Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
¿Por qué no existe carrera de medicina en la UAT Victoria?, hace muchos años se puso esa pregunta en una mesa de café ya que muchos jóvenes tenían que emigrar a Tampico, Matamoros, la mayoría a Monterrey, otros a la Ciudad de México y unos cuantos más a distintos Estados de la República para ser doctores, hubo infinidad de respuestas, desde las que pretendían darle lógica a la situación argumentando que la Ciudad todavía tenía poca población hasta las perversas que sugerían negocios entre quienes dirigían la máxima casa de estudios, léase desde gobierno del Estado, con dueños de escuelas particulares que ofertan la misma.
La verdad nunca se supo, es probable que no nos alcance para conocerla, solo nos admirábamos como desde la UAT inundaban el mercado laboral de algunas especialidades, de jóvenes profesionistas que nunca encontraron trabajo “en los suyo”, pero no se hizo nada por abrir nuevas especialidades, vaya, ni siquiera para atender una demanda como la que le menciono.
Hoy, en la capital de Tamaulipas, la carrera de medicina tiene cientos de alumnos en La Salle, otro número importante la cursa en la Valle de México, es decir, las universidades privadas si están haciendo bien su trabajo y aprovecharon (suponiendo que no hubo mala fe) para hacer su negocio, por supuesto, se certifican, cumplen con planes de estudio, tienen hasta sus propios hospitales, vaya, no se les puede criticar mucho a ellos, pero si a las escuelas públicas que abandonaron a su pueblo, que no cumplieron con su función adecuadamente.
Lo peor es que, la UAT, por ejemplo, 15 años atrás todavía ni siquiera entraba a los estudios de pertinencia para crear carreras, no se certificaban las mismas, saturaban las licenciaturas hasta hartarse sin importarles que sus egresados no encontrarán trabajo, es más, si le damos unos años más atrás, ni siquiera les interesaba la calidad de la educación, no es broma, hubo publicaciones en periódicos de Monterrey en las cuales las empresas que ofrecían vacantes con letras negras y grandotas colocaban la leyenda, “egresados de la UAT, abstenerse”.
Y antes de ello, la experiencia que vivían compañeros egresados de facultades del Centro Universitario Victoria causaba pavor, fue muy alto riesgo de caer en las mismas condiciones de desempleo o desaires, incluso de obligarse a desarrollar actividades que se pagan muy mal por los patrones y que nada tenían que ver con la preparación recibida en las aulas, es más, la mayor de las veces que se podían desempeñar sin ir a la primaria, sin saber leer o escribir al cien por ciento.
Por años y años la UAT vivió una época de terror, de porros, era una fábrica de desempleados donde solo se podía tener chamba si eras bueno en algún deporte o para proteger a tu “líder”, sus Rectores eran ambiciosos, vivían a cuerpo de rey, con toda una servidumbre pagada del erario de la Universidad, no les importaban los estudiantes y siempre aspiraron a gobernar Tamaulipas o por lo menos a ser alcaldes, Diputados o Secretarios de Estado.
La breve historia viene a colación porque la UAT sigue cambiando, ha leído las necesidades de la región, pero no solo en el centro del Estado, también para la frontera, El Mante y Tampico y en el caso de Victoria se anuncia que están avanzados los estudios para crear un campus de la Salud, la carrera de medicina, y de eso hablamos.
Obvio que algo queda de toda la negra historia que se vivió y se sufrió en la UAT, sería imposible cambiar de la noche a la mañana, pero no se pueden cerrar los ojos y no comprender que hoy por hoy es una de las mejores instituciones de educación superior para llevar a nuestros hijos, tan lo es que pocos saben que carreras como la de Contador Público o Veterinaria en muchas ocasiones ha superado, y por mucho, el nivel de lo que se enseña en instituciones prestigiadas a nivel nacional e internacional, de las públicas y privadas, tan lo es que la misma hija del rector Damaso Anaya acaba de concluir una carrera universitaria en las aulas de la UAT lo que años anteriores, quizá en todos los rectorados anteriores, fue imposible de verse.
La UAT es otra y por supuesto que puede ser mejor, la tarea de la sociedad y sus liderazgos es obligar a que siga en ese camino, el de medirse, certificarse nacional e internacionalmente, competir, sobre todo, en serle útil a Tamaulipas, apoyar al Estado siendo una institución donde se discutan nuestros problemas, se aborden científicamente, se encuentren soluciones, siendo mejores, generando conocimientos.
Se tardaron mucho en la UAT para pensar el campus de la salud, damos la bienvenida por lo menos a que ahora de manera oficial lo anuncian porque eso pone en una realidad que se discute, que es un proyecto que se hará posible si todos le entramos, aquí le dejamos la versión oficial…