El 1 de octubre de 2023 un suceso sin precedente golpeó el sur de Tamaulipas: el derrumbe de la iglesia de la Santa Cruz, en Ciudad Madero.
Este templo, que fue edificado al menos 50 años antes de su caída, era uno de los más populares del municipio y el día del colapso recibía una ceremonia especial de confirmaciones.
La caída del templo tomó por sorpresa tanto a quienes se encontraban en el interior como a vecinos del lugar quienes fueron los primeros respondientes en el sitio.
En total 12 personas murieron y 69 más resultaron lesionadas, la mayoría con heridas leves que no pusieron en riesgo su vida y que fueron dados de alta, de manera paulatina, de hospitales de la región.
Sin embargo, familiares de víctimas y de algunos de los lesionados graves no han encontrado justicia, ni reparación del daño.
Víctimas exigen justicia
A lo largo de los meses, familiares, deudos y las mismas víctimas han solicitado a las autoridades de justicia del Gobierno de Tamaulipas apoyo para lograr el esclarecimiento del caso.
Testimonios sobran de víctimas que, de manera pública, han externado su inconformidad con el actuar de las autoridades, ya sea por omisión o por falta de actuación, acusando también a abogados de complicidad para evitar la reparación del daño.
El caso escaló el pasado 8 de agosto, cuando la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas dio a conocer que el Ministerio Público resolvió que el derrumbe había sido un accidente y, por tanto, no había responsables contra quienes ejercer acción penal.
La voz de quienes perdieron a algún familiar o de quienes tendrán que vivir con alguna discapacidad se potenció ante la indignación del actuar de las autoridades.
A través de redes, incluso, pidieron a la población el apoyo con abogados que pudieran llevar el caso, sin corrupción y con el compromiso de encontrar a los responsables que, hasta el momento, siguen sin aparecer.
Iglesia tampoco ha apoyado
Llama la atención también el actuar de los integrantes de la comunidad eclesiástica de la parroquia de la Santa Cruz pues tampoco han hecho mayores esfuerzos por el esclarecimiento de los hechos.
Incluso, se dio a conocer el caso de un menor de edad que quedó huérfano tras los hechos y para quien se solicitó ayuda a través de la Diócesis de Tampico sin que, hasta el momento, haya tenido respuesta.
También se ha mostrado hermetismo por parte de autoridades eclesiásticas quienes han preferido separarse de las investigaciones al respecto y se han limitado a pedir oraciones por las víctimas.
Ya se planea la reconstrucción
La importancia de la resolución de las autoridades de Tamaulipas radica en que, una vez que se declaró el suceso como un accidente, la iglesia podrá comenzar su reconstrucción.
Dicho proyecto, que se prevé que inicie en febrero de 2025, estará encabezado por universidades e ingenieros de la zona sur de Tamaulipas.
Pero ¿qué garantías existen de que este nuevo inmueble sea seguro? No se sabe.
Por un lado, las autoridades eclesiásticas confirmaron que seguirán las recomendaciones de ingenieros de la zona y expertos para la edificación, la cual se realizará en el mismo lugar donde colapsó la anterior, esto debido a que el terreno fue una donación a la parroquia.
¿Y Protección Civil?
En entrevista con En Un 2×3, Gerardo González de la Fuente, coordinador estatal de Protección Civil confirmó que por ser una dependencia estatal e incluso después de la gravedad del accidente, la coordinación se limitará a evaluar los riesgos una vez que esté construida la nueva iglesia, misma que podría comenzar su funcionamiento sin haber sido inspeccionada por la coordinación estatal.
Apuntó que quien dará los permisos correspondientes será el municipio de Ciudad Madero por lo que ellos únicamente revisarán al final de la construcción.
“Como es una construcción totalmente nueva ya ahí es el Municipio, Obras Públicas, Desarrollo Urbano, quien dará los permisos y supervisará la construcción, entonces, hay que ver el inicio de la construcción y esperar a que terminen esta construcción, que presenten su programa interno de Protección Civil. Concluida la construcción entramos nosotros a solicitarle su programa interno de Protección Civil”, apuntó.
Pocos avances en materia de Protección Civil
Y si en la procuración de justicia hay puntos negativos, en lo que corresponde a Protección Civil del Gobierno del Estado de Tamaulipas el avance ha sido lento.
En un primer momento, se habló de que el accidente generaría nuevas medidas o endurecería las que ya se encontraban vigentes con la finalidad de garantizar la seguridad de la población, sin embargo, esto no ocurrió así.
González de la Fuente apuntó a nuestro medio que en lo que corresponde a la Coordinación Estatal de Protección Civil, desconocían si la iglesia contaba con su Programa Interno de Protección Civil y atribuyó al rezago y a la falta de personal y de vehículos que no se hubieran hecho más revisiones de este tipo.
“No, absolutamente no. No, sinceramente nosotros cuando empezamos nos dejaron un rezago muy importante de programas que no entregaron y tuvimos que revisarlos todos”, detalló.
Aunque reconoció que tras el accidente entablaron conversaciones con diferentes diócesis de varios municipios del estado, no supo precisar cuántas iglesias cumplieron con los lineamientos del Programa Interno de Protección Civil.
“No lo tengo a la mano (el número) pero no son muchas, sinceramente es por eso que seguimos con la invitación a las iglesias, y no nada más a las iglesias, sino a todos los establecimientos que sean de competencia estatal y municipal a que los realicen”, dijo.
Y pese a que las primeras acciones que se aseguró que se tomarían estarían encaminadas a la mejora de los lineamientos de Protección Civil, el Programa Interno es una herramienta implementada en todos los estados, de manera protocolaria por lo que no se puede modificar.
“Éste ya está implementado, no solo se hace en Tamaulipas, se hace en todos los estados, en todos los estados existe lo que viene siendo el Programa Interno de Protección Civil pues es una herramienta para nosotros y también para las empresas”, detalló.
Y mientras la justicia no llegue a este caso, las víctimas, como suele ocurrir, seguirán siendo los ciudadanos, personas que lo único que hicieron fue estar en un sitio a una hora determinada.
La tragedia de la Santa Cruz debería llevar la implementación de medidas que realmente fueran tangibles en la vida diaria de las personas para evitar la repetición de sucesos en los que mueren personas por causas que “se desconocen” o se catalogan como “accidentes”.
La vida de cada una de las personas cuenta y es ahora que se debería de mostrar el humanismo al que apelan las autoridades y la iglesia en la actualidad.
Dejar de revictimizar a quienes buscan justicia podría ser un primer paso.
Por Tania Villanueva