“El tatuaje que le hizo a su asesino, va a hacer que la recuerde para
siempre y ese será su infierno”. José
La Columna Rota
Por Verónica Villalvazo
@FridaGuerrera
Daniela Alejandra Pineda Valencia, nació el 16 de diciembre de 1998, en
Coacalco, Estado de México, estudiaba la licenciatura en Matemáticas en la
Facultad de Ciencias en la UNAM, con un promedio de 8.36. Tenía 26 años,
desde muy pequeña mostró un gran interés por la pintura, el dibujo. “Ranni”,
como cariñosamente la llamaban, era la segunda hija del matrimonio
conformado por Juana Valencia y José Albino, una pareja que, con mucho
trabajo y amor, formaron un hogar respetuoso, amoroso y responsable.
De pequeña era muy berrinchuda, desde “la panza”, recuerda Juana. Sus
padres la resuenan siempre amorosa, detallista, responsable. Siempre nos
dejaba dibujos en todos lados, todo era un lienzo para ella, la puerta de su
cuarto, cualquier papelito que encontraba, algo siempre nos dibujaba. Aunque
no tenía necesidad, constantemente buscaba trabajar, además de estudiar.
Era una joven dedicada al estudio, mantenía constante comunicación con sus
padres. A su mamá le platicaba cómo había sido su día, cuando se
encontraban luego de terminar cada una sus labores, disfrutaba mucho
cocinar, le gustaba el rock clásico, siempre que alguien necesitara algo ella
hacía todo por ayudar, su carácter era muy tranquilo, no le gustaban los
problemas, miembro de una familia extensa amplia, primos, tías, abuelitas,
formada con amor. Una buena persona.
Tenía prioridades: una era terminar la Universidad, y además se empeñó en
tomar un curso de tatuajes. Disfrutaba hacerlo y quería perfeccionar su trabajo,
a regañadientes le pagaron su curso, acudía a domicilio a realizar su arte,
porque para ella era arte. “Y sí, hacía cosas muy bonitas”, comenta su mamá.
En 4 meses terminaría su carrera profesional, se encontraba bien, tranquila,
contenta por su “hobby”. Nunca les gustó que acudiera a domicilios para hacer
sus tatuajes, pero siempre le notificaba a su mamá en dónde estaría. Le
propusieron ponerle un local para que ahí realizara su trabajo, pero no aceptó.
“Quería salir adelante y crecer con sus propios recursos y la respetamos”. Nos
comenta su papá.
Conoció a Aldo Mauricio “N”, cuando trabajó en una pizzería, era el gerente del
lugar y ahí mismo trabajaba la esposa del sujeto. Dejaron de tener contacto
porque no eran amigos, ni nada por el estilo. Dani era muy confiada, no creía
en la maldad humana.
Un amigo de Dani, le comentó que Aldo, le había pedido su número porque
quería que le hiciera un tatuaje. Antes ya la había contactado por medio de
Facebook. El 06 de julio de 2024. Le comentó a su mamá que iría al
Fraccionamiento el Laurel, también en Coacalco. Tenía varios clientes en ese
lugar, no le detalló más. Desayunaron juntas, Juanita estaba revisando algunos
asuntos bancarios, dejó su libreta en la mesa donde Dani, dibujó una carita
feliz y un corazón. Es lo último que le dejó. Al narrarnos el detalle, Juanita
dibuja un corazón en su libreta, como queriendo dibujarla a ella, tratando de
que ese momento regresara y no dejarla sola. Las lágrimas le brotan a Juanita,
preguntándose por qué no pudo estar ahí para defenderla.
Más tarde de ese sábado, Juanita le mandaba mensajes que no contestaba,
realizaba llamadas que tampoco contestaba. Fue hasta el 07 de julio que 2
agentes preguntaron por la dirección de Juanita y José, para notificarles que
todo indicaba que su hija se encontraba en el SEMEFO. Acudieron a la
Institución y ahí la encontraron, la reconocieron por sus tatuajes. Ese día todo
se vino para abajo.
