Francisco Ramos Aguirre
De acuerdo a la tradición popular mexicana, desde el siglo XIX las ferias se convirtieron en una de las manifestaciones más destacadas del entretenimiento, diversión, cultura y comercio. Desde luego las más importantes tenían un carácter mundial y se celebraban en San Antonio y Dallas Texas, Chicago, Sevilla, París, Munich y otras ciudades y capitales de diversos países.
En México destacaban las de San Juan de Los Lagos, Aguascalientes, Monterrey, Acapulco, Puebla, Jalapa, Saltillo y otras que se remontan a tiempos coloniales. Mientras que en Tamaulipas lograron fama las de Matamoros, Tampico, Tula, Soto la Marina, Ocampo, Ciudad Victoria, Reynosa, Nuevo Laredo y prácticamente en el resto de las poblaciones que se celebraban cada año.
En estos lugares se congregaban los ganaderos, agricultores, industriales y comerciantes, quienes exponían a la venta toda clase de mercancías y productos. Otro de los atractivos de las ferias eran las peleas de gallos, corridas de toros, charreadas, bailes populares, juegos mecánicos, juegos de azar o albur, antojitos mexicanos y presencia de cantantes, cómicos y artistas. Había también mesas de cocina regional, lotería, ropa, licores, mercería, rifas y frutas de temporada.
Vale decir que en algunas poblaciones no todo era divertimiento y la situación llegó a salirse de control. Por ejemplo, en Tula algunos pobladores solicitaron al gobierno que la feria anual se cancelara para siempre, debido a las riñas sangrientas, robos y otros delitos como lo menciona el Periódico Oficial de Tamaulipas “…las llamadas ferias han venido degenerando en meras funciones de diversión, que distraen a los pueblos más días de lo conveniente…” A esta petición se sumaron otros municipios como Abasolo.
¿Dónde se instalaba la feria en Victoria?
De acuerdo a un decreto expedido por el Congreso del Estado, para 1827 las ferias formaban parte de la vida económica y política de los tamaulipecos. Generalmente la aprobación de permisos se relacionaba con el pago de impuestos, contribuciones y trámites de autorización para las ferias de las villas y ciudades del Estado. Por el ejemplo el 12 de noviembre de ese año, el presidente de aquella legislación concedió a la Villa de Revilla un permiso de cinco años para organizar la feria. Además, autorizó que a partir de aquella fecha se elevara a la categoría de ciudad con el nombre de Guerrero.
En 1840 la Prefectura Política del Centro de Tamaulipas presidido por Luis Pérez -presidente- y Gerónimo Olvera -secretario-, emitió una circular que anuncia la celebración de una feria anual en la capital tamaulipeca del 20 al 28 de abril con motivo de la Pascua de Resurrección de Semana Santa. En este sentido se anunciaban en el mismo boletín ocho corridas de toros. “…y demás fiestas que han sido de costumbre, Los efectos nacionales que se introduzcan en la feria no pagarán derecho alguno y, se asegurarán las propiedades de todos los concurrentes, pues al efecto hay la fuerza armada correspondiente y se tomarán las medidas oportunas. En lo que se hace saber al público para su conocimiento…”
El mismo esquema de publicidad prevaleció en los sucesivos años. Por ejemplo, en 1842 las autoridades del municipio de Victoria entre ellas el 2º Alcalde Toribio de la Torre avisaron a las comunidades cercanas sobre funciones de corridas de toros, carreras de caballos y peleas de gallos tapadas y careadas, con motivo de la feria del mencionado año. Además se ofrecían mercaderías y varios tipos de diversiones y todo: “…cuanto conviene a la concurrencia,…se cuidará igualmente para mayor satisfacción y comodidad de los concurrentes.” No debemos olvidar que en ese tiempo el censo poblacional de Victoria, ascendía alrededor de seis mil habitantes.
