Por Concepción Delgado Parra
Llama la atención la prudencia del gobierno de México y Estados Unidos para informar a la opinión pública sobre la captura de “El Mayo” Zambada. Las respuestas permanecen en el terreno de la diplomacia. Pero ¿qué está en juego con la captura de “El Mayo” Zambada?
El viernes pasado, el embajador de EU en México, Ken Salazar, en conferencia de prensa comunicó la versión oficial de que “La evidencia al momento de llegar indica que ‘El Mayo’ fue llevado contra su voluntad”. Afirmación que coincide con la declaración del “capo sinaloense”, trasmitida a través de una carta en la que señala: “Quiero decir desde el principio que no me entregué ni vine voluntariamente a los Estados Unidos, ni tenía ningún acuerdo con ninguno de los gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y llevado a la fuerza contra mi voluntad”.
Pese a las contradicciones que existen entre el discurso de Ken Salazar y la carta de “El Mayo” Zambada, ambos personajes coinciden en que la captura se llevó a cabo en contra de la voluntad de Ismael Zambada.
Al declarar que la captura de “El Mayo” se realizó de manera ilícita mediante secuestro en Sinaloa y traslado ilegal a EU, los abogados del capo tendrían la posibilidad de denunciar este delito y defender su potencial liberación.
La carta de “El Mayo”, concluye solicitando a los gobiernos de México y EU que transparenten la información sobre la verdad de su secuestro. A la que añade un llamado a la gente de Sinaloa para que “use la moderación y mantenga la paz en nuestro estado”, declarando que “Nada se puede resolver con violencia. Hemos estado por ese camino antes y todo el mundo pierde”.
Cualquier intento de análisis sobre la captura de “El Mayo” Zambada se enfrenta a la imposibilidad de contar con información fidedigna sobre lo sucedido y termina convertida en una simple especulación. En ese sentido, la indagación tendría que apuntar en otra dirección.
Con la captura de “El Mayo” Zambada termina de desmoronarse el Cártel de Sinaloa, lo que significa que está en curso la reorganización criminal en esa región. La ausencia de violencia en este momento evidencia que la distribución de las plazas fue pactada con anterioridad.
La opacidad en la detención del “capo sinaloense” instaura una narrativa “diplomática” mediante la que se exhibe el supuesto fracaso de la política de seguridad instrumentada durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Mientras tanto, crece la percepción de inestabilidad en México, situación que pone en riesgo los primeros meses de gobierno de Claudia Sheinbaum.
La reiterada declaración de López Obrador de mantener la prudencia y esperar la información de las autoridades estadounidenses y el anuncio realizado en la conferencia mañanera de que se mantendrá informado a los mexicanos todos los días, prefigura la estrategia del presidente. Visibilizar el modus operandi de la política del país del norte en el que se intenta someter a México con el caso de “El Mayo Zambada”, a través de la vía “diplomática”.