Fortino Cisneros Calzada
La quinta columna del proyecto neoliberal viene a ser el conjunto de elementos que permite tergiversar la percepción de la realidad para sembrar confusión y convertir mentiras en verdades imbatibles, así como ocultar hechos terribles con el manto de supuestas causas nobles. El ejemplo más a la mano es aquel que asegura que la migración del sur al norte es causa de los problemas que vienen padeciendo los países desarrollados; otro, los genocidios en dizque defensa de la libertad y la democracia.
Es importante clarificar este asunto ahora que el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha filtrado los nombres de las personas que integrarán su gabinete, especialmente los que tienen que ver con su política exterior y de seguridad. Lo que se sabe de ellos es que tienen una currícula rigorista y de mano dura. Eso plantea tres escenarios para el resto del mundo y, de manera específica, para México, situado en el nudo de las circunstancias.
Primero, habría que señalar que el presidente electo ganó con apenas el 30 por ciento del electorado y, aunque se hizo con las dos cámaras del Congreso, no tiene una sólida base popular como ocurre con otros gobiernos. Luego, muchas de las políticas que ha enunciado tienen una clara tendencia inflacionaria, lo que, en las circunstancias actuales, con una deuda pública del 118,73% del PIB y una deuda per capita de 190.797 de dólares (Expansion.com/ Datosmacro.com), se antoja, cuando menos, riesgoso.
Por ello, el gobierno de México se ha mostrado cauto y se prepara para enfrentar cualquier escenario. Si se cumplen los vaticinios más negativos y se opta por la expulsión de los migrantes indocumentados que viven y trabajan en los Estados Unidos, sobre todo mexicanos, calculados en 11 millones de personas, y se cierran las fronteras, la economía estadounidense colapsaría. El gasto de estas dos medidas sería tan grande que difícilmente se obtendrían los recursos suficientes sin recurrir a más deuda y mayor déficit, además de las afectaciones al sector productivo y el disparo de la inflación.
Por el otro lado, si se entiende que la mano de obra joven que llega a la Unión Americana contribuye a mover la agricultura, la industria y los servicios, haciendo los trabajos que no son atractivos para los oriundos y con menores salarios, y se opta por la implementación de políticas públicas que faciliten la normalización del estatus de los migrantes a fin de que se incorporen a la sociedad americana con plenos derechos y deberes, y se facilita el tránsito de bienes y de personas por la frontera, se logrará la integración plena de la América del Norte, con claros beneficios para todos.
En ambos casos, hay partidarios y oponentes de y a los escenarios señalados. De ahí que, en absoluta congruencia con la tradición mexicana, sea necesario esperar para ir viendo lo que deciden Estados Unidos, su gobierno y su pueblo a partir del 20 de enero del 2025. México sigue la tesis luminosa que proclama la libre autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias, así que, en cada caso se aplicarán las disposiciones constitucionales y de derecho internacional vigentes.
Por lo pronto, la presidenta Sheinbaum anunció el fortalecimiento de las representaciones consulares en Estados Unidos y otros países, a fin de auxiliar en todo lo necesario a los compatriotas que tengan algún problema con su estatus migratorio y laboral, buscando hacer valer sus derechos, tanto jurídicos como humanos. Lo referente al cierre de las fronteras es un asunto multisectorial que será resuelto por medio del diálogo y la negociación, tanto a nivel bi como tri y multinacional, según corresponda.
No hay, pues, razón para romper lanzas o rasgarse las vestiduras; por el contrario, habrá que ver con buenos ojos que haya una solución a los temas que se han venido soslayando durante varias administraciones, cuyos titulares se resisten a poner el cascabel al gato por angas o mangas. Cuando menos es de destacar el estilo directo del presidente electo y quienes integrarán su gabinete. Será una buena ganancia que a partir de enero, se llame pan al pan y vino al vino.
Cuando cada quien sabe a qué juega y conoce las reglas, no puede haber otra cosa que buenos resultados. Lo peor sería seguir hacerle al Tio Lolo cuando se hace referencia al tráfico de enervantes, pero se evita hablar de la alta demanda; cuando se habla de invasión café, pero no de la riqueza que contribuye a generar; de violencia, pero no se quiere regular la producción y comercialización de armas de todo tipo, incluyendo los populares rifles de asalto que venden los supermercados.
No hay que olvidar que ¡aclarando, amanece!