Ella era muy inocente. Nunca imaginaron que se encontraría a un miserable
que le arrebataría la vida. Lo que la investigación ha arrojado. Es que Dani
llegó al domicilio de Aldo Mauricio, le hizo el tatuaje que le pidió. Algo pasó
que, sólo el mezquino asesino y Dani saben, hizo que el miserable la asesinara
y metiera su cuerpo en bolsas, para posteriormente esconderla en un tambo.
Según el comunicado de la Fiscalía del Estado de México, Aldo
“presuntamente” la agredió e intentó ocultarla en su casa, el día 6 de julio, el 7
de julio fue descubierto el cuerpo. El sujeto ya fue detenido y fue vinculado a
proceso el pasado 15 de julio.
Nada les va a regresar a su hija, José y Juana, hoy se encuentran inmersos en
ese dolor que parece pesadilla, que se enquista en el pecho, el dolor que será
eterno. Su casa se siente vacía, tanto como sus vidas. Juana cree que en
algún momento va a regresar. La ven en la cocina que tanto disfrutaba cuando
cocinaba, la escuchan en su cuarto, su risa en toda la casa.
Abrazar a estos nuevos padres, muestra que, aunque sigan intentando
invisibilizar el delito de “feminicidio”, clasificando como “homicidio”, no oculta la
realidad que todos los días se vive en este México feminicida, que se
entretiene más en peleas y guerras intestinas en redes sociales, que en hacer
algo por detener el infierno. Ninguna mujer sale para ser asesinada, nadie
busca caer en manos de feminicidas. Desde FridaGuerrera, nos mantendremos
cerca de los padres de Ranni, hasta que la justicia llegue, y como siempre lo
expresamos. Solo somos la extensión de su grito por justicia y verdad. Aquí
están las líneas escritas por Juanita y José, porque ellos son ahora su voz y no
se detendrán hasta hacer justicia. Aunque ella jamás regrese.
Daniela Alejandra: Niña, gracias por haber iluminado y enriquecido mi
vida. Motivarme a dar lo mejor, esforzarme y tratar de no decepcionarte,
guiarte en todo lo posible, observar y gozar todos tus cambios, logros y
tropiezos; respetando y apoyando tus decisiones. Tenías planes y cosas
más por realizar; que estoy seguro, las harías como siempre, de una
forma que no pasa desapercibida, que se percibe y aprecia. Gracias por
hacerme sentir felicidad, alegría, orgullo, honestidad, vergüenza, enojo,
celos, tristeza, impotencia, dolor, coraje. Pero todas esas emociones y
estados de ánimo se convierten en amor que siempre tendré para ti.
Quedo con la esperanza de volver a verte y ahora, como antes, sigues
siendo un motivo más para vivir. Te llevo en mi mente y siempre estás en
mi corazón.
Te amo, mi niña. Tu papá.
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Mi Dani:
Tengo destrozado mi corazón por tu ausencia mi niña, pero agradezco
infinitamente el tiempo que estuvimos juntos, eres como ese girasol que
dibujaste, un sol que deslumbra con tu forma de ser y tu amor, siempre
dejando muy claro que el valor que tienes lo determinas tú, que no
importa cuánto tengas o como vistas. Gracias, mi Ranni por esos
pequeños detalles que siempre tienes con nosotros. Mientras viva cada
latido de mi corazón, eres tú, mi Dani, eres la razón de mi vivir. Te amo, mi
Ranni. Mamá.
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Los padres de Dani enviaron para compartir su historia, las fotos que para ellos
retratan todo lo que su pequeña fue, es y será. “El tatuaje que le hizo a su
asesino, va a hacer que la recuerde para siempre y ese será su infierno”. José.
agosto 2024
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de
feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a
visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y
acompañamiento de las familias directas de las víctimas, que son las únicas
autorizadas para hacerlo. Porque solo somos la extensión de su grito de
justicia.
@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia