Marco Antonio Vázquez Villanueva
Hace muchos años quien esto escribe se introdujo de colado en un curso de capacitación para funcionarios electos y quienes se perfilaban para un gabinete estatal, no por mucho tiempo, pero el suficiente para atender la primera lección que les ofrecieron, nada que ver con la administración pública, ni sueñe que era algo relacionado a la gestión de recursos, nada, todo se trataba de imagen, los panistas atacaban con todo y había que contrarrestarlos.
“Primera regla: no respondan sobre especulaciones”, les dijo el capacitador qué, por cierto, sigue cobrando de asesor en el gobierno, se brincó de aquel viejo régimen priísta al guinda que está de moda.
Luego de ello les explicó que la mayoría de los problemas de imagen lo tenían los funcionarios por lo suelto de su lengua, “hablan de cosas que no sabemos si van a pasar, es más, de asuntos que en el 99 por ciento de los casos no suceden, pero todo lo que decimos es usado en nuestra contra, si despotricamos contra una persona, contra un programa, contra lo que sea”.
Viene a colación esta breve introducción para hablar de la forma como se explotan los dichos de Donald Trump o como se ahorcan solos algunos políticos por el mismo motivo.
Algo queda claro, todos hablan sobre especulaciones, por los dichos del presidente de Estados Unidos que los hizo, incluso, antes de tomar el poder, de desconocer la situación real de las cosas en su administración, todavía más, se sabe que Trum quiere controlar la agenda al estilo moderno, hacer al pueblo pelear o debatir sobre un tema intrascendente mientras los problemas o temas realmente importantes los hace avanzar en los oscurito.
Lo más sonado, por estas tierras, es lo referente la mención de Trump sobre clasificar como terroristas a las bandas delincuenciales, sobre todo las que afectan la seguridad en la frontera, muchos a favor de que lo haga real, otros no tanto, pero la mayoría de los pólíticvos se subieron a su ola, unos para solidarizarse con la presidenta, otros tratando de engañar el pueblo.
Por ejemplo, quien quiso llevar agua a su molino fue el exgobernador, el prófugo Cabeza N quien en sus redes sociales afirmó que desde hace muchos años, cinco, él hablo de ese tema del narcoterrorismo, y acusó a AMLO de que no actúo en consecuencia, que fue permisivo.
Otro fue el alcalde de Reynosa Carlos Peña, que actúa conforme a estudios de mercado, sabe que sus dichos serán respaldados por buena parte de la población de su municipio que no se siente segura y que además tiene poco sentido de pertenencia, el edil opinó que espera que Trump actúe en contra de la delincuencia organizada, es decir, se colocó en sentido contrario a la Presidenta Claudia Sheinbaum quien en todo momento a solicitado respeto a la soberanía, a que los gringos no se metan al país.
Obvio, ambos declarantes hablan porque tienen la lengua larga y nada más, porque saben de mercados políticos, de Cabeza N pues se lee muy bonito todo lo que escribe en su feis, pero las evidencia van en el sentido de que no hizo nada en su gobierno en contra de los grupos de la delincuencia, al contrario, se presumía de protección a los delincuentes al grado que realmente nunca pudo controlar el problema como lo presumía.
El alcalde Carlos Peña, por su parte, es un hecho que está traicionando ya a los grupos que le llevaron al poder, que su familia intenta por todos los medios continuar con el control político y presupuestal en ese municipio, por ello hablan para el graderío aún con la conciencia de que traicionan los dichos de su jefa política a nivel nacional.
Para desgracia de ambos en el pueblo se les conoce, se sabe que son expertos en el engaño, que realmente no desean que entren las policías americanas porque conocen como les iría, es más, los cercanos a sus grupos dicen que solo opinan así tratando de que el gobierno gringo les siga permitiendo la impunidad o dormir allá cuando sea necesario.
Ahora, también es una realidad que a nivel central se han estado precipitando, que unos y otros hablan sobre especulaciones, sin siquiera tener un hecho real, han sobre reaccionado a puras palabras, las que por cierto Trump cambia de un día para otro o simple y llanamente no hace nada para ejecutarlas.
En su discurso de toma de protesta, por ejemplo, habló de aranceles a México, Canadá y China, un día después habló de que dichos impuestos se aplicarían después de febrero y ahora ya no tienen nada que ver con lo comercial, ya dijo que no es para negociar el Tratado comercial, ahora solo dice que es porque México permite el flujo de migrantes, porque nuestra nación y Canadá permiten que llegue el fentanilo a Estados Unidos, es decir, eso de los aranceles puede decir que siempre no y argumentar cualquier cooperación de estas naciones con ellos, quién lo sabe, pero el caso es que en México no se habla de otra cosa que de esos aranceles.
Hay algo más, también es notorio que en el gobierno de Claudia Sheinbaum no han medido el sentir del pueblo respecto a la intervención gringa en materia de seguridad, a quien le pregunte responderá con aprobación a dicha posibilidad porque hace muchos años que no se le tiene confianza a las policías locales, se entiende y hasta se aplaude el esfuerzo que han hecho, en esta región es una realidad que estamos más seguros de dos años a la fecha, sin embargo acá se cree que en los Estados Unidos son mejores, o los únicos que pueden hacer frente a los malos.
Y no se equivoque, no hablamos de esperar a ver qué ocurre con Trump y su gobierno para actuar acá, no, es buena y hasta aplaudible la estrategia denominada Plan México, prepararse para lo peor esperando que no pase nada, estar listos para recibir migrantes, para ofrecer servicios a los repatriados, trabajar en los mercados internos, porque además todo lo que se haga será útil, pero esa será historia futura, lo de ahora, de lo que estamos sugiriendo, es que ya se hace necesario cerrarle la boca a todos lo funcionarios o politiquillos, más a los de casa, que haya una sola voz y esta sea prudente, exacto, no permitir que el presidente gringo maneje la agenda de México como ha sucedido en los dos primeros días de su gobierno.
Por lo demás, tampoco será una buena idea atender en exceso las locuras y la lengua larga de personajes como Cabeza N o Carlos Peña, el pueblo conoce ambas historias, sabe que lo único que intentan es recuperar el poder perdido, obtener impunidad en sus excesos o, ¿a poco usted les vio o les ha visto acciones serias para atacar la delincuencia, la corrupción?, de eso hablamos, de que el pueblo ve sus publicaciones y reaccionan con más carcajadas que otra cosa, que no vale la pena ponerles tanta atención nomás registrar que el primero no solo es un presunto saqueador de los tamaulipecos, sino que quiere seguir con eso y el segundo, al alcalde, hasta poco le importo traicionar con tal de verse bien ante la opinión pública, o quizá, ya rompiendo lanzas con sus aliados de la Cuatro T, eso puede ser…