuando invariablemente le decían que no, que no podían confiar en ella o existían mejores cuadro para esa candidatura, cuando eso ocurrió hizo hasta lo imposible por descarrilar a los triunfadores de las contiendas internas de sus partidos o de los que quería abanderar, por darle un ejemplo, atacó sin muchos miramientos al actual gobernador luego de que Morena y aliados lo eligieron de candidato al cargo que hoy ocupa.
Los Peña Ortiz andan mal, muy mal, pero lo más triste para los reynosenses es que las acciones de los Diputados tampoco tienen algo que ver con un corazón bondadoso o sumado a las minorías necesitadas, los legisladores locales solo actúan por joder a su ahora enemigo político y queriendo ganar una futura candidatura a la presidencia municipal de su pueblo querido.
Obvio, lo emocionante de esta guerra intestina, desde luego, será en dos años más, porque entre los legisladores también hay historias de traiciones, por ejemplo, desde la misma alcaldía de Reynosa se han dado a la tarea de publicitar el “currículum” del actual presidente del Congreso, Humberto Prieto y según se rumora pronto aparecerán más publicaciones en su contra.
Entonces, le decía, la verdadera fiesta, el verdadero carnaval o aquelarre, se vivirá allá cuando Morena y aliados busquen el candidato a la presidencia municipal de Reynosa para la elección del 2027, los cuatro diputados que ahora están casi aliados contra el Alcalde Peña Ortiz persiguen ese cargo, los cuatro son de armas tomar, los cuatro tienen suficientes méritos para ser y ganar la alcaldía, incluso Humberto Prieto con todo y su historial panista, cabecista, luego anticabecista, empresarial con señalamientos, eso según lo difunden sus enemigos.
Exacto, por las ambiciones de todos sus aspirantes Morena tendrá mucho trabajo en Reynosa, elección, que sobra decirlo, pone en riesgo muchas cosas, por eso la lucha por esa presidencia municipal ya se visualiza encarnizada, tanto que puede terminar en un show de canibalismo y traiciones, de mi se acuerda cuando comience esa función.