Respecto a las temporadas de ferias durante los años setenta del siglo XIX, en Tula se realizaba durante el mes de enero, en Victoria la tradición señala los últimos días de abril, pero con el transcurso del tiempo se cambió a octubre según el Calendario de Fiestas Populares. En cambio, en San Fernando se celebraba del 12 al 31 de diciembre, con motivo de los festejos religiosos en honor a la Virgen de Guadalupe. En Reynosa se organizaba en marzo o agosto, según un Decreto de 1879 y en Mier del 16 al 23 de septiembre.
Las Ferias del Porfiriato
Al paso de los años, las ferias evolucionaron en su concepto. Todo indica que el inicio del período del porfiriato, generó un ambiente de tranquilidad que impactó en asuntos relacionados con la celebración de espectáculos públicos, entre ellos las ferias. En este destaca un decreto de junio de 1880 expedido por el Congreso del Estado, donde se refiere especialmente a su realización en Ciudad Victoria, Tamaulipas durante agosto.
Entre otros aspectos considera que la seguridad de los asistentes era prioritaria. Por tal motivo, comisionó a varios integrantes del ejército para garantizar la seguridad de las personas, quienes podrían involucrarse sin problema en todo tipo de diversiones y juegos permitidos por la ley. “La paz que se disfruta en el Estado, la situación geográfica de esta Ciudad, su clima benigno y lo favorable de la estación, facilitarán la numerosa concurrencia y transacciones de todo género…”
A finales del siglo XIX y principios del XX este tipo de festividades tenían como sede la Plaza Colón -actual Plaza Héroes de la Independencia- ubicada cerca de la estación ferroviaria. Al lado sur de ese mismo sector existía una plaza de toros de madera. En ocasiones la temporada coincidía con la presencia de algún circo que llegaba a Victoria, como parte del itinerario por algunas ciudades y villas del noreste mexicano.
La fecha del período de operaciones tuvo algunas variaciones en el transcurso del tiempo. El primero de mayo 1895 inició actividades en la Plaza Colón, donde se construyeron los locales para los puestos y venta de mercancías. En 1904 las autoridades municipales de Victoria, presididas por Antonio Fernández solicitaron al gobernador del Estado Pedro Argüelles su autorización, para que a partir de 1905 la feria anual se verificara en la Plaza Morelos en lugar de la Plaza Colón donde asistían tradicionalmente los victorenses, ciertos días de octubre. En esa época se ponían en la feria puestos de 1ª, 2ª y 3ª clase con pago de impuestos entre 15 y 30 centavos.
La Feria de San Isidro
De acuerdo a noticias periodísticas sobre la tradicional feria de San Isidro, todo indica que al menos desde la última década del siglo XIX fue llamada con ese nombre, derivado de un decreto del Congreso del Estado en la Plaza Colón. Evidentemente su nomenclatura corresponde al santo patrono de los agricultores o labradores que se veneraba en la ex hacienda de San Isidro, aledaña a la Hacienda de Tamatán.
No se tiene información precisa sobre su origen histórico o en qué le impusieron ese nombre a la feria de Victoria. Vale decir que entre las actividades que ahí se realizaban destaca la participación de la Banda de Música perteneciente al 11º Regimiento del Ejército Federal.
A partir del siglo XX, los establecimientos de la feria permanecieron en terrenos de Tamatán durante varias décadas. El amplio especio comprendía el actual Parque Recreativo de Tamatán y el Lienzo Charro. El traslado de esta celebración anual, se produjo en 2010 al Parque Bicentenario, en la zona conocida antiguamente como Pajaritos.
(Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas, diciembre 3 de 1904; Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas, diciembre 22 de 1904; Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas, mayo de 1905; La Voz de México/12/23/1870; El Municipio Libre/6 de junio de 1880; El Nacional 5 de abril de 1895;El Imparcial/mayo 29/1908; Tomás Reséndez González/Noticias del Noreste Mexicano. Tamaulipas en los Siglos XVIII y XIX/2006.)